Elefantes de Cienfuegos: la muy esquiva victoria 20

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Doble programa celebraron este sábado las novenas de Cienfuegos y Ciego de Ávila en el “José Ramón Cepero”. Con pizarra de 4×2 se impusieron los locales en el primero, y con más abierto score de 11×4 ganaron los verdinegros el segundo, para conseguir por fin su muy esquiva victoria 20.

Desde su anuncio, el planteamiento del primero del doble me pareció cuestionable… Y digo “me pareció”, a mí, porque sin conocer las disposiciones al interior del equipo son arriesgadas las conclusiones (igual esas son las reglas del juego para la afición y la prensa, no hay de otra). Lo cierto es que la designación de Luis Serpa para la apertura era una fórmula que ya había explotado antes, en varias ocasiones, con reconocidas consecuencias y enfrentarlo ahora a Vladimir García lucía comprometido. Y sí, Vladimir no está en su mejor año, que si sanciones recientes y fuera de rotación mas, Tigre viejo, algo de garra conserva. Ya por ahí salíamos en desventaja para un partido de solo siete entradas.

En efecto: a ritmo de conga retiró el ídolo de los avileños a los tres primeros en turno por los paquidermos. A Serpa, en cambio, un boleto y par de indiscutibles lo mandaron a la banca con una carrera en contra en apenas un tercio de inning. Bola mágica. A medirse en el descuento.

Con el bullpen activado desde el comienzo, previsión de librito, fue el zurdo Abel Campos quien asumió el duelo desde la lomita. Una de las peores cosas que le pudo suceder a la manada en la campaña fue la temprana y seria lesión de este muchacho, el eslabón perdido en la rotación de abridores, el héroe del Sub 23 que mucho pudo calzar al team en su reconocido Talón de Aquiles. Fatalidades. Ni modo. Con ponche y rolling sentenció el primero; el segundo fue historia sin sustos.

En la alta del tercero reaccionó la ofensiva paquiderma: hit de Daniel, boleto a Richel, sacrificio de César y rolling out de Mateo igualarían la pizarra, y de seguido empujaría Ibáñez la ventaja con un indiscutible. Parecía arreglarse la tarde… hasta que en la baja Humberto Morales mandó a Borroto a la goma con el empate, y en la cuarta los felinos anotaran la tercera castigando a Campos, asumiendo José Andrés Córdoba su lugar.

Nada que ponderar ni lamentar hasta el sexto, cuando los Tigres sumaron su cuarta raya, sacaron a Córdoba de circulación y dándole paso a Ozuna, solo para el cumplimiento. Vladimir, en cambio, lanzaba juego completo, mejor que peor controlaba los maderos verdinegros y archivaba su cuarta sonrisa en la lid. Tigre viejo. Desafío enredado para los nuestros desde el principio.

El segundo

Con el primero en descarte, pintaba bien el segundo desafío de la jornada. Sobre el montículo tendrían los Elefantes a Reemberto Barreto Grave de Peralta, un habanero con nombre de tenor, espigada figura y demostrado coraje bola en mano. Guapo, en lenguaje beisbolero. La afición de casa suele ser recelosa con los foráneos, de siempre; pero a este jovencito le han tomado respeto y cariño, porque él también se los ha ganado, sin dudas. Yairon Martínez asumía por los Tigres, así que le íbamos al nuestro. Este sí.

La ofensiva comenzó con golpe de efecto y numérico el choque: par de carreras en la primera entrada; otra dupla en la segunda con ayuda de la defensa avileña… Ventaja de cuatro en el marcador, los verdinegros inspirados, tropezando con sus propias piedras los locales, cinco capítulos por delante, la subserie casi en garantía…Casi.

La baja del segundo fue una fábula de terror, moraleja incluida: con un hombre en circulación y par de outs, Bridon conecta un rolling a tercera que pifiaría Pável al fildear, y luego al tirar (y le pusieron los dos errores, según la anotación) para dejarlo con vida en la inicial. Está por verse el día en que los fallos a la defensa no le cuesten al Cienfuegos; y hoy no sería, por supuesto. Con Fadraga en el cajón unos cuantos imaginamos lo peor… Deja vu: jonrón, largo, doloroso, que levantaba el ánimo de los narradores mientras derrumbaba los nuestros. Se sabía. Increíblemente predecible…4×3 la pizarra. Pero tampoco terminó allí el enredo.

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Sobra mencionar las consecuencias de todo eso sobre el trabajo de Barreto, quien perdió a Rubén Valdés en una base por bolas y, para rematar, Jiménez le conectó un triple que envió a aquel al home plate e igualó las acciones… Y fue todo para Barreto. Era de esperar una reacción así, a más de uno se le derrumbó el mundo en ese momento (Pável incluido, porque nadie sale al terreno a convertirse en villano para los suyos), aunque la vida y el juego le enseñarán a Barreto que reponerse es parte del trabajo y que una carrera encima es una victoria a cuidar. Forma parte del aprendizaje. Todavía es un novato.

Leorisbel Sánchez fue convocado en misiones de salvavidas, aguanta Tigres, y ni hablar de cómo pintaba todo en lo adelante para la tropa de Alaín Álvarez… Sin embargo, el terreno demostraría por qué los tricampeones avileños aparecen en el lugar 13 de la tabla de posiciones de la actual campaña y que, cuando a los tuyos parece irles mal, siempre a otros les puede ir peor.

Siete carreras marcaron los Elefantes en la alta del tercero gracias a la nefasta presentación del pitcheo relevo local. Cinco hombres trabajaron en la entrada, solo para que tengan una idea. La fiesta inició con doblete de Pável, que venía por enmendar su tarde; le siguió un boleto intencional a Soriano, sencillo de Daniel, hit impulsor de Vasell, boleto a Richel (de caballito la sexta), boleto a Luis Enrique (de caballito la séptima), César remolcó con indiscutible la octava y Mateo limpió las bases con un doblete (11×4)… Y en el intermedio fue imposible recodar el nombre de a quién enfrentaban en la lomita. Nada, que según un filósofo del béisbol muy conocido solo por nosotros en la familia (mi suegro), un buen juego de pelota es el que se gana: acojámonos a su máxima.

Paporo enfrentó a doce hombres y solo toleró tres indiscutibles. El zurdo de Bonneval ha ido de menos a más en la campaña, un alivio dadas las circunstancias del relevo, y tuvo más que merecida la victoria. Por suerte la de hoy no fue para él una jornada de desgaste, pues la lluvia descargas eléctricas incluidas—, abreviaron las definiciones en el quinto episodio, con el juego válido para entonces (recordemos, era a siete innings).

Por fin a la tabla la muy esquiva victoria 20 (con 13 derrotas), ahora los Elefantes marchan quintos, siendo Matanzas quien cierra el cuarteto de honor, con un partido menos (sellado con Camagüey). En lo adelante, la manada afrontará tres subseries seguidas en casa, empezando con Pinar del Río.

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Darilys Reyes Sánchez

Licenciada en Periodismo. Graduada en la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas en 2009

Un Comentario en “Elefantes de Cienfuegos: la muy esquiva victoria 20

  • el 23 septiembre, 2019 a las 9:57 am
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    LO QUE TE QUEDA POR DECIR ES QUE CUANDO EL MUCHACHO ABEL CAMPOS SALE TAL PARECE QUE ES ADRE QUE NADIE BATEA SI ES POSIBLE DEDICARLE TIEMPO A LAS ESTADISTICAS TAL PARECE QUE SE PONEN DE ACUERDO Y TODOS MANDAN EL BATE A LA CAMA SE QUEDAN DORMIDO LUEGO EN EL PROXIMO JUEGO SE VAN EN VICIO,PAVEL SIEMPRE SERIA VILLANO PUES NO HAY UN JUEGO QUE NO HAGA ERROR SEA POR NO ENSUCIARSE EL TRAJE O POR NO ESTAR EN LA POSICION CORRETA LO SALVA QUE SIGUE CON AVE BUENOCESAR DE 10/2 ,MATEO 10/4,RICHEL MALISIMO 7/2

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