Goldoni en Cienfuegos

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Este fin de semana el público cienfueguero podrá asistir a la adaptación de una célebre comedia del siglo XVIII, merced al montaje de La Locandiera, de Carlo Goldoni, que el colectivo escénico francés Théâtre de l’Arc en Ciel (Teatro del arcoíris) presentará el sábado a las 9:00 p.m. y el domingo a las 5:00 p.m., en el escenario del “Tomás Terry”.

Laureada en el prestigioso Festival de Aviñón, la pieza del grupo galo es una puesta en escena de Alain Bertrand, con las interpretaciones de Christelle García, Jean Curcio, Patrick Chatel, Jacques Perrin, Françoise Brial, Siméon Marijon, Marie Jo Monin, Marie Pierre Hébert, Annie Marion y Jean Paul Melo. De acuerdo con la crítica teatral francesa, la incorporación de Christelle García al personaje central de Mirandolina, es excelente.

La compañía amateur fundada en 1985 —con base en la ciudad de Moirans—, lee a Goldoni desde las claves originales del texto, sin florituras posmodernas, pero sí a través de apuntes y subtextos remisivos a la contemporaneidad.

Aunque publicada tres años más tarde, el autor italiano escribió esta transgresora comedia en 1750, para convertirse en una de sus obras más populares, representadas y estudiadas.
La historia de la bella e independiente posadera florentina nombrada Mirandolina, constituye un material adelantado para su época, en virtud de la defensa de la autonomía femenina que preconiza y del ínsito llamado a subvertir el equilibrio de poder entre los sexos, e incluso, del orden social.

El texto escénico halla su actual correlato en los movimientos de emancipación femeninos devenidos tras la avalancha de acusaciones de abuso masculino y las posteriores reivindicaciones suscitadas tras el escándalo Weinstein.

La Locandiera de Théâtre de l’Arc en Ciel, se erige en diáfana invectiva a la misoginia, al tiempo que extiende un alegato a favor del empoderamiento de la mujer; si bien, tales líneas de lectura del relato se despliegan sobre una jubilosa lectura del clásico italiano, donde predominan el humor, la gestualidad desbordante propia de este tipo de teatro, energía escénica ininterrumpida y la inherente búsqueda de complicidad con el espectador.

Se trata de un teatro popular por cuyas venas corre la sangre de la commedia dell’arte y donde convergen también bailes, cantos, pantomima, esgrima y la música en vivo regalada por el acordeón y la mandolina. Un espectáculo que refocila y hace pensar.

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Julio Martínez Molina

Licenciado en Periodismo por la Universidad de La Habana. Periodista del diario 5 de Septiembre y crítico audiovisual. Miembro de la UPEC, la UNEAC, la FIPRESCI y la Asociación Cubana de la Crítica Cinematográfica

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