Gadif: La inclusión como terapia

Adrián Oramas Alonso asistió al diagnóstico de su hijo Miguel Alejandro hace ya ocho años: autismo, y para él resultó la confirmación de una sospecha, tras estudiar y leer en la literatura científica sobre el comportamiento del pequeño, y ese conocimiento anticipado sobre la patología, lo hizo saltar escalones en la rehabilitación.

“Formo parte de la directiva de Gadif en Cienfuegos, un grupo nacional que pretende impulsar la fundación de la Asociación Cubana de personas con discapacidad intelectual en Cuba, con la ayuda persona a persona. Acá somos 50 las familias afiliadas, y entre todos tenemos una red de apoyo”.

¿Este tipo de ayuda es concretamente material o se trata de consejería?

Lo que más agradece una familia en la que se desenvuelven personas con discapacidad intelectual es un consejo, o compartir la experiencia vivida, y eso es lo que hacemos: compartir lo que sabemos sobre el manejo de nuestros hijos en situaciones similares, así como lograr la comunicación, que en este tipo de patologías es fundamental”.

Tal y como cuenta Adrián, son muchas las familias que pretenden insertarse a la vida a través de Gadif, al asimilar el encierro en tiempos de epidemia y lograr un acercamiento terapéutico.

La abuelita María de los Ángeles ayuda a la familia con su nieto, y en el mismo caso se encuentra Leonor con su hijo.

Una de las inquietudes de estas personas tiene que ver con la escuela para niños autistas, quienes terminan su educación básica a los 18 años, y ahí se troncha el vínculo de ellos con la sociedad, incluso de madres que no han podido continuar su vida laboral para quedar en casa al cuidado de los hijos.

Por lo pronto, Gadif se adelante, y en tiempos de epidemia utilizan las vías telefónicas y de las redes sociales para que mientras permanecen en casa, brindarse entre ellos todo tipo de ayuda y consejería, a la espera de tiempos mejores para consolidar su objetivo como grupo: la inclusión a la sociedad como terapia.