Evocación a ocho jóvenes víctimas del odio colonial

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Tan jóvenes como aquellos. Así son quienes en un asalto de amor y homenaje tomaron parte de las calles cienfuegueras para peregrinar, desde la Universidad de Ciencias Médicas Raúl Dorticós Torrado hasta el monumento que en Prado y Zaldo recuerda a los mártires de la independencia en Cienfuegos.

Y no podía ser de otro modo. Convocó el aniversario 148 del fusilamiento de los ocho estudiantes de Medicina, víctimas del odio y sobre todo del temor que representaba para la metrópoli la pujanza de una juventud que ya se había hecho presente en la manigua.

Hubo descargas de fusil: 30 salvas, pero no de anuncio de la muerte, sino en tributo a la vida eterna de quienes devienen ejemplo y acicate de la nueva generación; de esos mismos que hoy visten el uniforme que identifica a quienes se preparan para formar parte del ejército de batas blancas que en trincheras por la salud y el bienestar libran importantes batallas dentro y fuera de nuestras fronteras.

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Ellos, los ocho muchachos, estaban allí en cada rostro imberbe, en cada mirada curiosa, en las ganas de hacer más en pos de un futuro luminoso. A ellos llegaron ofrendas de flores, canciones, poemas, y también las palabras de Yamandi Pimentel Agudo, presidente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) de Ciencias Médicas en Cienfuegos. “(…) son historia, fuerza, convicción profunda de que nada podrá frenar la marcha indetenible de la juventud cubana, que en esta tierra jamás volverá a llorar por inocentes porque hay un pueblo que mueve la locomotora de la historia sobre la base de la justicia, el decoro y el patriotismo (…)”.

Para siempre recordar. Así son los sucesos acaecidos aquel 27 de noviembre de 1871 en la explanada de La Punta, frente al Castillo de los Tres Reyes del Morro, en La Habana, cuando cual daga en el corazón de la inocencia el colonialismo español apagó la vida de ocho inocentes.

No vale la desmemoria. Para no olvidarlos, para que vivan por siempre, los jóvenes cienfuegueros junto a las autoridades partidistas y gubernamentales de la capital provincial se dieron cita porque ellos forman parte de nuestra historia; porque murieron en brazos de la Patria agradecida y con su muerte no se esfumaron sino que comenzó la vida.

La peregrinación estudiantil abarcó desde la Universidad de Ciencias Médicas Raúl Dorticós Torrado hasta el monumento que en Prado y Zaldo recuerda a los mártires de la independencia en Cienfuegos. /Foto: Juan Carlos Dorado
La peregrinación estudiantil abarcó desde la Universidad de Ciencias Médicas Raúl Dorticós Torrado hasta el monumento que en Prado y Zaldo recuerda a los mártires de la independencia en Cienfuegos. /Foto: Juan Carlos Dorado

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Tay Beatriz Toscano Jerez

Periodista.

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