Especialistas del Jardín Botánico de Cienfuegos impulsan proyectos de conservación de la flora

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Evaluar las especies endémicas amenazadas; la reproducción de la  Erythrina elenae; conformación de los mapas de paisaje, vegetación y suelos en las áreas protegidas de Pico San Juan, Topes de Collantes y Hanabanilla forman parte de los proyectos del Jardín Botánico de Cienfuegos.

Estos tienen alcance internacional junto al monitoreo de la calidad del agua, el inventario de la fauna dulce-acuícola en el río Cabagán y el estudio de la biodiversidad  en la finca Las Margaritas.

También elaboran mapas de vegetación y uso de suelos en la cuenca Arimao e identifican la biodiversidad en las arboledas de galería, reintrodujeron 17 individuos de ese tipo y aportaron un bosque martiano en la comunidad de San Marcos.

Por otra parte los servicios científico- técnicos estuvieron dirigidos al monitoreo poblacional del Rhopalurus junceus (escorpión azul), en las áreas de captura Boca Ambuila y Loma de San Juan, para el cliente Labiofam.

Laboraron, además, en la restauración ecológica de las minas de perdigones a cielo abierto, para el cliente Cemento Cienfuegos; el diseño y mantenimiento del manto verde en estaciones meteorológicas (Cienfuegos y Aguada) y el inventario e identificación de la flora presente en áreas de jardinería para el cliente Campismo Villa Guajimico.

Los guardabosques de nuestro tesoro forestal recibieron capacitaciones y dieron inicio al trabajo en la cueva Martín Infierno y el Pico San Juan.

Ileana Fernández Grañas, ingeniera agrónoma y especialista en conservación de la flora en el Jardín Botánico desde 1996, explica que las colecciones son muy viejas y es necesario restaurarlas: “Hay especies que sobrepasan 60 años, requieren poda, atención fitosanitaria; hacemos por eso el programa de conservación que establece prioridades, para aquellas que se consideran en peligro crítico, existe un programa de manejo.

“Existen aquí más de 600 plantas únicas, con reducido número de individuos,

entre ellas más de 200 son individuos únicos; la fórmula es identificar representatividad, longevidad, reproducción y estatus (si es endémica invasora o nativa)”.

Agregó Fernández Graña que este trabajo se puede extender a otros jardines.

Trabajan en proyectos con flora endémica amenazada, uno de ellos con el auspicio de la organización Botanical Garden Conservation International (BGCI), donde protegen el Juglans jamaicensis y la Erythrina elevae, típicas del occidente y centro de Cuba.

Tales especies han sido cultivadas en viveros y ya han logrado llevarlas al medio natural, también a otras instituciones del país.

Agregó la especialista que tienen otros proyectos similares con el Fondo Nacional de Medio Ambiente y el de Desarrollo Forestal, los cuales poseen planes de capacitación y extensión comunitaria.

El mantenimiento de la colección de plantas vivas y el cultivo de flora amenazada son estrategias del Jardín Botánico de Cienfuegos, en lo referente al manejo ambiental, según informaciones de Niurka Medina Bárzaga, subdirectora técnica de la institución.

El proyecto Conectando paisajes protege los ecosistemas de montañas, a fin de crear un corredor biológico mesoamericano, donde pervivan todas las especies del área, o sea, pretende lograr sostenibilidad y desarrollo a partir de sus propios elementos.

Especialistas del Jardín Botánico de Cienfuegos desarrollan tal proyecto en el grupo Guamuhaya, mientras en el país hay otros: Guaniguanico, Nipe, Sagua-Baracoa y Bacuranao, según confirmó Julio León Cabrera, de la institución cienfueguera.

Especificó que aquí protegen más de mil cien especies de plantas en el lomerío, con alto endemismo. El mayor índice de diversidestá en el complejo de mogotes, así como en los bosques fluviales. La tesis doctoral de nuestro director Leosvelis Vasallo trata precisamente sobre la agroproductividad de los cafetales; allá en las alturas, pueden combinarse con otros cultivos propios del lugar”.

Otro proyecto de la Tarea Vida en el «Botánico» es el de Cuencas hidrográficas: “Participamos con el estudio de Arimao, donde investigamos toda la biodiversidad; hacemos inventarios y proponemos acciones, explicó León Cabrera.

«En este caso la protección de la costa es esencial —continuó—, pues esta cuenca tributa a gran cantidad de sistemas, tiene muchos movimientos hídricos; si no logramos conservarla traerá grandes problemas, por eso le hacemos reforestación y buen manejo”.

Agregó que la flora de Guamuhaya tiene un 37 por ciento de endemismo y gran biodiversidad.

Otro de los programas de la Tarea Vida es la restauración de las plantas autóctonas de la costa de Rancho Luna.

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Dagmara Barbieri López

Periodista. Máster en Ciencias de la Comunicación.

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