FEU se nutre de savia nueva en Cienfuegos

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Más de 400 alumnos de primer año en la Universidad de Cienfuegos recibieron el carné que los acredita como nuevos miembros de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), en acto efectuado en la sede Carlos Rafael Rodríguez, matriz de los centros de esa enseñanza en la Perla del Sur.

Más allá de lo ceremonial, la ocasión sirvió para rubricar el compromiso de la nueva hornada de jóvenes con una organización de profundas raíces históricas, y un rico legado de líderes de la talla de Julio Antonio Mella y José Antonio Echevarría.

En exclusiva para 5 de Septiembre, Mirthia Brossard Oris, vicepresidenta nacional de la FEU, dijo que previo a este momento, los nuevos ingresos ya había pasado, desde la misma primera semana del curso, un periodo de familiarización con las características de esta nueva etapa como estudiantes de la educación superior, al tiempo que realizado un acercamiento al funcionamiento y misión de la organización como su representante.

“Los alumnos conocieron, por tanto, del principal proceso en el que estamos inmersos ahora mismo, el aniversario 95 de la Federación Estudiantil Universitaria, a celebrarse el próximo 20 de enero”, precisó la dirigente juvenil.

Al decir de la vicepresidenta nacional, al calor de la efeméride se está desarrollando en todas la universidades del país un amplio movimiento en torno a actividades de carácter político, ideológico, cultural, deportivo, científico, investigativo y productivo…, “en fin, nuestro propósito es que todos ellos se articulen y funcionen armónicamente en cada uno de los centros de esta enseñanza”, aseveró.

Agregó la vicetitular de la FEU que las principales acciones están dirigidas a lograr que las brigadas estudiantiles se conviertan en el principal espacio de discusión, análisis, debates y reflexión desde el seno de las universidades.

“Particular atención merece el movimiento de alumnos ayudantes, comentó, en especial el contingente ‘Educando con amor’, una fuerza de gran impacto social, comoquiera que los estudiantes universitarios incorporados a él pueden contribuir a suplir el déficit de maestros y profesores en centros de otras enseñanzas”.

¿Qué compromiso entraña ser miembro de la FEU?

“Figúrese, la FEU tiene casi una centuria de existencia, militar en sus filas significa el compromiso nuestro con esos 95 años de historia viva; es mantener ese legado de tantos años de luchas y victorias estudiantiles. Y entraña, además, la responsabilidad de conservar la organización activa y joven”.

¿Mensaje al estudiantado cienfueguero?

“Los exhorto a formarse como buenos profesionales, sobre todo porque ello lleva implícito dotarse, además del conocimiento, de valores éticos, ideológicos y políticos que los distinga de manera integral”.

La FEU es miembro de la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (OCLAE) y de la Unión Internacional de Estudiantes (UIE). En la actualidad la integran más de 240 mil miembros, quienes reconocen como su Presidente de Honor a José Antonio Echeverría, símbolo de las luchas estudiantiles en Cuba.

La vicepresidenta nacional de la FEU se refiere a las actividades por el aniversario 95 de la organización./Foto: Yuliet Sáez

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Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

Un Comentario en “FEU se nutre de savia nueva en Cienfuegos

  • el 30 septiembre, 2017 a las 12:40 pm
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    ¿Sabrán nuestros jóvenes porqué se escoge esta fecha cada año para organizar las actividades de ingreso a la Federación Estudiantil Universitaria (FEU)? Con el ánimo de contribuir al conocimiento, ofrezco estas notas, a manera de comentario que sirva para agregarle valor añadido al excelente trabajo periodístico del buen amigo y colega Armando Sáez:
    “Hasta después de muertos somos útiles”, había proclamado martianamente Julio Antonio Mella, y la certeza de tal afirmación lo demuestran los acontecimientos generados el 29 de septiembre de 1933, por las aspiraciones del pueblo cubano, y la decisión del primer Partido Comunista de Cuba -creado por él y Baliño-, de traer sus cenizas a la Isla desde México, donde había sido asesinado por hombres a la orden del tirano Gerardo Machado, de común acuerdo con la embajada de Estados Unidos.
    Esa decisión de que descansaran en su Patria, representaba el deseo del estudiantado y proletariado cubanos, que admiraban la estatura continental de Mella y su profundo conocimiento del pensamiento de José Martí.
    Así que poco después del derrocamiento del tirano Machado se advirtieron ciertas condiciones propicias para devolver a la tierra cubana las cenizas de Mella. El 5 de septiembre de 1933 se creó en México el “Comité pro traslado de las cenizas de Mella”, integrado por un grupo de revolucionarios cubanos y mexicanos, quienes debieron vencer grandes obstáculos pues en dos oportunidades la policía del vecino país quiso apoderarse de los restos del gran rebelde cubano: primero durante la exhumación en el cementerio de Dolores, después en la Universidad mexicana, el 12 de septiembre, donde se efectuó la custodia y despedida de esos restos venerados. Fueron los propios estudiantes, cubanos y mexicanos, quienes lo impidieron en dura refriega que terminó con varios heridos y detenidos.
    Una delegación cubana, encabezada por el intelectual comunista cubano Juan Marinello, María Josefa Vidaurreta y Gertrudis Sánchez Rueda; y Andrés García Salgado y Rodolfo Dorantes, por la parte mexicana, se encargaron de traer a Cuba las cenizas del querido líder.
    El recibimiento en La Habana estuvo pleno de fervor patriótico. En el local de la Liga Antimperialista de Cuba, otra creación de Julio Antonio, sito en Reina y Escobar, los trabajadores y el pueblo le rindieron solemnes guardias de honor. Manos obreras le habían construido un sencillo obelisco en el Parque de la Fraternidad para que descansaran siempre allí las reliquias mortuorias del gran luchador cubano.
    La ceremonia estaba fijada para el 29 de septiembre de aquel año 1933. Miles de habaneros y gente de otras demarcaciones se dieron cita para escuchar las palabras del máximo dirigente comunista Rubén Martínez Villena, que para entonces ya se encontraba gravemente enfermo. Pero la reacción burguesa odiaba demasiado a Julio Antonio Mella como para permitir que sus cenizas descansaran en paz, rodeado del cariño popular. Conscientes de que sus cenizas y el obelisco serían lugar de cita permanente de revolucionarios y de los rebeldes estudiantes universitarios, sitio de culto y agitación, de común acuerdo el jefe del Ejército, coronel Fulgencio Batista y el embajador norteamericano míster Summer Welles, propiciaron que soldados del Ejército, junto con antisociales armados y pagados por la burguesía nacional, atacaran la ceremonia pacífica y reverente, golpeando a la multitud, mientras otros grupos de igual calaña asaltaban locales sindicales y los destrozaban.
    En la reyerta del Parque de la Fraternidad habanero hubo varios muertos baleados, entre ellos el pionero Paquito González Cueto, cuyo nombre lleva nuestro Hospital Pediátrico de Cienfuegos. Pero manos revolucionarias lograron salvar los restos de Mella, que durante 26 años permanecieron bien ocultos y resguardados cariñosamente hasta el triunfo de la Revolución.
    Mella no pudo ser honrado aquel 29 de septiembre de 1933, pero después del triunfo de la Revolución, el primero de enero de 1959, la urna resultó acogido amorosamente por un pueblo que no lo olvida, y sus cenizas descansan en la base de la escalinata universitaria, custodiado y honrado permanentemente por nuestros jóvenes, y vive en el corazón y la obra indestructible del pueblo revolucionario cubano.

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