Faustino Pérez: un revolucionario humilde y desafiante

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Nació hace un siglo y vivió 72 años. Fue de esas personas cuyo nombre no necesitaba apellidos, ni el peso del cargo para ser identificado: Faustino Pérez Hernández, el  comandante del Ejército Rebelde, uno de los 82 expedicionarios del yate Granma, insigne luchador de la clandestinidad, médico combatiente, figura entre los hijos de Cuba que colocaron sus vidas a favor de la independencia y a la cristalización de los sueños por los cuales lucharon.

En Zaza del Medio, en la actual provincia de Sancti Spíritus, el 15 de febrero de 1920 vino al mundo, primogénito de una pareja de campesinos pobres: José Demetrio Pérez Leal, inmigrante canario, y Amada Julia Hernández Rodríguez, nacida en Pinar del Río y también de origen canario. El mayor entre diez hermanos, su infancia estuvo signada por los apremios de la pobreza que sacudía a muchos cubanosy como tantos otros de su condición, de pequeño sele vio entregado a las difíciles y numerosas labores del campo.

No obstante sus limitaciones financieras, tuvo junto a sus hermanos la posibilidad de estudiar, aunque a fuerza de voluntad hubo de sortear las penurias económicas y la responsabilidad familiar para vencer la enseñanza primaria y el bachillerato.

En esa etapa recibió las primeras influencias de su pensamiento revolucionario de parte de su maestra Celestina Pérez, de quien admiró su inteligencia, patriotismo y abnegación. Fueella quien inspiró en él la idea de alfabetizar a adultos vecinos y jornaleros en la finca donde vivía. Y esta resultó, quizá, la primera entre muchas acciones de una vida dedicada al bienestar de los demás.

Esa propia vocación de servicio guió la decisión del joven de continuar estudios universitarios en la especialidad de Medicina, otro premio a su tenacidad. Durante esos duros años de bregar universitario, donde sufrió las bofetadas de la desigualdad social, germinó en él la semilla revolucionaria, plantada por sus primeros maestros, que le inculcaron el pensamiento martiano, e irrigada por las enseñanzas de honradez y justicia recibidas en el seno del hogar.

No es poco lo que puede decirse de este hombre “hecho de una sola pieza, revolucionaria y patriótica”, un  hombre “limpio, auténtico, sagaz” como diría su entrañable amigo y compañero de luchas Armando Hart. Fue fundador del Movimiento Nacional Revolucionario, dentro de cuyas filas protagonizó importantes acciones. No participó en los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes el 26 de julio de 1953, pero visitó a los moncadistas heridos que estaban ingresados en Santiago de Cuba. La lectura de La Historia me Absolverá, su apego a los ideales y objetivos expuestos allí por Fidel, lo llevaron a integrar,en junio de 1955, la dirección nacional del Movimiento 26 de Julio.

Tras la partida de Fidel, Raúl y otros revolucionarios hacia México quedó en Cuba organizando el Movimiento en todo el país y recaudando fondos para la expedición que se preparaba. Viajó a México en varias oportunidades, en cumplimiento de instrucciones de Fidel, y en octubre de 1956, asumió la dirección político-administrativa de un campamento donde se preparaban los combatientes. Vino a Cuba como expedicionario del Granma, con el grado de capitán.

Después del combate de Alegría de Pío, fue uno de los dos expedicionarios que permanecieron junto a Fidel hasta reencontrarse con el grupo de Raúl en Cinco Palmas. Allí recibió la orden de cumplir riesgosas misiones en la clandestinidad. Entre ellas sobresalió el traslado a la Sierra Maestra del periodista del New York Times Herbert Matthews a entrevistar a Fidel y el secuestro del campeón mundial argentino Juan Manuel Fangio.

De acuerdo con el historiador Mario Mencía, luego del fracaso de la huelga de abril de 1958, dio muestras de su honradez y entereza al culparse por este revés y estremecerse ante las numerosas bajas. Entregó la dirección a otros compañeros y se reincorporó el 28 de junio de ese año a la Sierra Maestra, bajo las órdenes de Fidel.

Consulte Mapa Interactivo sobre la expedición del Yate Granma||La ruta del Granma

Tras el triunfo de la Revolución, Faustino Pérez integró el primer gobierno revolucionario en calidad de ministro de Recuperación de Bienes Malversados (MRBM). En menos de seis meses de trabajo, recuperó 20 millones de pesos en efectivo y 50 millones  en bienes materiales.

Participó en la lucha contra bandidos, en los combates de Girón. Organizó el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos y lo encabezó durante nueve años. Con posterioridad, fundó  también los Servicios Comunales.Entre 1969 y 1973,  fungió como primer secretario del Comité Regional del Partido Comunista de Cuba en Sancti Spíritus y de 1973 a 1977 fue embajador de la República de Cuba en la República de Bulgaria, con resultados encomiables. Ese año lo nombraron jefe de la Oficina de Atención a los Órganos Locales del Poder Popular, responsabilidad que ocupó hasta 1989.

En esa misma fecha, ya con su salud quebrada por una enfermedad cardíaca y 70 años a cuestas, solicitó y asumió la dirección de un programa de desarrollo agropecuario y social en la Ciénaga de Zapata, hasta su muerte, el 24 de diciembre de 1992. Aquel día se apagaba la existencia de un hombre “humilde y desafiante”, tal lo describiera Pedro Miret durante su sepelio.

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Yudith Madrazo Sosa

Periodista y traductora, amante de las letras y soñadora empedernida.

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