Golpe militar en Birmania. Declaran estado de emergencia por un año

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El Ejército de Birmania dio un golpe de Estado este lunes, deteniendo a la jefa de facto del gobierno civil Aung San Suu Kyi, nombrando a un general como presidente interino de la República y proclamando el estado de emergencia por un año.

Esta decisión es necesaria para preservar la “estabilidad” del Estado, afirmaron los militares en un anuncio en su cadena de televisión, NAME.

Las acciones del Ejército de Birmania se producen en respuesta a lo que califican como “fraude” durante las elecciones parlamentarias del pasado 8 de noviembre, comicios que ganó por amplia mayoría el partido de Aung San Suu Kyi, la Liga Nacional para la Democracia (LND), en el poder desde las elecciones de 2015.

Medios acreditados constataron que el ejército se apoderó del ayuntamiento de Rangún, la capital económica del país. Horas antes detuvieron a Aung San Suu Kyi y el presidente de la República, Win Myint.

“Hemos oído decir que está detenida en Naypyidaw”, la capital política del país, precisó el portavoz de la LND, Myo Nyunt, quien asegura que otros directivos del partido también fueron arrestados.

La consejera de Estado de Birmania, Aung San Suu Kyi (izq.), el presidente Win Myint y su esposa Cho Cho en el palacio presidencial en Naipyidó. /Foto: Sai Zaw / Reuters
La consejera de Estado de Birmania, Aung San Suu Kyi (izq.), el presidente Win Myint y su esposa Cho Cho en el palacio presidencial en Naipyidó. /Foto: Sai Zaw / Reuters
Reacciones

Estados Unidos y Australia reaccionaron rápidamente, pidiendo la liberación inmediata de los dirigentes de la LND y la restauración de la democracia.

“Estados Unidos se opone a cualquier intento de alterar el resultado de las recientes elecciones (…) y tomaremos acciones contra los responsables”, advirtió la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, en un comunicado.

“Llamamos al ejército a respetar el estado de derecho, a resolver las disputas mediante mecanismos legales y a liberar inmediatamente a todos los dirigentes (políticos) de la sociedad civil y a otras personas detenidas ilegalmente”, declaró la ministra de Relaciones Exteriores australiana, Marise Payne.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, “condenó firmemente” la detención de Aung San Suu Kyi.

Con “la declaración del traspaso de todos los poderes legislativos, ejecutivos y judiciales a los militares”, “estos hechos asestan un duro golpe a las reformas democráticas en Birmania”, agregó.

Contexto

Las fuerzas armadas dieron el golpe de Estado poco antes de que el Parlamento resultante de las últimas legislativas iniciara su primera sesión, prevista este mismo lunes, para elegir al nuevo presidente y los vicepresidentes para los próximos cinco años.

Birmania salió hace apenas diez años de un régimen militar que dirigió el país durante casi medio siglo.

Los dos últimos golpes de Estado desde la independencia del país en 1948 se remontan a 1962 y 1988.

La conexión a internet y las telecomunicaciones están muy perturbadas en el país, según la organización no gubernamental especializada Netblocks. Y se ha bloqueado el acceso al aeropuerto internacional de Rangún.

“Millones” de fraudes
Comandante en jefe de los Servicios de Defensa de Birmania, general Min Aung Hlaing. /Foto:  Ye Aung Thu / Reuters
Comandante en jefe de los Servicios de Defensa de Birmania, general Min Aung Hlaing. /Foto: Ye Aung Thu / Reuters

Los militares denunciaban desde hace semanas más de una decena de millones de casos de fraudes en las elecciones legislativas de noviembre.

Reclamaban que la comisión electoral dirigida por el gobierno publicara la lista de los votantes para verificarla, lo que no ha hecho.

Los temores aumentaron cuando el jefe del ejército, el general Min Aung Hlaing, sin duda el hombre más poderoso de Birmania, declaró que la constitución podría ser “revocada” bajo ciertas circunstancias.

Entonces el secretario general de la ONU y varias embajadas expresaron su “gran preocupación”.

“Relación complicada”

El partido de Aung San Suu Kyi, premio Nobel de la Paz de 1991, muy criticada por su gestión de la crisis de los musulmanes rohinyás pero aún venerada por buena parte de la población, obtuvo una aplastante victoria en noviembre.

Unos 750 mil miembros de esta minoría huyeron de los abusos del ejército y de las milicias budistas en 2017 y se refugiaron en campamentos en Bangladesh, una tragedia que ha llevado a Birmania a ser acusada de “genocidio” ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), el principal órgano judicial de la ONU.

Los comicios de noviembre fueron las segundas elecciones generales desde 2011, cuando se disolvió la junta militar.

En 2015 la LND ganó por amplia mayoría, pero se vio obligada a compartir el poder con el ejército, que controla tres ministerios claves (Interior, Defensa y Fronteras).

“La relación entre el gobierno y el ejército era complicada”, afirmó a los medios Hervé Lemahieu, del Instituto Lowy en Australia. “Este régimen híbrido, no autocrático del todo ni completamente democrático, se ha derrumbado bajo el peso de sus propias contradicciones”.

Exiliada durante mucho tiempo en Inglaterra, Aung San Suu Kyi, de 75 años, regresó a Birmania en 1988, convirtiéndose en la figura de la oposición frente a la dictadura militar. Pasó 20 años bajo arresto domiciliario antes de ser liberada por el ejército en 2010. (Resumen de agencias)

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5 de Septiembre

El periódico de Cienfuegos. Fundado en 1980 y en la red desde Junio de 1998.

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