El Palo Gordo en pos de su bicentenario (II parte)

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La misma voluntad de enriquecimiento arrastra a Genaro Rodríguez González-Mier y sus tres hermanos, Diego, Agustín y Miguel, a la isla de Cuba y les impulsa a comprar la que parece ser una tienda próspera: El Palo Gordo. ¿Quiénes eran estos emprendedores? ¿Tienen alguna conexión con el desconocido Carlos Genaro?

La incierta procedencia del primer dueño nos induce a aclarar ciertas confusiones. A todas luces, no existe en la anchurosa estirpe de Rodríguez González-Mier un miembro con ese nombre. Su padre, Manuel Antonio Rodríguez de Astarloa (Altamira, 7 de noviembre de 1807), era un montañés de buena posición social, fruto de Domingo Rodríguez Díaz (Hijas, Valle de Toranzo) y Josefa de Astarloa Pérez de Tagle (Altamira); por la línea paterna nieto de Manuel Rodríguez y Teresa Díaz (Vecinos de Hijas) y por la materna de José de Astarloa y Josefa Pérez de Tagle.

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Según cuenta el investigador Francisco Gutiérrez Díaz, Manuel era una persona de envidiable salud y vitalidad, tal como le recordara su nieto Bienvenido Rodríguez Parets en el artículo Cosas de viejo (1925): “Un próximo antepasado mío, que murió a los ochenta y siete, montaba caballos, y no mansos, cumplidos ya los ochenta, y hasta los ochenta y tres y ochenta y cuatro jugaba a los bolos en Puente San Miguel” (El Cantábrico, 30 de agosto de 1925). Justo, queda inmortalizado con el retrato que le realizara en julio de 1878 el pintor Paul Ratier, cuando el anciano contaba con 70 años de edad. La posibilidad de que fuese el propietario fundador de El Palo Gordo queda anulada; para 1822 apenas tiene quince años y difícilmente a esa edad pudo haber viajado a la isla y sostener un negocio de esa naturaleza. No obstante, “mantuvo excelentes relaciones con propietarios establecidos en Cuba” (Gutiérrez Díaz, 2013). Esta aseveración nos induce a pensar que visitó Cienfuegos y tuvo vínculos con ese ramo, aunque no se desempeñara como comerciante.

Genaro Rodríguez González-Mier, segundo propietario de El Palo Gordo

Genaro Rodríguez González-Mier nace en Puente San Miguel, Cantabria, el 24 de noviembre de 1831.  Es hijo de Manuel Antonio y la nativa Ramona de Mier González, descendiente a su vez de Antonio de Mier y Manuela González. Realiza los estudios primarios en Santander y por esa época entabla relaciones con el pintor sordomudo Paul Ratier Josse (Lorient, 1832-Cantabria, 7 de mayo de 1896), quien procede de una familia burguesa. Para entonces tiene unos catorce años y asiste a muestras pictóricas de su amigo en el Liceo Artístico Literario, así como descubre en la prensa muchas de sus obras litografiadas.

Empero, el joven no tiene talento ni disposición para las ciencias o las letras; de manera que prefiere laborar como camarero en el célebre café El Suizo. Escucha las historias de indianos que regresan con fortuna y construyen lujosas casas para vacacionar en la capital del municipio de Riocín, y elige viajar a Cuba para independizarse económicamente. Con 22 años arriba con sus hermanos a La Habana, donde permanece por escaso tiempo. Al informarse del desarrollo que goza Cienfuegos viaja hasta esta ciudad e inicia la aventura comercial. No sabemos si cuenta con alguna colaboración económica del padre o si acude a algún préstamo monetario; pero lo cierto es que adquiere el recinto más llamativo entre todos.

Aparejado a este suceso afianza su noviazgo con la cienfueguera de origen  catalán Rosa Benita Parets González, nacida en 1837 e hija de la habanera Irene González y el villaclareño José Antonio Parets, propietario de la hacienda azucarera La Caimanera. ¿Contribuyó el matrimonio, celebrado en 1855, al desarrollo de su comercio? Es posible.

Con la sensible Rosa Benita tiene una progenie cuantiosa, aunque solo sobreviven seis hijos: Genaro (1856-1874), Rosa Basilia (1858-1908), Buenaventura (1860-1946), Manuel Antonio (1865-1920), Pedro (1867-1883) y Guillermina (1869-1925). A propósito, esta última es la madre del artista Alfredo Felices Rodríguez-Parets.

Una de las estrategias de Rodríguez-Mier para promocionar El Palo Gordo, ubicado en la casa No 22 de la calle San Fernando y Horrouitiner, esquina suroeste, es la colocación en la prensa de sus tentadoras ofertas. Por demás, el establecimiento promete rapidez en el servicio, actualidad y variedad, domeñado por un espíritu competitivo que sienta cátedra en los sucesores. Genaro publicita las ventas de artículos de arte, joyas, libros, objetos para regalo, etc.; seduce a las damas con efectos de tocador y “objetos de prendería y capricho”, artículos para la faena hogareña, y a los caballeros con relojes y levantinas (con y sin relicarios); asimismo, sortijas, alfileres para retratos, brazaletes, etc., “todo lo cual se expenderá á precios módicos”. En El Telégrafo de 31 de diciembre de 1865 expresa: “El que quiera saber si hay un buen surtido en El Palo Gordo y en los otros establecimientos de la villa que haga lo que decía un vendedor: Andar y Ver”. El éxito amenazaba con irrumpir. [Continuará]

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Jorge Luis Urra Maqueira

Crítico de arte. Miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

4 Comentarios en “El Palo Gordo en pos de su bicentenario (II parte)

  • el 13 diciembre, 2022 a las 10:03 am
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    Buenas tardes desde España,podria ud.ponerme en contacto con Carmen Vidal Torrado?. Muchas gracias y un cordial saludo

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  • el 13 enero, 2022 a las 5:51 pm
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    Hola,
    Soy descendiente de Genaro Rodríguez González-Mier. Su hijo Manuel era mi bisabuelo por parte de madre. Vivo en Chicago con mi marido americano y dos hijos. Queremos visitar Cienfuegos pronto. A quien debemos buscar para recorrer sus pasos , visitar el Palo Gordo y la tumba de mi tatarabuela Rosa Parets?

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    • el 31 mayo, 2022 a las 12:46 am
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      Hola
      Disculpe la tardanza. Solo ahora he leído su nota. Me parece que dirigirse a la Oficina del Conservador de la Ciudad sería un buen principio, especialmente a Irán Millán, aunque pudieran haber otros expertos. En mi caso, las informaciones publicadas son parte de un libro inédito sobre las artes visuales en Cienfuegos, en el que valoro su establecimiento, El Palo Gordo, como el primer recinto expositivo de la villa y demás. Si urge alguna ayuda para localizar a esta persona puede escribir a mi correo y haremos lo posible por ayudarle.

      Saludos Urra

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    • el 12 diciembre, 2022 a las 2:26 pm
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      Buenas noches desde España Carmen,me llamo Manuel Rodriguez -Parets y mi tatarabuena era Dña.Rosa Parets la primera mujer de D. Genaro Rodriguez Mier.Yo soy descendiente de la rama de D.Manuel Antonio Rodriguez Parets.Solamente decirte que es un placer saludarte y saber de la existencia de nuestra familia en America. Un cordial saludo desde la ciudad de Santander

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