Guayabera cienfueguera: legítima y cubanísima

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En la última cuadra del Bulevar sureño radica el citado establecimiento; en su interior radica el grupo que confecciona la afamada pieza cubana. Desde 2011 la brigada de costureras perteneciente al atelier Ilusión, unieron sus esfuerzos para producir guayaberas y hoy los resultados redundan en mayores saldos económicos.

La trabajadora Regina Quevedo Quintana es fundadora y refiere la historia:

“Desde 2006 existía el grupo de costura; cinco años después recibimos adiestramiento para confeccionar guayaberas; perfilamos la labor en ‘operaciones’ y cada una se especializa en alguna parte: alforzas de frente, cuellos, festones. Así perfeccionamos el trabajo y logramos eficiencia y de ese modo percibimos más ingresos individuales y colectivos”.

Ericer Álvarez Estupiñales, director del FCBC explicó que todas las obreras devinieron artesanas y pertenecen al Registro Nacional del Creador:

“Están estimuladas, hacen  200 piezas al mes y más; el sobrecumplimiento posibilita hacer envíos a otras provincias. Hasta el cierre de mayo por —ejemplo— vendimos 162 mil pesos, pues el superavit permitió proponer al Ministerio de Cultura la oferta en moneda nacional de las guayaberas, a mitad de precio.

“Desde febrero las de 32 CUC se expenden en 400 pesos CUP, hay diversos renglones: manga larga, corta, de mujer, de niño, todas muy demandadas, al costar la mitad del valor en divisas”.

Nina Chestakova es la jefa del taller y dirige el grupo que de nueve de la mañana a cuatro de la tarde da rienda suelta a pedales y agujas.

Varias versiones tiene  la historia de esta prenda de vestir; unas dicen que surgió  por los años de 1700, otras apuntan a 1800, y que debió su apelativo al uso de sus bolsillos para que los campesinos guardaran guayabas. También la relacionan con orígenes espirituanos, entonces aparece bautizada como “yayabera” durante su génesis.

El periodista Ciro Bianchi Ross publicó en el sitio digital Cubadebate como primera aparición literaria del vocablo “guayabera”, en la novela Leonela, de Nicolás Heredia en 1893, pero considera muy difícil enmarcar su surgimiento.

Citó este colega a la investigadora cubana María Elena Molinet, quien fungió como directora de vestuario de las películas Baraguá y La primera carga al machete.

Tal estudiosa asegura: “El nacimiento de la guayabera no es obra de una sola persona y todavía falta por determinar a partir de qué momento se convirtió en prenda elegante, muy bien almidonada y planchada, que se podía llevar sin corbata”.

Lo cierto es que surgió como pieza plebeya y escaló el gusto de todos, como símbolo de sencillez y espíritu festivo.

Ahora el FCBC de Cienfuegos contribuye a incrementar la cultura de uso de esa popular confección textil. En el verano, las artesanas venderán sus confecciones en la feria capitalina Arte en la Rampa, ubicada en el Pabellón Cuba.

Acendrada en nuestra auténtica identidad y rodeada de leyendas, la guayabera es fresca, gallarda y cubanísima, razones que legitiman la labor del colectivo sureño.

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Dagmara Barbieri López

Periodista. Máster en Ciencias de la Comunicación.

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