Girón y la defensa de la soberanía de un pueblo

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 21 segundos

El 19 de abril de 1961, hace ya casi 62 años, ocurrió uno de los hechos más importantes en la historia de la joven Revolución: la victoria de Playa Girón. En menos de 72 horas, el heroico pueblo cubano, liderado por el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, consiguió aplastar la invasión mercenaria, financiada y organizada desde hacía años por el gobierno de los Estados Unidos.

Dicha invasión se inscribía dentro de los planes agresivos que, por decisión de la Casa Blanca, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) puso en marcha desde 1959, para resolver “el problema cubano”. El director de esa agencia, Allen Dulles, reunió a su equipo de la anterior campaña en Guatemala -donde consiguió derrocar en muy poco tiempo al gobierno progresista del presidente Jacobo Arbenz, en 1954- para la nueva tarea y el 17 de marzo de 1960 el presidente Dwight Eisenhower le aprobó la Operación Pluto contra Cuba, considerada la mayor realizada por los servicios especiales estadounidenses hasta ese momento.

John F. Kennedy asumió la presidencia en enero de 1961 y ratificó la invasión, con la orden de no involucrar directamente a las fuerzas armadas de su país, decisión que contrastaba con el objetivo fundamental que perseguía la Operación Pluto, el de crear un pretexto para intervenir. Al establecerse una cabeza de playa en Girón, como constaba en los planes, lograrían según sus pronósticos el establecimiento de un gobierno provisional que pediría ayuda a EE. UU., e involucraría irremediablemente a Washington en la intervención.

El preludio de la invasión ocurrió cuando ocho B-26 mercenarios, con insignias cubanas, atacaron por sorpresa el 15 de abril los aeródromos de Ciudad Libertad, en La Habana; la Base Aérea de San Antonio de los Baños, al sur de la capital; y el Aeropuerto Antonio Maceo, de Santiago de Cuba; con el fin de acabar con la limitada fuerza aérea revolucionaria, cosa que no pudieron lograr.

Al día siguiente, durante el entierro de las víctimas de los bombardeos, Fidel Castro declaró el carácter socialista de la Revolución y se dispuso a luchar al frente de su pueblo con la consigna de Patria o Muerte.

Los días 17, 18 y 19 de abril las fuerzas revolucionarias se enfrentaron a los mercenarios. Al terminar la batalla final, dirigida personalmente en el terreno por el Comandante en Jefe, al frente de la columna de tanques y tropas, el imperialismo yanqui había sufrido su primera derrota en América.

Años más tarde de ocurrido el hecho, cuando se desclasifica el informe del asesor presidencial de Kennedy, Arthur M. Schlesinger Jr., se pudo constatar la opinión que tenían las altas esferas del gobierno de ese país sobre lo ocurrido: “La realidad es que Fidel Castro resultó ser un enemigo mucho más formidable y estar al mando de un régimen mucho mejor organizado de lo que nadie había supuesto. Sus patrullas localizaron la invasión casi en el primer momento. Sus aviones reaccionaron con rapidez y vigor. Su policía eliminó cualquier posibilidad de rebelión detrás de las líneas. Sus soldados permanecieron leales y combatieron bravamente.”

Girón significó defender el suelo sagrado de la Patria, la soberanía del país, sus intereses e ideales. Fue, como se ha dicho con acierto, una suma de miles de hechos heroicos, en los que intervinieron el pueblo, soldados, milicianos, trabajadores y campesinos, todos protagonistas de esa gran epopeya.

Algunos de esos hechos nos tocan muy de cerca a nosotros los cienfuegueros, como el arrojo del célebre Batallón 339, el cual constituyó el primer escalón defensivo del país contra los atacantes. Sus integrantes lucharon, resistieron hasta que llegaron los refuerzos, y continuaron derrochando valor hasta liquidar a los invasores.

O el caso de Eduardo García Delgado, joven maestro miliciano nacido aquí, víctima de la aviación enemiga en Ciudad Libertad, y quien en sus últimos momentos de vida escribió con su sangre el nombre de Fidel.

Por todas estas razones, en esas fechas se celebra la Semana de la Victoria, establecida en honor al acontecimiento. Es muy importante que, sobre todo las nuevas generaciones, las cuales reciben una semana de receso docente en estas jornadas, comprendan que no son vacaciones caídas del cielo, sino un recordatorio de todo el sacrificio al que estuvo dispuesto un pueblo por tal de defender su independencia.

Visitas: 7

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *