El paso del ¿tornado?

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“Había años que aquí en Cienfuegos no pasaba un tornado, me cuenta Hilda Saroza Bermúdez, vecina de La Bayamesa. El de ayer (miércoles) levantó el techo de fibro de allá en frente como si fuera un papelito, hasta arriba y luego lo partió a la mitad, a mí me acabó con la mata de aguacate. Yo tengo 88 años y siempre he vivido aquí, antiguamente sí bajaban muchos rabos de nube, pero ahora ya no”.

Mientras la poda de árboles y la recogida de ramas se convertía ayer en el deporte nacional de la zona, (donde también se sumaban Buena Vista, Caonao, Guaos, Pepito Tey, entre otras localidades), la valoración del suceso por parte de sus pobladores era casi unánime: “acabó”.

A lo largo de la avenida 64, una vez pasada la línea, podía seguirse el rastro de la tormenta, a cada lado de la carretera se amontonaba el verde de los gajos caídos. Era evidente: el arbolado fue víctima principal del fenómeno, aunque al interior de comunidades como La Esperanza, por ejemplo, se apreciaban daños menores en algunas viviendas, en techos y ventanas.

Otro entrevistado, Adalberto Delgado Lazo, quien cumpía con su horario de guardia en la Fábrica de Barquillas, declara: “el viento estaba muy fuerte, se veía que era un tornado, tumbó las pencas de esa palma como si la hubiera chapeado con un machete”.

Pero se equivocaba Adalberto, como muchos otros, porque según explica Virgilio Reguera Molina, Jefe del Grupo Provincial de Pronósticos (GPP): “fue una nube de tormenta que generan vientos fuertes lineales, no arremolinados como en los tornados, y ocurren en un área geográfica pequeña, pero con mucha severidad”.

De hecho, así lo notificó el Centro Meteorológico Provincial, específicamente el profesor José Antonio Hernández Sarmiento, tambien del GPP: Ocurrencia de una Tormenta Local Severa al Noreste de la ciudad de Cienfuegos.

“Se forma por un proceso físico de calentamiento en la superficie con frío arriba, aclara Reguera Molina, entonces el vapor de agua asciende rápidamente y se condensa muy arriba, por eso se forman nubes grandes de desarrollo vertical, son nubes poderosas; allá adentro hay corrientes ascendentes y descendentes provocando fenómenos severos como granizos, tornados, o aerobalanchas, que fue este caso”.

DE LA TORMENTA ELÉCTRICA A LA FALTA DE ELECTRICIDAD

Otra consecuencia devino de aquel fenómeno natural, una que duele más de cerca a la población: la interrupción del servicio eléctrico, en algunos casos durante buena parte de la noche, mientras en otros la espera se alargó hasta el día siguiente.

Lázaro Acea Rivalta, especialista principal de operaciones del Despacho de Carga de la Empresa Eléctrica provincial, califica los principales daños: “Fueron afectadas varias líneas de la ciudad, destacando la 1615, que alimenta la zona de la salida de Céspedes, Caonao, la montaña y alguna parte de Cumanayagua, además de otros circuitos como Buena Vista, Pueblo Griffo, Calzada y la Zona Industrial”.

Sobre la respuesta de la entidad informó el directivo que la mayoría de las averías fueron resueltas durante la noche, aunque “en estos momentos (jueves en la mañana) todavía nos falta la sección entre Pepito Tey y Guaos, producto a un poste caído, donde el acceso al lugar es bastante difícil, por eso buscamos refuerzos de brigadas de otros municipios como Rodas, Abreus, Cumanayagua y Aguada, para solucionarlo durante el día. Faltan también algunas zonas de Buena Vista donde las ramas de árboles sobre el tendido provocaron dificultades”.

A pesar de los eficientes índices de respuesta al fallo de la Empresa, quedan aún entre la ciudadanía muchas inquietudes, referidas principalmente a las largas interrupciones de la electricidad ante el primer aviso de las tormentas eléctricas. “Con las descargas eléctricas y las fuertes lluvias – responde Acea Rivalta- muchas veces nuestras líneas se disparan y nosotros para evitarle daños a la población la dejamos en condición de abierta, o sea el cliente sin servicio, hasta tanto termine todo, pero no es una excusa, es una realidad”.

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Rosa M. Díaz Hernández

Lic. Periodismo Graduada de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas 2012

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