El país de Nunca Jamás o la ilusión perfecta

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Confieso públicamente que no soy novelero. Me hastía la cursilería contenida en algunos guiones y de hecho, traspolada a las escenas. Pero no sé a ciencia cierta el porqué me ha atrapado ─o me he dejado atrapar─ por la telenovela extrajera de turno, con factura de la popular Red Globo, de Brasil, y titulada Suerte de vivir.

Tampoco soy un examinador crítico de realizaciones audiovisuales; ese menester se lo dejo a mi colega y amigo Julio Martínez Molina. Mi manera de pensar al respecto es muy pragmática: si me gusta, ¡me gusta!; de lo contrario no les dedico ni un minuto. Me sucede igual que con las obras de las artes plásticas.

Pero Suerte de vivir tiene a un Don Alberto (Antonio Fagundes), dueño de la editorial Prado Montero, con un arraigo enorme por la literatura, los buenos libros y los denominados clásicos, y transmite ese apego a la bella y soñadora Paloma da Silva (Grazi Massafera), una especie de ángel terrenal que es toda devoción y espiritualidad, a la vez que luchadora y madre excepcional.

Los capítulos llevan de la mano al telespectador y ella, junto con el enamoradizo de Marcos Prado Montero (Rómulo Estrela), desemboca en un idilio profundo, una ilusión y pasión maravillosas que le da a la pantalla un “aire de frescura”, de ternura y amor, tan necesario en estos tiempos de turbulencias allende los mares y también hacia el interior de nuestro archipiélago.

El escenario perfecto para el romance es supuestamente el país de Nunca Jamás, una isla ficticia poblada por piratas, indios, hadas y sirenas, descrita en una novela fantástica escrita por escocés James Matthew Barrie (9 de mayo de 1860 ─ 19 Junio 1937) para una obra de teatro que fue estrenada en Londres el 27 de diciembre de 1904.

En ese lejano y exótico paraje los muchachos no crecen y viven sin ninguna regla ni responsabilidad. Pasan así la mayor parte del tiempo, divirtiéndose y viviendo constantes aventuras. Se hacen llamar los Niños Perdidos y son liderados por Peter Pan y su hada Campanilla. La población agrupa también a temibles piratas, indios, sirenas, hadas, y demás criaturas que habitan en las selvas y aguas profundas. De acuerdo con la leyenda, si alguien desea llegar a Nunca Jamás deberá volar hasta el amanecer a lo más alto del cielo y girar en la segunda estrella, a la derecha.

Y en la telenovela brasileña Paloma y Marcos “vuelan” y sustentan la ternura y la pasión, y logran ─al menos a mi me sucede─ que uno también se eleve, aunque sean por unos minutos, y deje a un lado las preocupaciones y ocupaciones provocadas por los tantos problemas que nos aquejan a diario.

Será tal vez que a causa de la influencia negativa de los inconvenientes cotidianos el alma se entristece un tanto y la ilusión se aleja. Entonces, cuando llegan a los ojos los destellos de un romance bello, respetuoso y “sanador” (en el caso de Marcos), se energiza la espiritualidad y el pensamiento cambia para bien.

Acerca de esta obra declaró su director, Luiz Henrique Rios, al sitio todotvnews.com: “Suerte de vivir es una telenovela ligera y divertida que habla sobre cuán preciosa es la vida y que hay que vivirla (…) El lugar de la muerte como fin y negación es una cuestión cultural y no existencial”.

Agregó además: “Paloma y Alberto descubren que la vida no tiene tiempo. Tiene intensidad, voluntad y sustancia. Vivirán muchos descubrimientos juntos y, a la vez, ella transformará su vida y viceversa, lo que tiene consecuencias para todas las personas a su alrededor”.

La telenovela ha sido reconocida por la crítica especializada como una de las mejores de su género en la última década.

En buena hora llegó Suerte de vivir, con el placentero país de Nunca Jamás, bien al lado del mar o presidido por un frondoso árbol, con un guion inteligente y permeado por la literatura agradable y romancera y una ternura que marca la ilusión perfecta.

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Ramón Barreras Ferrán

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos.

2 Comentarios en “El país de Nunca Jamás o la ilusión perfecta

  • el 16 marzo, 2023 a las 12:49 am
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    Coincido con usted. Aunque no es raro tanta tontería. Ya estamos muy acostumbrados a que nos “entretengan” de esa manera los brasileños.
    Más allá del noble propósito de acercar a los televidentes a los libros, el producto en sí es soporífero al máximo debido a su guion circular y predecible. Los personajes aportan muy poco realmente, empezando por el patriarca de la editorial y su enfermedad; muerte inverosímil (pastosa x demás) que no acaba de llegar. Tal parece que la telenovela intenta hacernos “morir” de la espera, por aquello que solo ocurrirá en el capítulo final.

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  • el 15 marzo, 2023 a las 10:30 pm
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    Es de las novelas más tontas transmitidas por la TV cubana

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