Empeño y tenacidad mueven montañas

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“La fe mueve montaña” se dice con frecuencia, aunque no hay evidencia de que tal cosa haya sucedido, al menos por la fuerza de la fe, y sí por acción del hombre o por accidente de la naturaleza. Pero la frase sigue teniendo validez, pues simbólicamente significa el triunfo sobre las cosas, aún cuando se confunda fe con empeño y tenacidad.

Graduarse de médico es abrir las puertas de un largo camino que conduce a la más noble de las actividades humanas. Así piensa Yudelkis Ibañes Gómez, una joven recién estrenada como especialista en Medicina General Integral y que tiene su consultorio en Hoyo de Padilla, una remota población serrana en medio del macizo de Guamuhaya, en el centro sur de Cuba.

“Estos tres años de labor en las montañas constituyen una experiencia extraordinaria, pues nos prepara para futuras contingencias, máxime cuando formamos parte del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias Henry Reeve, creado el 19 de septiembre de 2005 por idea del presidente cubano Fidel Castro.

“Aunque cada persona y cada pueblo tiene derecho a una vida sana y a disfrutar el privilegio de una existencia prolongada y útil, las sociedades más ricas y desarrolladas han convertido los servicios médicos en vulgar mercancía, inaccesibles para los sectores más pobres de la población. Cuba ha logrado demostrar que puede hacerse mucho por el hombre, sin importar en qué lugar de la Isla pueda habitar”.

“Ya no tienen por qué existir las tumbas sin nombre a orillas del camino, que guardan dolorosos recuerdos de un pasado carente de atención médica antes del triunfo revolucionario de 1959. Para satisfacción de los moradores serranos, aquella triste realidad fue borrada para siempre”.

“Los servicios médicos en la montaña son el mejor ejemplo de ello. Aquí en el macizo de Guamuhaya se alcanzan índices de salud impresionantes. En Hoyo de Padilla, lugar en el que me desempeño, las estadísticas hablan solas: mortalidad infantil y materna en cero, así como el índice de bajo peso al nacer; todo eso junto al estado relevante de otros indicadores de salud fundamentales, representativos de una calidad de vida superior”.

“Asistimos en la consulta unos 14 pacientes diarios; a otros les visitamos en sus propias casas, y atendemos ocho adultos mayores incorporados al Círculo de Abuelos”, expone la doctora.

En muchos países del Tercer Mundo tales servicios apenas existen. Y, entre los desarrollados y calificados como ‘países en desarrollo’, las diferencias son abismales. Mientras las estadísticas hablan de naciones desarrolladas con índices de mortalidad infantil inferiores a 10 por cada mil nacidos vivos, y una perspectiva de vida que alcanza o rebasa los 80 años de edad, en África se tienen que resignar a mortalidades infantiles en menores de un año que superan los 100 y hasta 150 por cada mil nacidos vivos, y una esperanza de vida que disminuye, y en algunos fluctúa ya entre 30 y 40 años.

“Si antes esto era una utopía, podemos decir que ya nadie muere en el lomerío por parasitismo, una de las principales causas de enfermedades en estos lares. De igual forma, aquí se manifiestan otras patologías como la hipertensión arterial y el asma bronquial, y hábitos como el de fumar que desencadenan en enfermedades respiratorias.

“Es verdad que tenemos que ser tenaces y empeñarnos mucho para lograr disminuir los riesgos. Con tal propósito damos charlas educativas acerca de temas tan importantes como los malos hábitos higiénicos, el embarazo precoz, y la necesidad de disminuir la ingestión de bebidas alcohólicas y el tabaquismo.

“También hacemos un seguimiento y control de pacientes hipertensos, diabéticos y cardiópatas, entre otros”, acota Yudelkis.

Desde los primeros años del triunfo revolucionario los servicios de salud irrumpieron en el lomerío acompañando a la educación y otras mejoras. Todos estos factores del sistema de salud constituyen un verdadero impacto acompañante de las transformaciones en zonas del Plan Turquino, programa que justamente este 2 de junio arriba a su vigésimo aniversario y mediante el cual el montañés disfruta los avances científico técnicos y tiene al doblar del camino lo que antes le resultaba muy distante: la atención primaria de Salud, por apenas mencionar beneficios en ese campo.

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Mercedes Caro Nodarse

Licenciada en Comunicación Social. Directora del periódico 5 de Septiembre. Miembro de la Unión de Periodistas de Cuba y de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales.

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