Fidel anduvo por aquí

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A decir verdad, nunca tuve la oportunidad de presenciar físicamente a Fidel. Ni siquiera de lejos en aquella noche del 26 de julio de 1999; tampoco en la tarde del 23 de marzo de 2004, cuando el aniversario 25 del Hospital Dr. Gustavo Aldereguía Lima. Mi contacto con el Comandante se redujo a su habitual aparición en la TV. Pero afirman los más viejos que él siempre estuvo cerca.

Nadie sabe con exactitud cuántas veces visitó Cienfuegos, aunque Ángel Álvarez Machado asegura que lo hizo en 58 ocasiones de manera oficial, según atesora en un profuso archivo, compilado durante sus funciones como director del periódico Vanguardia y luego en la sede provincial del Partido.

Suele recordarse con agrado el arribo de Fidel el 6 de enero de 1959, cinco días después del triunfo revolucionario. Fue el único desvío de la Caravana de la Libertad en su trayecto hacia la capital del país, con la intención de homenajear a los mártires del levantamiento popular armado del 5 de septiembre de 1957.

“Es que realmente con Cienfuegos hay que contar para rendirle el honor que merece. (…) Cienfuegos ha escrito su nombre muy alto en la lucha contra la tiranía batistiana”, aseveró ya en la madrugada del día 7, frente a miles de personas concentradas en el Parque Martí.

Sin embargo, su primera estancia en la ciudad aconteció mucho antes, el 12 de noviembre de 1950. Vino con el propósito de participar en un mitin convocado por estudiantes del Instituto de Segunda Enseñanza, tras la expulsión de varios alumnos que, opuestos al mandato del Ministro de Educación Aureliano Sánchez Arango, habían liderado una huelga desde el 3 de octubre de ese propio año.

Al llegar, el acto fue suspendido por el Ministro de Gobernación Lomberto Díaz, en menoscabo de la Constitución de 1940. Decidido a no aceptar la medida, llamó al diálogo con las autoridades en el Ayuntamiento, intento que culminara con su detención junto a Enrique Benavides.

Del hecho trasciende la carta de Fidel al diario La Correspondencia, con el fin de esclarecer lo ocurrido. Publicada en la edición del 21 de noviembre de 1950, el líder universitario sostuvo: “(…) como quiera que a nuestro entender el pueblo (…) merece una explicación de nuestra parte, deseamos hacerla, en la seguridad de ser complacidos por medio de este respetable órgano de prensa, cuyo imparcial espíritu periodístico todos reconocen, así como la ancha y valiosa puerta con que valientemente da entrada a las más diversas opiniones”.

Después de la victoria, su presencia al sur del archipiélago devino común. El 25 de mayo de 1959 acudió a la localidad de Aguada de Pasajeros, acompañado por Celia Sánchez Manduley, Antonio Núñez Jiménez y Pedro Miret. Ese año volvería nuevamente al territorio, convirtiéndose desde entonces en más asiduo de los visitantes.

En la primera etapa de la Revolución, podía encontrársele con frecuencia al tanto de obras constructivas, o simplemente como espectador de las tradicionales regatas que animaban la bahía. Algunos abuelos tal vez repasen la subida de Fidel a la Sierrita, el 7 de septiembre de 1960, con el objetivo de dar captura al bandido Barba Roja. Incluso, es muy posible que evoquen su llegada al central Antonio Sánchez, el 19 de abril de 1961, en el contexto de la invasión mercenaria. Allá, en el poblado de Covadonga, estableció un puesto de mando, antes de salir rumbo a Playa Girón.

Ya luego demoró seis años en volver al territorio. Lo hizo el 3 de abril de 1967, como parte de su visita a la Terminal de Azúcar a Granel Tricontinental. Hacia finales de esa década se interesó también por potenciar el auge de la ganadería en el municipio de Cumanayagua, hasta transformarlo en un importante polo de producción lechera.

Durante los años setenta, casi pudiéramos afirmar que Fidel no salió de Cienfuegos. Alrededor de 30 ocasiones estuvo aquí, en el marco del amplio programa de desarrollo socio-económico impulsado por el gobierno. En este periodo se inauguraron la Fábrica de Torula, la Fábrica de Riego por Aspersión Vasil Levski, así como el Hospital Provincial, el Campamento Ismaelillo y el Hotel Pasacaballo.

Similar ocurrió en los ochenta, ahora enrolado en el ambicioso proyecto de materializar en Cienfuegos el mayor complejo industrial del país, referente para toda la región del Caribe y América Latina. Ello implicaba la ejecución de la Central Electro Nuclear (CEN) —llamada a ser la obra del siglo XX en Cuba—, la Fábrica de Fertilizantes y la Refinería de Petróleo; inversiones que lo apasionaron y  robaron su sueño.

No por gusto muchas veces trajo consigo a presidentes, ministros o representantes de gobiernos. Consta la presencia de Erich Honecker, (jefe de Estado de la República Democrática Alemana), Pierre Trudeau (primer ministro de Canadá), Agostinho Neto (presidente de Angola), Todor Yikov (secretario general del Partido Comunista de Bulgaria) y León Febres-Cordero Ribadeneyra (presidente de Ecuador), entre más de una veintena de políticos.

Tampoco olvidan los cienfuegueros el 26 de julio de 1984, cuando la provincia celebró, por vez primera, la sede por el Día de la Rebeldía Nacional. En el transcurso del acto, el Comandante dijo sentirse impresionado por el entusiasmo y espíritu trabajador del pueblo.

Otra circunstancia vivía el país el 5 de septiembre de 1992, fecha en la que se conmemoró aquí el aniversario 39 de la gesta del Moncada y el 35 de la insurrección armada de 1957. Era palpable el derrumbe del socialismo euro-soviético y de todo cuanto representaba para Cuba, incluida la paralización de la CEN.

“Lo más importante de esta conmemoración—señaló Fidel— es que tiene lugar en medio del Período Especial (…) Para nuestro país la desaparición del Campo Socialista fue una gran tragedia, la desintegración de la URSS fue una tragedia todavía mayor y algún día la historia exigirá responsabilidades a los culpables. (…) Cienfuegos ha sido una de las provincias más afectadas…”.

Casi un lustro después, el 10 de octubre de 1996, regresaría, interesado por la situación del territorio tras el paso del ciclón Lily. Haría lo mismo el 5 de noviembre de 2002, con la finalidad de conocer  los daños del huracán Michelle.

En 2004 realizó la última visita, al cumplirse los 25 años del Hospital. Entonces resultaba impredecible no volverlo a ver por acá, como había hecho tantas veces en momentos de bonanza y crisis, o tras el paso de una tormenta. Lo atestiguan cada foto, testimonio o diálogo, de aquellas andanzas suyas por aquí.

*Este trabajo se realizó con la colaboración de Jorge Luis Marí, realizador del documental Profeta de la aurora, sobre las visitas de Fidel a Cienfuegos.

 

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Roberto Alfonso Lara

Licenciado en Periodismo. Máster en Ciencias de la Comunicación.

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