En Cienfuegos: agua que sigue sin caer

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 4 minutos, 49 segundos

Sesenta y un días sin llover fue el récord registrado por la estación meteorológica de Cantarrana, en las afueras de la ciudad de Cienfuegos. Con los chubascos del sábado 7 de enero se rompió la infausta marca de 45 días, intacta desde 2005, el año en que vivimos una severa sequía.

De entonces a la fecha, se habla cada vez con mayor frecuencia del fenómeno, y 2016 no ha sido la excepción.

Al inicio del período menos lluvioso del año, noviembre y diciembre del año recién concluido, precipitó el 4, 2 por ciento y algo más del 2 por ciento de la media histórica, respectivamente. “En suma ambos resultan los más secos en 52 años”, resume el MsC. ingeniero Luis Estupiñán, especialista en manejo de recursos hídricos del INHRH.

Según último Suplemento Especial de Vigilancia de la Sequía, emitido por el Grupo de Meteorología Aplicada, del Centro Meteorológico Provincial, la causa principal fue la ausencia de sistemas frontales típicos en esta época del año, los cuales aportan lluvia. En diciembre solo uno afectó al país, de tres que indica la media.

Así terminó 2016: “el 75 por ciento de la provincia presenta déficits de lluvias que llegan a ser moderados, severos y extremos en 36.4por ciento del territorio, y los municipios de Lajas, Cruces, Palmira y Cienfuegos los más afectados”, certifica el Resumen Climático Anual, del Centro Meteorológico Provincial.

TRADUCIENDO LAS ESTADÍSTICAS

Sin embargo, según los parámetros del Centro Nacional del Clima, con mil 225 milímetros de lluvia, —el 84 por ciento del promedio anual—, el recién terminado calendario fue para Cienfuegos un año cercano a lo normal.

Pero si se examinan las estadísticas, resulta que la mayor parte correspondieron a enero, “mes muy lluvioso, dando continuidad a la tendencia observada en noviembre y diciembre de 2015, meses que sobrepasaron significativamente sus acumulados históricos”.

El análisis anual del clima, explica que esta situación fue consecuencia del impacto del evento ENOS 2015-2016, El Niño-Oscilación del Sur, fenómeno natural asociado al calentamiento periódico de las temperaturas en la superficie del mar y que provoca atípicas lluvias en períodos tradicionalmente secos, como ciertamente ocurrió.

Le siguieron febrero y marzo marcando la diferencia: disminuyeron acentuadamente las precipitaciones; y en el trimestre febrero-abril los déficits fueron significativos en la mayor parte del territorio.

Los meses más lluviosos, junio y septiembre, tampoco llegaron a sus promedios.

Para agravar la situación, el bimestre septiembre- octubre evidenció nuevamente la carencia, por lo que el actual período estacional poco lluvioso (que se inicia en noviembre y termina en abril) “comenzó con déficits de lluvias —clasificados como ligeros— en un 35 por ciento de la provincia, más notables en los municipios de Lajas, Cruces y zonas de Cumanayagua y Palmira”, concluye el boletín.

Tal escenario, favorecedor para las labores de zafra y cultivos como el frijol; no lo es para la ganadería, que enfrenta el menoscabo de los pastos, proclives además a incendios forestales. Tampoco resulta beneficioso para el manto freático.

ALERTA PARA AGUAS SUBTERRÁNEAS

“Ese comportamiento, a inicios del período seco, tendrá incidencia en las siete cuencas subterráneas; las tres de interés nacional: Hanábana, Juraguá y Abreus, que se monitorean, ya comenzarán sus descensos”, afirma el ingeniero Luis Estupiñán; al finalizar enero habrá que evaluar para dar seguimiento decenal”.

Estupiñan señala cómo la región de Aguada de Pasajeros- 1- Hanábana, donde se localizan los grandes planes arroceros de la provincia, se acerca a la cota de alerta.
Luis Estupiñán señala cómo la región de Aguada de Pasajeros- 1- Hanábana, donde se localizan los grandes planes arroceros de la provincia, se acerca a la cota de alerta.

“Hanábana”, donde se localizan los grandes planes arroceros, se acerca a la cota de alerta, y aunque se mantiene en régimen de entrega garantizada, la explotación natural correrá riesgos si sobrepasa el balance planificado, con consecuencias similares a las de 2015, cuando fue necesario limitar las siembras del cereal.

El especialista en manejo de recursos hídricos recomienda a cada productor realizar una observación de sus pozos, “porque al bajar mucho el nivel de las bombas, pudieran provocarse alteraciones físicas y en la concentración de algún elemento químico como el cloro, nitratos o magnesio, afectando los rendimientos hasta un 80 por ciento, como ha sucedido en otras ocasiones. Un uso normal, regulado, asegurará que se mantengan por debajo del nivel de alerta y cercano al de alarma.

“Otras áreas tradicionalmente afectadas, serán aquellas donde habita el 40 por ciento de la población que se abastece directamente del manto: el norte de Lajas, el noreste de Rodas, y el Circuito Sur, perteneciente al municipio de Cumanayagua”, detalló el experto.

En el macizo de Guamuhaya, la diminución de las precipitaciones en es un hecho. De acuerdo con el Resumen Climático Anual, los déficits de acumulados desde 2015, “llegaron a ser más extremos en la zona montañosa donde más precipita históricamente. Es interesante el hecho de que el acumulado de estos dos meses es el más bajo desde 1980 hasta la fecha”. Explicó Estupiñán.

Una nota informativa emitida a inicios del año por el Centro de Meteorología Agrícola del (INSMET), confirma que “se espera se mantengan condiciones de sequía agrícola”.

Ante la pertinaz ausencia de precipitaciones, el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), comenzará a monitorear las fuentes contaminantes, anuncia el especialista, “porque no se trata de dejar de producir, sino hacerlo con responsabilidad. Un mal un mal manejo de fertilizantes por ejemplo, pudiera complejizar la situación de la sequía meteorológica, condenando fuentes para el consumo humano que tardarían en recuperarse tres décadas o más, como ocurrió en la localidad crucense de Potrerillo”·

GARANTÍAS DE ABASTO

Aunque las lluvias no han favorecido la situación hidrológica del territorio, existen garantías en aguas superficiales. Los embalses cienfuegueros rebasan el 79 por ciento de su capacidad, favorable si se tiene en cuenta que no sucede igual en diez provincias del país.

“Es así, a pesar de tener una presa como “Voladora”, que permanece a menos del 25 por ciento de su capacidad, porque ya vamos para el séptimo año que no se suceden allí precipitaciones, ni se realizan entregas, solo su gasto sanitario”, asegura el experto de la Empresa de Aprovechamiento Hidráulico.

“Galindo”, a pesar de mantenerse entre el 25 y el 50 por ciento de su capacidad, asegura las entregas previstas en el balance de agua anual”, añadió el especialista.

“Paso Bonito”, cuenta con más de 20 días de cobertura, pero la presa Hanabanilla, operada por Villa Clara y que abastece aproximadamente al 60 por ciento de la población de la ciudad capital, no rebasa el 33 por ciento de su capacidad.

“Ese es el inicio de un complejo hidráulico que comienza con la generación de energía eléctrica, entrega a Paso Bonito, y de esta se sirven clientes de Santa Clara, Cumanayagua y la Perla del Sur, además de trasvasar a la presa Avilés. Es embalse es un regulador hiperanual, y en él tenemos reservas suficientes, porque está subutilizado, asevera el representante del INRH. Lleva ya varios años que de sus 166 millones, se utiliza apenas el 30 por ciento. Por eso es un puntal para inversiones futuras.”

Pero si sigue sin llover lo suficiente desde Cuatro Vientos hasta Paso Bonito, el embalse del Hanabanilla descendería drásticamente sus niveles.

Por ahora, aseguran los entendidos, no sufriremos carestía del líquido en lo que depende de las aguas superficiales; las afectaciones se originarán en las subterráneas, sobre todo para la agricultura en el oeste de la provincia.

¿SE PROLONGA LA SEQUÍA?

 El Centro Nacional del Clima confirma que en 2016 añadió a la continuidad de la sequía, sobre la que advirtiera desde 2004: “el 32 por ciento de toda el área geográfica de Cuba presentó déficits en los acumulados de las lluvias. Estos se concentraron en la región central del país”.

Especialmente para Cienfuegos el inicio del período seco, fue el más crítico en 52 años.

Para enero, “se prevé que (…) ocurran totales de precipitación (…) por debajo de lo normal en el centro y oriente del país”, asegura el Suplemento Especial de Vigilancia de la Sequía.

Y aunque para Cienfuegos recién se rompiera la marca de “días sin lluvia” justo a los 61, la seca estadística ha seguido creciendo en zonas de los municipios de Aguada de Pasajeros, Rodas, Abreus, Lajas, Cienfuegos y Cruces al comenzar este 2017.

Porque el comportamiento de las lluvias no compensa el déficit acumulado, y “teniendo en cuenta las perspectivas para los próximos meses, que prevén totales de precipitación por debajo de lo normal en todo el país”, según el Centro del Clima, se impone la racionalidad en el consumo, aunque las archiconocidas pérdidas en las redes, superiores al 50 por ciento, nada nos asistan en este cada vez más insistente réquiem por el agua.

Visitas: 199

Un Comentario en “En Cienfuegos: agua que sigue sin caer

  • el 20 enero, 2017 a las 6:50 pm
    Permalink

    ¡Hola, Ismary! Qué bueno sería que te llegaras por Vista Alegre, camino a Trinidad, Cumanayagua, para que veas que aún esas pobres personas no tienen electricidad, a pesar de las promesas… Ni agua ni electricidad… ya es bastante… Son personas muy buenas y revolucionarias, llevan casi 30 años pegados al poste de la electricidad que pasa casi por la puerta de sus viviendas, sin abandonar el campo, entregando la leche y cosechando tabaco del bueno, sin contar aqui lo bueno que hicieron en ese Escambray para limpiarlo de gente mala cuando se necesitó.
    A lo mejor con un buen reportaje que se haga del lugar y de sus gentes, tocas el corazón de quien administra ese tipo de inversiones; te va a encantar ir alli…

    Respuesta

Responder a Mayra Roque Garcia Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *