Excarcelación de los Moncadistas: diálogo entre el Maestro y sus discípulos
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Este día, en 1955 fueron liberados de su encarcelamiento los combatientes revolucionarios y martianos de los asaltos a los cuarteles Moncada de Santiago de Cuba, y “Carlos Manuel Céspedes”, de Bayamo, el 26 de julio de 1953. Fue una victoria de la movilización de las masas.
Es que la dignidad, el patriotismo, nunca ha podido permanecer encerrado dentro de rejas carcelarias injustas. Esa liberación fue alcanzada por la presión nacional e internacional de pueblos de muchos países del mundo que admiraban la valentía de esos combatientes jóvenes estudiantes y patriotas.
Durante el forcejeo politiquero de las pestilentes elecciones de aquella época, era costumbre conceder indultos a presos. Se concedía una amnistía general o indultos a presos políticos y comunes, como mentirosa señal de “clima político pacífico y normal”.
Al preparar elecciones que hicieran olvidar el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, Batista concedió esos indultos en 1955 como era costumbre, sólo que en esta ocasión hizo la excepción de los “moncadistas”. Entonces el pueblo cubano y las organizaciones de amigos en el exterior, libraron una campaña de masas para reclamar que esa liberación alcanzara a los combatientes que cumplían prisión en el presidio de Isla de Pinos. Y así se logró que se abrieran las celdas para los heroicos patriotas que pudieron volver a la pelea.
Esta liberación ocurrió cuatro días antes del aniversario de la caída de José Martí en Dos Ríos, el 19 de mayo de 1895. Era como una reanudación del diálogo entre el Maestro y sus discípulos, entre el Apóstol de nuestras libertades y sus seguidores de la Generación del Centenario. La libertad y el patriotismo no pueden encerrarse.
Al mediodía del domingo 15 de mayo de 1955, un oficial de la prisión de la otrora Isla de Pinos avisa que los asaltantes comenzarán a salir en tres grupos con intervalos de más de 30 minutos. Fidel estuvo en el segundo. Descienden con sus maletas la escalinata hasta la explanada del penal, donde los esperan familiares, periodistas y fotógrafos que captan ese instante que ha perdurado como la imagen visual de la excarcelación.
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