En Cienfuegos: Ana murió de un sonetazo

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Ana Teresa Guillemí Moreno y Wayacón (quien no necesita nombres y apellidos, porque entonces dejaría de ser aunque ante la ley se nombre Julián Espinosa Rebollido) escritora y pintor cienfuegueros, se han unido en el noble proyecto de imprimir sobre papel braille ilustraciones para cubiertas de libros escritos por ella. Y ¿quién no conoce a estos personajes-personalidades de la cienfuegueridad?

Varios títulos de obras para niños y adultos llenan los anaqueles de lectores, publicadas por editoriales locales, nacionales y hasta extranjeras. Poeta, narradora e investigadora, es una incansable activista social, al colaborar con varios proyectos comunitarios de toda la geografía sureña; y encuentra en la Bibliotecología, además, el modo de promover e incentivar la cultura.

Anita, con la comunidad de ciegos mantienes una muy estrecha vinculación, ¿Por qué el nexo?

“Siempre he estado vinculada a ellos, por lazos familiares primero, y luego porque encuentro mucha sensibilidad. Dirijo el taller literario Jorge Luis Borges, y edito el boletín Mundo Abierto, ambos de la Asociación del Ciego (ANCI); y tengo investigaciones históricas sobre el tema en Cienfuegos. De ahí se promueve este proyecto de diseñar cubiertas de libro sobre papel Braille, para atraer la atención de los videntes hacia la comunidad. Son ilustraciones originales, de la autoría de Wayacón, hechas a propósito de las temáticas de los libros”.

Anita Guillemí, como le conocemos los cienfuegueros, cuenta, además, en su haber, con investigaciones sobre temas metodológicos para la enseñanza de la Lengua Española, así como incentivar la lectura entre niños ciegos o de baja visión. También preside el Club de Poetizas Cienfuegueras; y se acercó a la vida de Samuel Feijoo, de conjunto con José Díaz Roque, ese intelectual que aunque ya no está, nos legó su extensa obra.

Así, muy pronto tendremos en las librerías, ya en proceso de edición por la editorial Damují, a Ana murió de un sonetazo, libro de poemas y sonetos, con cubierta de Wayacón y en papel Braille, para que todo cuando pase su mano por los “puntos” se remita a la sensibilidad que ellas, las personas ciegas y de baja visión, precisan de quienes somos sus “ojos”.

Julián Espinosa Rebollido (Wayacón)./Foto: Efraín Cedeño
Julián Espinosa Rebollido (Wayacón)./Foto: Efraín Cedeño

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Magalys Chaviano Álvarez

Periodista. Licenciada en Comunicación Social.

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