Gran final de la Serie Nacional: Pronósticos destrozados a golpe de hacha

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Al inicio de la postemporada, pocos pronosticaron que Las Tunas sería un candidato de fuerza a la corona. Y es que, entre el cuarteto de aspirantes, los Leñadores de Pablo Civil se presentaban como los “novatos” en series de Play Off, mientras que el resto de los planteles ya habían vivido en varias ocasiones la experiencia, y todos ellos (en el caso de Matanzas con el nombre de Henequeneros y Citricultores) incluso sabían lo que es erigirse monarcas.

La semifinal ante el siempre favorito Industriales resultó un rompecorazones, en gran medida, según mi criterio, porque la ofensiva tunera, sin dudas su principal arma, comenzó aletargada.

Pero, sin complejos, nervios, ni nada que se le pareciera, supieron ganar un clave sexto choque ante los azules, válido para emparejar las acciones precisamente en su cuartel general del estadio Julio Antonio Mella.

Y a partir de ese instante todo cambió. El factor psicológico jugó su papel, y las hachas de los Leñadores se soltaron a talar como en sus mejores momentos.

El fuera de combate con el que definieron su éxito ante la novena de la capital vino como bálsamo de optimismo, seguridad y confianza, y los dirigidos por Civil sencillamente han encarado la gran final, ante el mismísimo campeón nacional Granma, con deseos de divertirse y regalar a sus seguidores un montón de alegrías.

Eso han sido los dos primeros juegos, escenificados en su patio. Impensable era para los entendidos que los de casa se llevaran el par de triunfos, con los cuales obligan a los actuales monarcas a ganar cuatro desafíos de cinco.

Pero la artillería tunera ha definido temprano. No creyeron en Lázaro Blanco ni en Ulfrido García (este último ni siquiera pudo sacar un out), los abridores de Carlos Martí, y a golpe de hachazos se llevaron el gato al agua. En el primero de los compromisos Granma descontó a cuentagotas una diferencia de seis carreras y estuvo a punto de igualar en el octavo, donde a nuestro juicio el alto mando de los campeones debió traer a Lázaro Cedeño en sustitución de Geidy Soler, pero otra vez José Ángel García se encargó de asegurar la victoria en su rol de apagafuegos.

Ya en el segundo la balanza se fue de un solo lado en el primer tercio, con diez anotaciones que fueron suficientes para destruir cualquier estrategia de Martí, en cuyo equipo salió a relucir la poca profundidad de su bullpen.

Si en los inicios ante Industriales Quiala, Larduet y Ayala fueron los únicos que lucieron en el cajón de bateo, ahora toda la columna de Leñadores se ha sumado a la tala, y los mayores “hachazos” comienzan a llevar el sello de Yosvany Alarcón (literalmente incontrolable) y Rafael Viñales, ocupantes de puestos claves en la alineación tunera.

Ahora las acciones se trasladan al “Mártires de Barbados” de Bayamo, donde Las Tunas, con sólo un triunfo, pone contra la pared a sus rivales.

El año anterior los Alazanes no salían como favoritos ante Matanzas y desbancaron a los Cocodrilos también en siete desafíos. Luego, tampoco con el vaticinio a su favor, liquidaron en apenas cuatro juegos al monarca Ciego de Ávila. ¿Curioso, verdad? ¿Se repetirá la historia?

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Carlos E. Chaviano Hernández

Periodista y Director de programas de televisión.

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