Elucubrando sobre precios astronómicos y a mover las joyas

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Cuando pensaba que lo había visto todo, la vida me demuestra lo contrario, y que todavía “se verán horrores”, como dicen en mi barrio. Es que aún no me había sobrepuesto, entre otros disparates, al impacto de un puerco al precio de 35 mil pesos, de los mil pesos por un racimo de plátano o de la ristra de cebollas en 450 pesos, cuando de pronto ¡bum!, me enfrento a una noticia que se propaga por las redes sociales. Resulta que se promocionan espectáculos culturales en los que la mesa costaría de 24 mil a 30 mil pesos cubanos. Más allá de mi gusto por la carne de cerdo, por el tachino (así le decimos al plátano a puñetazos en Cienfuegos) o por el fufú; y también más allá de mi gusto artístico (¿por qué no?), exclamé: ¡esos montos son escalofriantes!

En ese momento me dije: ¿Qué tiene que ver todo esto con la inflación? ¿Qué métodos utilizan los productores y vendedores de alimentos, los organizadores de estos eventos artísticos o cualquier otro comerciante para formar sus precios? ¿Qué gastos tendrían asociados y cuál es el margen de utilidad proyectado? ¿Acaso no son precios abusivos? Y si lo fueran ¿Dónde se guardó la disposición legal que tipifica la forma de enfrentarlo? ¿Dónde se quedaron valores como la ética, la solidaridad y la honestidad?

Para serenarme me explican que todos están acogidos a la cacareada oferta y demanda. Sí, aquella que Adam Smith describe en la Mano Invisible cuando dice: “No es por la benevolencia del carnicero, del cervecero y del panadero que podemos contar con nuestra cena, sino por su egoísmo”. Pero ¿de qué oferta y demanda se habla? Si fuera así, yo no me imagino qué importes tendrían los medicamentos en nuestras farmacias. ¿Usted se imagina el precio que pudiera alcanzar el Enalapril o el Captopril de los hipertensos, con las largas colas que enfrentamos ante su escasez y que expresan una demanda real y creciente? Si les aplicaran la  sacrosanta ley que esgrimen algunos, pudieran venderse convoyados con servicios fúnebres, al enterarse del importe los pacientes. Suponga que se decidiera incrementar el precio del transporte público o la tarifa de electricidad. Entonces al llegar el cobrador le dirán: “el monto se incrementó porque aumentó el precio del petróleo en el mercado mundial y estamos aplicando la ley de oferta y demanda”. No quiero hablar de otros servicios que son gratuitos, como la salud pública, porque estos son conquistas a las que no renunciaremos jamás, y  me muerdo la lengua para no decir: ¿Qué pasaría cuando al acudir al consultorio del médico de la familia o al hospital, aquejados por la COVID-19, alguien le diga “según la ley de oferta y demanda, hemos decidido cobrar los costos de la salud, porque hubo un incremento de casos a partir de un pico pandémico?” o cuando se vayan a vacunar o ponerse la dosis de refuerzo le informen: “hemos incrementado los costos de la dosis, porque las vacunas cubanas tienen tremenda aceptación y ha aumentado la demanda. De todas formas, sino te la pones, te garantizamos el servicio fúnebre, pero este también incrementó el monto, porque las demandas en el cementerio aumentaron”.

Otro asunto en el que pensé fue en los 2 mil 100 pesos de salario mínimo en Cuba y en los 3 mil 500 pesos de salario medio en Cienfuegos. Sí, porque las personas que menos ganan tardarían años (sin gastar un quilo), para ahorrar y poder comprarse un puerquito para el fin de año, o una mano de plátano para un puré, o para adquirir entradas a conciertos de este tipo, sea del género musical que sea.

Por último me preocupé sobre el posible estudio de mercado efectuado por los que venden, el nicho del mercado que aprovechan y sus clientes, pero sobre todo pensé en los que promocionan estos conciertos para fijar su astronómico precio. Me acordé de aquel día de 1963, cuando en una presentación de los Beatles en el teatro Príncipe de Gales o The Prince Of  Wales Theatre de Londres, John Lenon hizo su famoso comentario: “En los asientos más baratos: no dejen de aplaudir. El resto de ustedes, simplemente hagan sonar sus joyas”. En ese momento la beatlemanía era un fenómeno establecido, y el grupo atraía a un público enorme y frenético en su país y en todo el mundo, tal es así que en aquel concierto,comopartedelpúblico se encontraba la Reina madre y la princesa Margarita. Por supuesto que cuando recordé a los Beatles, no fue para comparar el arte de “los escarabajos” ingleses con las ofertas que se promocionan en redes sociales o por otras vías; sino que se me ocurrió que los salseros, soneros, reparteros, roqueros, timberos o cualquier otro artista,también pudieran decirle a los que compren las entradas: “Ustedes simplemente hagan sonar sus joyas, no tienen que aplaudir”.

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Andrés Martínez Ravelo

Ingeniero civil. Miembro distinguido de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba.

6 Comentarios en “Elucubrando sobre precios astronómicos y a mover las joyas

  • el 19 febrero, 2022 a las 11:01 pm
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    El artículo denuncia de forma clara y precisa el fenómeno de los precios dañinos que enfrenta el pueblo trabajador en Cuba. Digo dañinos, porque hacen un daño mortal a los cubanos honestos y siguen enriqueciendo a los negociantes corruptos que abusan teniendo en cuenta las necesidades de todo tipo.
    Denuncias de este tipo se han realizado de forma permanente y por todas las vías posibles, desde que se realizó la unificación monetaria y se aumentaron los salarios.
    A este fenómeno negativo se han referido el presidente de la República, el Consejo de Ministros y el Consejo de Estado; pero la parte del pueblo cubano que apoya y defiende a la Revolución y a sus logros y que ha tenido infinita paciencia, ya no pide, si no que exige que se tomen medidas concretas para solucionar este fenómeno que tiene dos componentes principales: el objetivo, relacionado con el aumento de la producción y de las exportaciones, con lo que el pueblo está sensibilizado y el subjetivo, que es el descaro con que estos inescrupulosos ponen los precios arbitrariamente, violando las leyes y burlándose de la máxima dirección del país.
    Basta de impunidad. ¿Hasta cuándo habrá que esperar? No podemos dejar que esto siga sirviéndole a los que quieren destruir nuestro proyecto social, como justificación para sus campañas.
    Como le pedíamos al Comandante en Jefe: Presidente Díaz Canel, sacuda usted la mata.

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  • el 18 febrero, 2022 a las 2:50 pm
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    Ejemplo de precios mas que escalofriantes, vergonzosos es el que acabo de ver en una tienda estatal en MLC de una motorina de $ 1774.00 Mlc, que falta de respeto con los trabajadores de este país.

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    • el 18 febrero, 2022 a las 5:08 pm
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      Adriano, gracias por su comentario.
      Me gustaria apuntar, respecto al mismo que, si tenemos en cuenta que los precios abusivos son aquellos que buscan lograr un nivel de utilidad o ganancia desmedida, me parece que el ejemplo de la motorina en Cuba a 1774 usd no es excesivamente mayor de las que menos valen en los mercados de Panama, las que estan entre los 1500 y 1600 usd, sin tener en cuenta que tambien se ofertan en 2200 usd o más.
      Sin embargo una entrada a un concierto de UN ARTISTA como Marc Antony es de SOLO 107 USD.

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  • el 18 febrero, 2022 a las 11:20 am
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    El salario mínimo en Cuba es de 1528 pesos no 2100

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    • el 18 febrero, 2022 a las 12:08 pm
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      Pues no, los mil 528 pesos a que ud. hace referencia son los que corresponden en Cuba a la pensión mínima por edad o invalidez total. En la Gaceta Oficial No. 69 Extraordinaria de 2020 puede encontrar el dato referido a los 2 mil 100 pesos como salario mínimo establecido por Ley en el país. La puede descargar aquí: https://www.gacetaoficial.gob.cu/sites/default/files/goc-2020-ex69.pdf

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    • el 18 febrero, 2022 a las 12:49 pm
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      ALAME’ÑA, gracias por su comentario, pero debo señalar que la RESOLUCIÓN 29 deL 2020 del MTSS en su RESUELVO PRIMERO establece que el salario mínimo del país en 2100 pesos mensuales.

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