Frank Delgado y sus modos de atravesar el viento

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Frank Delgado está en el puesto suyo, en el “lugar Frank” de nuestra trova. No hay modo de obviarlo. Es un cronista que a golpe de ironía retrata la realidad de Cuba, de los cubanos.

Confiesa no admitir preguntas de índole personal, pero no hace falta, sabemos de sobra los tantos personajes que suelen vivir bajo su corpulenta figura.

¿Por qué definirse un artista con mala suerte?

“Jodedera mía -sonríe. Ser trovador es lo mejor que me pudo pasar. Tengo BUENA SUERTE, de trovador tardío. Comenzaron a conocerme después del disco Trova tur (1995); contaba con unos 37 años. Fui el último de mi generación en recoger las bondades de la tecnología. Mis temas empezaron a oírse por la década de los 90. Antes, cuando mencionaban la trova, muchos hacían muecas. Hoy en cada provincia existe un movimiento”, comentó en una primera entrevista.

Tercera vez que participa Al Sur de mi Mochila, evento que reúne a los jóvenes trovadores y otros no tan jóvenes en Cienfuegos. ¿Qué méritos le atribuyes a esos espacios fuera de la capital?

“Este fue uno de los primeros eventos de trova surgidos en provincia. Ahora hay muchos otros, pero si somos justos el de acá es de los primeros. Este tipo de música en su momento tuvo mucha aceptación y seguidores, ya no pasa, aunque queda un público militante. Quien ama la trova generalmente no consume música comercial y esta sobra hoy.

“Empecé a venir Al Sur de mi Mochila en el 2000, recuerdo que los trovadores dormían en una casa de visita en Punta Gorda, que era una vergüenza, pero con un ánimo tremendo. Siempre fui guerrillero, de ir a los festivales de la trova para oír las otras canciones, para descargar juntos y grabar lo mejor.

“Por estos escenarios cienfuegueros han pasado talentosos músicos que luego han tocado la popularidad en poco tiempo, así pasó con el dúo Buena Fe, por decir alguno.  Sirve también para darnos ánimos (…) Ahora se hace un tipo de trova más lúdica, no es aquella trova para intelectuales aburridos que no sabían bailar. Estas nuevas generaciones han demostrado que si se puede defender el género y a la vez bailar. Ray Fernández, Tony Ávila son algunos, pero no los únicos exponentes de eso.

“Los trovadores somos como una especie de logia masónica, y nos reunimos alrededor de una idea fija: la música es lo más importante. Por eso, históricamente, los trovadores fueron modestos o pobres (…) Uno viene a estos lugares, donde hay muchas personas para oírte y te hace muy bien. Es una sensación hermosa. A mí me pagan por hacer algo que me encanta, aunque te aclaro que en un momento lo hice sin que me pagaran, y lo volvería hacer, sin problema”.

¿Por qué Ustedes los trovadores no saben na’ de la vida?

“Creemos saber. ¡Se puede ser un diletante!”.

Al admirador de Chico Buarque le sobran las Razones para una madrugada en esta Isla. No se cansara de ir y venir con la guitarra al hombro, como quien busca algo perdido. “Te digo algo: yo voy a ser de los que le caiga atrás a la gente para que oigan mis canciones (sonríe)”. Y uno siente que es pura verdad. No habrá modo de zafarse, de obviarlo.

Frank, el público ha cambiado, ahora no suelen venir al teatro, sino que disfrutan de la música en sus soportes digitales, la comparten, la descargan de un sitio web. Si algo está ausente de su carrera son los videos musicales, y eso hoy puede apartarlo del público joven…

“El video clip es un soporte muy caro. Generalmente la disquera donde uno tiene contrato es quien paga ese tipo de promoción. Un video clip no se baja de 3 mil CUC, y me parece una cantidad de dinero exorbitante.

“Puede ser que me aparte de los jóvenes y ese costo lo asumo. Trato de hacer videos de mis conciertos en vivo y eso rueda un poco más, pero sinceramente estoy ausente de ese fenómeno. En mi carrera artística he realizado tres, el último fue el de Cecilia. Mi nuevo disco Más, donde participarán varios músicos como David Torrens, Kelvis Ochoa, Issac Delgado, Los Van Van, Ray Fernández, Pancho Céspedes…, puede dar para hacer varios, tendría que pensarse.

“Si algún día en Cuba la internet funcionará y las personas pudieran descargar desde sus casas las canciones eso nos acercaría más”.

¿Te apartas o te apartan de los medios de comunicación? 

“Los medios te ayudan o te embarcan. Creo que la televisión, por ejemplo, debemos tenerla con dosis. Existen programas en los cuales uno debe aparecer lo menos posible. Hay artistas muy mediáticos y, sin embargo, no tiene poder de convocatoria. La gente no se los toma en serio.

“No me niegan los medios, menos ahora. Solo que los utilizo cuando tengo algo que decir (…) De vez en cuando aparece una canción que igual la censuran, no les gusta porque se mete con una institución o dice alguna verdad. Ahora mismo hice una llamada Que mala es la Aduana y no hay modo de colarla. Yo me burlo de mí y de otras realidades, es como acompañamiento que le hago a la sociedad”.

Frank Delgado no quiere hablar más. Al fondo se escucha la música que viene del patio del Teatro Tomás Terry, aquí en Cienfuegos. Él comienza a tararear y unas gotas de sudor dibujan diversos senderos en un mismo rostro. La canción lo llama y él no la hace esperar.

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Zulariam Pérez Martí

Periodista graduada en la Universidad Marta Abreu de Las Villas.

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