El sinuoso camino de la papa

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Como la pelota, la papa siempre nos reserva las mejores emociones para el final, cuando ya está a punto de llegar a los mercados: los madrugones, las colas, las griterías, los disgustos… ¡Bendita patata! Pero también, como la pelota, el juego de la papa acumula sus “bases por bolas”,  sus errores, sus “cogidos robando”…

Esta temporada promete. Cienfuegos ―uno de los epicentros productivos del tubérculo en el país― anunció al cierre de enero la conclusión de una de las campañas de siembra más grandes de los últimos años: 500 hectáreas (ha); o sea, 120 más que en la anterior contienda.

Por tanto, si la lógica no pifia, es un hecho que habrá mayor cantidad de papa para distribuir, vender y comer. Resulta justo que este año el nivel de libras per cápita aumente. Más allá del balance nacional y lo que debamos aportar a otros territorios, es algo que se desprende.

Veámoslo como la antesala de un juego con pronóstico reservado. Pudiera ser que sí, que los rendimientos superen las 21 toneladas (t) por ha, que el acopio alcance las 10 mil 200 y todos comamos papa como si fueran perdices. Sí, pudiera ser; cabría una posibilidad, si la prematura cosecha y comercialización de la venerada vianda no anduviera prostituyéndose por las calles.

No es un secreto a voces ni a nada; es una realidad que vocifera el vendedor ilegal con el mismo exceso del reguetón que apenas nos permite conciliar el sueño. Venden papa con total impunidad y compran papa con total impunidad. La carnada de patata es muy cautivadora y lo sabemos. Su exclusiva y efímera presencia alimenta el ego y protagonismo que tiene dentro de un mercado cada vez menos negro.

A luz de los portales o a la sombra de las carretillas, el negocio clandestino de la papa habla por sí solo. El cliente sucumbe a las opciones: “Yo he comprado la libra a 12.00 pesos CUP, porque tenías ganas de comerme unas papas fritas, pero es una estafa: ¡cuatro papas!

“Ahora, una ‘perga’ llena oscila entre 20.00 y 30.00 CUP, un jarro de cinco libras hasta 50.00 pesos, y las jabas de 80.00 a 100.00 CUP”, relató una vecina de Tulipán, usuaria en reiteradas ocasiones del conocido trapicheo del tubérculo.

Lo inaudito ya no es que suceda a la vista de todos sin que seamos capaces de frenarlo ―en cualquier momento la ineptitud nos lleva a reglamentar lo ilegal―; lo verdaderamente inadmisible es que siendo este un cultivo protegido y casi bajo vigilancia, con distribuciones que se aprueban luego de ser consultadas al máximo nivel de Gobierno, no logre escapar de las mordidas del mercado clandestino, del robo: de un robo primo hermano de aquel que permite que los camiones estatales sigan saliendo de las bases productivas y continúen engordando las casas ilegales de almacenamiento de productos agrícolas.

Ello nos conduce, en sentido general y en el caso de marras, a incógnitas muy fuertes: ¿quiénes podrían estar detrás del comercio ilícito?, ¿por qué no se acaba de frenar esto, pese a las múltiples denuncias de los tres medios de prensa de esta provincia? ¿cómo consiguen los vendedores hacerse de papas y más papas para engordar sus bolsillos y los ajenos?

Si ni siquiera ha comenzado la cosecha, ¿cómo es posible que hace semanas vendan el jarro de cinco libras, donde quiera, en Cienfuegos y municipios, a ¡50 pesos¡ (veinte más que el año anterior, porque los buitres de la escasez no tienen compasión con nadie y menos con sus hermanos)?

Según funcionarios gubernamentales de Cienfuegos, el expendio de papa solo está permitido para actores del sector estatal. Ni siquiera los vendedores ambulantes de productos agrícolas (autorizados por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social) pueden incurrir en su venta, debido a las restricciones implementadas para su comercialización, con el fin de llevar el anhelado producto a la mayor cantidad de personas posible.

Esto también, para ser justos, expresa una voluntad hacia el control, pero nunca bastará si en la mirilla permanece únicamente el vendedor ilegal y renunciamos a situar al centro de la diana a ese que provee, facilita, permite y se limpia las manos sin ninguna gota de sudor en su frente. El negocio sucio de la papa, como todos los negocios sucios, exige que vayamos a fondo, allí donde germina el problema.

En marzo —alrededor de la primera quincena— comenzará la distribución y venta de la patata en esta provincia del centro sur de Cuba, de acuerdo con directivos nacionales del Grupo Empresarial de Acopio. Los cienfuegueros comeremos más que nadie (entre 10 y 13 libras per cápita) como resultado de una asignación que beneficia a los territorios productores, aunque a la larga no sea lo suficientemente justa, equitativa e ideal. Lo será cada vez menos mientras el discurso sombrío de la papa imponga sus términos, con volúmenes que se esfuman de los cálculos oficiales.

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Roberto Alfonso Lara

Licenciado en Periodismo. Máster en Ciencias de la Comunicación.

3 Comentarios en “El sinuoso camino de la papa

  • el 3 marzo, 2020 a las 12:18 pm
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    Alguien lee estos comentarios; que hacen con ellos?
    Me arriesgaré a resumir en menos de 1000 caracteres, mi opinón, y no es sobre la Papa, me disculpan; el viernes se publicó en el noticiero estelar, un reportaje de Isamry Barcia, sobre los mercados agropecuarios, haciendo énfasis en la llamada plaza del mercado, sorpresa, el sábado amanecieron las tarimas vacías, solo 5 vendedores con un producto cada uno, incluyendo el vendedor de vinos, tengo las fotos como evidencia, por si hay algún incrédulo por ahí; podría hacer un cuestionario interminable de interrogantes, pero no gastaré en eso.
    Todos, o casi todos, los que allí venden tienen una licencia otorgada, para prestar un servicio al pueblo, amparada en una legislación previa, que se la da “El Estado Cubano”, ¿Por que estas personas se creen con el derecho de retirarse por que no quieren cumplir con la ley?, ¿Por que “El Estado” permite eso, por que tenemos allí un adminastrador, incapáz incluso de dar una respuesta coherente?.

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  • el 2 marzo, 2020 a las 11:24 am
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    Saludos Albert, la prensa es consciente de que la raíz de este asunto no está en los visibles vendedores ilegales, como se refleja en este artículo de opinión, sino en otros actores que permanecen fuera de foco, pero son el foco. Hacia allí debemos mirar todos, no solo la prensa.

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  • el 29 febrero, 2020 a las 6:35 pm
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    Excelente artículo señor periodista, ahora le exhorto a que siga investigando la génesis de este “tráfico de papas en Cienfuegos” que tanto afecta a nuestros consumidores, y pueda quitar caretas de corruptos que lucran con nuestro trabajo y sacrificio, no nos deje LA PAPA CALIENTE en el aire, puedes llegar a través de tú periodismo investigativo hasta el fondo de estos hechos deshonestos, de seguro el pueblo Cienfueguero te lo agradecerá.

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