En el Palacio Leblanc de Cienfuegos muestra La llama del carisma

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Asomarse, con los ojos del presente, a la vida de dos hombres que se admiraron mutuamente, se profesaron amistad sincera yconvirtieron el más puro humanismo en convicción profunda de la existencia. Eso permite a los cienfuegueros, la muestra inaugurada este seis de enero en el Palacio Leblanc, sede de la Oficina del Conservador de la Ciudad de Cienfuegos (OCCC). Y es como si Fidel regresara a esta urbe marinera un mismo día, aunque 63 años después de aquella tarde noche en que llegó, al frente de la Caravana de la Libertad.

La Exposición fotográfica La llama del Carisma, homenaje a Fidel Castro en el aniversario 95 de su natalicio, abre esa ventana al pasado reciente. 13 instantáneas; 13 momentos que significaron hitos y acontecimientos, en los que el líder de la Revolución estuvo acompañado por quien fuera el alma del movimiento restaurador del patrimonio arquitectónico de la Capital y de imprescindibles figuras y pasajes de la historia patria, Eusebio Leal.

Foto: Efraín Cedeño

Este conjunto fotográfico inauguró, el 13 de agosto de 2021, la Casa Eusebio Leal Spengler. Su título viene del artículo que, con prosa apasionada, escribiera el historiador de La Habana sobre el magnetismo absoluto en la palabra y la figura del Comandante en Jefe.

Henos aquí, ante el político, el orador, el hombre público (…) Con un verbo adornado por la llama del carisma, ha vivido bajo la urgencia de los profetas y posee el concepto “ignaciano” de la disciplina, que ha ejercido en la lectura, la meditación y la vigilia”, se lee en el texto, publicado por primera vez en el segundo volumen de Poesía y Palabra de la Colección Opus Habana de 2001.

Durante la inauguración de La llama del carisma, Ariel Gil, responsable de la Casa Eusebio Leal Spengler, destacó que es esta “una institución de Cultura”, desde donde se “estudia, sistematiza y promociona el pensamiento de Leal”. El inmueble, antigua casa Arango y Parreño, acogió los últimos seis años de trabajo del historiador.

Con la iniciativa, Gil refirió la intención “de homenajear la vida de (Leal) un hombre útil y fecundo, gran discípulo del gigante (Fidel), el hombre de la Revolución y padre del pensamiento revolucionario cubano” y contribuir con ello “al sentimiento de la nacionalidad y al patriotismo”.

Foto: Efraín Cedeño

Las imágenes que hoy prestigian las paredes del patio interior del Leblanc, ya transitaron por Matanzas y continuarán por el resto de las provincias hasta llegar a Baracoa, Villa Primada de Cuba, destacó Argel Calcines, curador de la muestra.

A que se entienda esta itinerancia como símbolo de “la necesaria unidad de la Red de Historiadores y Conservadores de Cuba para hacer que el tema del patrimonio sea la búsqueda de la alta Cultura; no una alta Cultura de diferenciación entre lo popular y lo elitista, sino una alta Cultura que maneja el criterio de la autenticidad”, exhortó el también director de la Revista Opus Habana.

Imágenes de Fidel y Leal mientras hojeaban, en 1999, el primer tomo de la serie Para no olvidar, testimonio gráfico de varias décadas de restauración del Centro Histórico de la Habana. Para no olvidar se convertiría en el nombre de la Sala que hospedó La llama del carisma en la Casa Eusebio Leal Spengler.

Instantes de la Consagración de la Iglesia Ortodoxa Griega San Nicolás de Mira, por el arzobispo de Constantinopla. Allí donde a Fidel se le otorgó la Orden de San Andrés y Leal recibió como regalo un ícono de San Eusebio, Padre de la Historia de la Iglesia Cristiana.

La inauguración de la Quinta de los Molinos, la visita de Rajiv Ghandi, primer ministro de la India en 1985, y de Dan Rather, periodista de la cadena estadounidense CBS que entrevista a Fidel y otros sucesos y giros de la Historia aparecen en la muestra.

Marydé Fernández López, miembro del Comité Central del Partido y primera secretaria en la Provincia y Alexandre Corona Quintero, gobernador de Cienfuegos, acompañaron a Perla Rosales, directora adjunta de la Oficina del Historiador de La Ciudad de la Habana y a Irán Millán Cuétara, director de la OCCC en la inauguración de La llama del carisma.

Foto: Efraín Cedeño

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