Elefantes de Cienfuegos: El espectáculo en casa
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Aunque la paridad del campeonato —no medida necesariamente en sus parámetros más elevados— impide una exacta calificación entre rivales “fuertes” y “débiles”, también es cierto que unos equipos inspiran más “respeto” que otros. Y si bajo esos argumentos, Artemisa y Mayabeque no fueron los más “serios” oponentes en el inicio, tocó a Industriales y a Matanzas subirles la parada a los Elefantes de Cienfuegos, y a estos, responder a la altura de las circunstancias.
Muy joven es todavía la Serie para respaldar estadísticas y posicionamientos en la tabla general. El equipo va bien —lo cual no es sinónimo de imbatible—, y con fortalezas y debilidades, planta cara sobre el terreno: según los mida el adversario, según las afronten desde lo interno. Algunos movimientos desde la reserva confirman las necesidades: “del listado divulgado inicialmente con 32 atletas, bajamos a Jorge Zúñiga (jardinero) y José Manuel Gutiérrez (lanzador), y subimos a los pitchers Alex Pérez y Camilo Ballester. Teníamos en principio doce lanzadores, ahora hay uno más, por tratarse de nuestro conocido Talón de Aquiles. Además, Abel Campos se encuentra bajo tratamiento médico por una lesión a nivel de la columna; va mejorando, aunque todavía demora un poco su reincorporación”. Y así, equilibrando roles, van manejándose con las expectativas.
Como otro complemento del espectáculo, casi igual de importante, está el público. Notable fue la concurrencia a las gradas del “5 de Septiembre” durante la subserie de los Elefantes de Cienfuegos contra los Azules, de domingo a martes. Según la estadística oficial —siempre por debajo del número real, por varios factores—, el comportamiento de asistencia estuvo sobre las 3 mil personas cada día. Tiempo ha desde que no presenciábamos algo así. El buen paso de la manada, la entrada de César Prieto y la presencia de Industriales triangularon tamaño éxito; sin embargo, las buenas se tornaron contradictorias al no existir en la instalación las condiciones en el plano gastronómico para satisfacer a los allí reunidos.
Era imposible prever este comportamiento de la audiencia, cierto; pero ahora es preciso responder a ello, porque lo que sí resulta preciso es mantenerlo. Solo unos pocos vendedores por cuenta propia no alcanzaron para responder a las exigencias de los concurrentes, muy a pesar de la lluvia. Con el Sub 23 la estrategia fue más abarcadora, al involucrar a diferentes empresas y organismos, aunque solo en la fase final del certamen. Ahora, en cambio, se requiere una proyección a más largo plazo, contando, por supuesto, con el mejor de los escenarios.
Nos propusimos ir por más: entonces toca, en todos los sentidos.
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