El mate, ¿hierba del demonio?

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Durante la conquista de Suramérica, cronistas españoles relataban que los indios, además de armas, llevaban unas bolsas de cuero con hojas trituradas y tostadas que masticaban o infusionaban para sorber: el mate.

Según esos historiadores, lejos de aflojarlos, estas hojas les daban mayor resistencia para las largas marchas o para realizar las labores diarias.

Más tarde, los invasores europeos supieron por los propios nativos que aquella planta que denominaban mate era portadora de maravillosas propiedades energizantes y medicinales, usada por los ancestros desde tiempos inmemoriales.

Los antiguos pueblos guaraníes fueron los pioneros en consumir de diversas formas las hojas de yerba mate, de la familia de las Lagenaria Siceraria, bebiéndola con agua e incluso mascándolas. Los mismos jesuitas presentes en estas tierras elogiaron los efectos de la planta, ya que daba un cierto vigor al que ingería la infusión, y calmaba la sed mejor que el agua pura.

Cuenta la historia

El padre naturalista Pedro de Montenegro (1663-1728) declaró: “Socorrió Dios con esta medicina a esta pobre tierra por ser más conducente a ella que el chocolate, y vino a sus naturales habitadores así como lo es el cacao en el Oriente, porque estas tierras muy calientes y húmedas causan graves relajaciones de miembros”.

Los europeos que veían a los nativos tomarlo, llamaban al mate “hierba del demonio” porque desconocían los efectos. Sostenían además, que era una bebida de haraganes, pues dedicaban varias horas del día a esta práctica.

Sin embargo, otros cronistas, como Acarete du Biscay, consideraban que la yerba era muy útil para los trabajadores en las minas del Perú, asegurando que “sin ella los que trabajan en las minas, no podrían subsistir, porque el suelo está lleno de vetas minerales y los vapores que se desprenden los sofocarían y nada sino ese brebaje puede restaurarlos”.

La recolección de la yerba mate requierede pericia y cuidado para no estropear las hojas./Foto: Tomada de Internet
La recolección de la yerba mate requierede pericia y cuidado para no estropear las hojas./Foto: Tomada de Internet

De mitos y tradiciones

El mate se originó como un rito de los avá en el territorio que hoy ocupa parte de Paraguay, Uruguay, el noroeste argentino y el sur de Brasil. Ellos sepultaban los restos de sus seres queridos y en ese mismo lugar plantaban yerba mate. Luego de que la planta crecía, la cosechaban, preparaban la infusión y la tomaban “en rueda” con sus familias.

Los suramericanos realizaban estos ritos porque creían que de esa manera el espíritu de sus seres allí enterrados crecería en la planta de la yerba y pasaría a su cuerpo para permanecer junto a ellos.

Junto a la hierba, solían plantar diferentes vegetales pues parte de la creencia refería que esto favorecería su crecimiento.

Significado y beneficios

La bombilla es el recipiente típico para sorber la yerba mate./Foto: Tomada de Internet

Mate es un concepto con significados muy diversos. Cuando procede del quechua mati (“calabacita”), hace referencia a una infusión de yerba mate. En este sentido, el término igualmente puede emplearse para nombrar al recipiente que permite tomar dicha infusión o al ritual asociado a esta costumbre.

Por ejemplo: “¿Por qué no vienes a casa? Podemos tomar unos mates y conversar un poco”, “A mi me gusta el mate amargo, sin azúcar”, “No encuentro el mate por ningún lado”, “Se largó a llover a la hora del mate y aún continúa”.

Satisface el paladar y beneficia la salud

Cada vez más se extiende el consumo del mate en todo el mundo y eso es debido, entre otros muchos beneficios, a que resulta muy aconsejable para el organismo.

En concreto, estas son las ventajas que trae consigo la famosa yerba:

  • Aumenta la capacidad de concentración.
  • Permite retrasar el envejecimiento.
  • Es capaz de reducir los niveles de estrés.
  • Ayuda a realizar correctamente y de forma más fácil la digestión.
  • Mejora la salud cardiovascular.
  • Recomendable para las personas que sufren enfermedades de tipo respiratorio.

Desde el punto de vista medicinal, el mate es un depurativo —debido a su carácter diurético— y un tónico por excelencia.

Su capacidad diurética explica una paradoja de la dieta gaucha hasta inicios del siglo XX: los habitantes de las zonas rurales del Cono Sur solían tener una dieta hiperproteínica, sin aparente contrabalanceo, lo cual hubiera provocado —en el más benigno de los casos— una elevadísima concentración de urea, que se reflejaría rápidamente en afecciones como la gota. Sin embargo, la diuresis que se lograba por la elevada ingesta de mate contrapesaba los excesos.

Según las conclusiones de un estudio llevado a cabo en Estados Unidos, el consumo de mate puede reducir el colesterol LDL o colesterol “malo”, a la vez que promueve el aumento de colesterol HDL o colesterol “bueno”.

La investigación afirma que tiene propiedades que inducen la actividad de importantes enzimas antioxidantes en el organismo; una de las más importantes es la paraoxonasa-1, que tiene efectos cardioprotectores.

Del mismo modo ayuda a limpiar los intestinos al favorecer la motilidad de los mismos.

Sus condiciones antioxidantes son similares a las del té verde; aunque, el mate es más nutritivo, ya que aporta vitaminas B1, B2 B3, B5, C y E, así como hierro, magnesio, potasio y más de diez aminoácidos.

Bebida predilecta de los suramericanos

En 2013 se estimó que el consumo del mate en los argentinos es de 240 mil toneladas de yerba anuales, unos 100 litros per cápita. Tal es el hábito de consumo, que en la época colonial el mate tenía una gran difusión entre toda la población del entonces Virreinato del Río de la Plata, fuera cual fuera su origen: nativos, africanos esclavizados, criollos, españoles o alguna mezcla entre los anteriores.

En todas las casas, pobres o acomodadas, se utilizaba como bebida refrescante, se desayunaba con ella y se merendaba en las tardes, acompañado con pan, tortas asadas o “tortillas” (a la parrilla).

La yerba mate se comercializa en paquetes de diferentes formatos./Foto: Tomada de Internet

No es solo uno de los principales productos cosechados y exportados por la Argentina, es también uno de los más consumidos en el interior del país y una marca de distinción de la cultura argentina.

Aun así, existen tanto marcas regionales que dominan mercados locales en distintas regiones del país, como otras especializadas en producción “premium” a menos escala.

En estas tierras, el tereré, de origen guaraní, consiste en una mezcla de agua fría y yerba mate y otras especies refrescantes machacadas. Es popular en el país y un gran porcentaje de la población lo consume tanto como el “mate cocido”.

También se acostumbra en Paraguay, principalmente en invierno, tomar el “mate dulce” (o mate de coco), el cual se prepara con leche caliente endulzada (o con azúcar derretida), agua y coco rallado en vez de yerba mate

En Bolivia, por su parte, se consume habitualmente en la zona del Gran Chaco boliviano que incluye a los departamentos de Tarija, Santa Cruz y Chuquisaca, territorios con fuerte presencia guaraní, y también es consumido en otras regiones como en Potosí.

Infusión que hermana pueblos

Ya en épocas de la conquista, el navegante inglés John Byron escribió en el siglo XVIII sobre las prácticas del mate en Chile:

“Hay la costumbre de tomar dos veces al día el té del Paraguay, que, como ya he dicho, llaman mate: lo traen en una gran salvilla de plata, de la cual se levantan cuatro pies destinados a recibir una tacita hecha de un calabazo guarnecido de plata.

“Comienzan por echar la yerba en el calabazo, le agregan azúcar y un poco de jugo de naranja; le echan agua caliente, y lo beben por medio de una bombilla, que consiste en un largo tubo de plata, a cuyo extremo hay un colador redondo, que impide que se pase la yerba. Se tiene por cortesía que la señora chupe primero unas, dos o tres veces, y se la sirvan sin limpiarla al convidado”.

En Uruguay, el mate es considerado como bebida nacional. Se toma caliente y amargo, y se compone de un set de piezas: el termo para mantener el calor del agua, la yerba en un recipiente también denominado mate que se obtiene del porongo (la planta Lagenaria siceraria); y la bombilla.

Generalmente se consume en “rueda”, es decir en grupo, con un cebador que es el encargado de prepararlo para que el resto de los integrantes lo consuman por turno y en sentido horario.

Chimarrão, “compañero”, comunidad

Es muy consumido en el Sur de Brasil, donde forma parte de las tradiciones gauchas. También se toma en el sureste y el centro oeste. El término chimarrão se utiliza en Brasil, aunque es una palabra derivada del vocablo castellano ‘cimarrón’, que alude al ganado domesticado que ha vuelto al estado de fauna silvestre.

Plantación de mate con sus cuidados culturales./Tomada de Internet

En esta región del gigante suramericano, el “compañero” sirve habitualmente como “bebida de la comunidad”, aunque algunos fans lo toman todo el día, incluso estando solos. El frecuente consumo, sobre todo cuando la familia se reúne, se convierte prácticamente en agasajo para las visitas o invitados cuando llegan: es un símbolo de la hospitalidad del sur a los que llegan como invitados a una casa en esta región, pues invariablemente se les da la bienvenida con una calabaza de mate.

Sin embargo, en la actualidad la reconocida infusión no es exclusiva de esta parte del planeta. Tal vez no alcanza la misma connotación y ritualidad, pero ya en muchos otros países del orbe se ha extendido la práctica, por aquello de vivir en un mundo más globalizado.

¿Cómo preparar la yerba mate?

Para preparar un mate cebado, se coloca la yerba en un recipiente llamado mate o calabaza, hasta las tres cuartas partes del mismo. Luego se tapa con la mano, se coloca boca abajo y se lo agita (esto hace que las partículas más finas queden en la parte superior, y no obstruyan la bombilla).

Se lo coloca nuevamente boca arriba y se le agrega un poco de agua tibia o fría cerca del borde. Se deja reposar algunos segundos, que se absorba el agua y se termina de llenar con agua caliente, cuidando de que no se moje la yerba de la superficie.

Si el mate se toma frío y con otras plantas, la bebida recibe el nombre de tereré./Tomada de Internet

Luego de uno o dos minutos se ensilla: se coloca la bombilla tapándole la boca con el dedo pulgar y presionando firmemente hasta el fondo.

Se debe tener cuidado de no remover demasiado la yerba, porque podría taparse la bombilla. La bombilla se debe inclinar en sentido contrario a donde quedó la yerba seca, es decir, para el lado del que va a tomar el mate.

Es importante destacar la temperatura que debe tener el agua a la hora de cebar el mate. En varias provincias de Argentina la temperatura debe ser entre 70 y 90 ℃, es decir antes de que rompa el hervor.

Curiosidades del mate

En las provincias del Noreste argentino; Mato Grosso del Sur, en Brasil; y Paraguay, se lo llama “tereré” porque se toma frío.

También es un hábito muy común endulzarlo. Esto puede hacerse de dos maneras: una de ellas es mezclar el endulzante con el agua para lograr un sabor homogéneo; y la otra es agregar el endulzante entre cebada y cebada.

Además del recipiente de calabaza, otra variante mayoritaria es el “mate de madera”, trabajado generalmente en palo santo, algarrobo, ñandubay, o quebracho. Se recomienda usar maderas duras y materiales resistentes, tratados, para que no sufran la acción de las termitas o de otros insectos.

Esta variante del mate se presenta tanto con la madera dejada a la vista, en crudo, pulida o pintada, o versiones revestidas en metal o cuero. Algunos artesanos aprovechan variedades más exóticas de maderas para trabajarlas de lujo.

Otros materiales no tradicionales

Existen ciertos mates (recipientes) no tradicionales, de materiales como el vidrio, la cerámica, los de tacuara ancha, y metal. Además, se fabrican en Rusia, con madera de tilo siberiano.

Ya en tiempos coloniales era preferido entre las clases más pudientes el “mate metálico”, que en sus versiones más lujosas estaba realizado en plata labrada artesanalmente.

Algunas variantes incluyen una bombilla ya adosada como parte del recipiente, y un pie trabajado como parte de la pieza. En el Río de la Plata existe un mercado de platería que incluye el mate entre los trabajos más tradicionales. Por el contrario, en Paraguay el metálico es muy común, se realiza en aluminio y copia la forma de la guampa o cuerno de la vaca; y suele estar forrado en cuero para proteger las manos del calor.

Existen innumerables versiones menos generalizadas, variantes económicas sencillas. Suelen ser pequeños y utilizados personalmente, ya que la poca cantidad de yerba que pueden recibir es insuficiente para una mateada grupal.

Otra versión más urbana es el recipiente de cerámica esmaltada, material con una aceptable aislación térmica, variante poco utilizada que suele fabricarse con inscripciones, dibujos o leyendas.

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Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

2 Comentarios en “El mate, ¿hierba del demonio?

  • el 27 agosto, 2020 a las 8:14 pm
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    El Mate, también es Bebida Nacional en Argentina ley 26871/013

    Respuesta
  • el 23 agosto, 2020 a las 9:10 pm
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    Nota al pie de la foto: bombilla no es el recipiente sino el accesorio para sorber. La ronda del mate comienza por la derecha del cebador, por lo tanto se realiza en sentido antihorario. La región de Argentina a la que haces referencia a continuación de “De mitos y tradiciones” es el Nordeste (NE) no el Noroeste (NO). No se elaboran mates de Palo santo, porque es una madera muy perfumada que invadiría el sabor de la yerba. Saludos.

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