El idioma de Shangó

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Más conocido por la etnológica y la erótica, dos de las vertientes principales de su obra, aunque no las únicas, el escritor cienfueguero Luis Ramírez prosigue en Diccionario de la Regla de Osha o Santería (Editorial Mecenas, 2013) la labor de investigación en el primero de los terrenos referidos.

El volumen reúne parte considerable de la diversidad de ritos iniciáticos y propiciatorios, sistemas adivinatorios, tabúes o leyendas del panteón, merced a exhaustiva labor de búsqueda en alrededor de 35 libros, junto a buen número de artículos de Fernando Ortiz, Rómulo Lachatañeré, Teodoro Díaz Fabelo, Lidia Cabrera, Natalia Bolívar, Miguel Barnet, Argeliers León u otros.

Pero quizá tan significativo como lo anterior resultó la posterior confrontación o cotejo de lo analizado con practicantes: básico en procura de precisar detalles contradictorios u oscuros en los textos revisados. Tal método da idea de la línea tradicional del investigador folclórico, de concertar el matrimonio, aquí indispensable, de la biblioteca con el trabajo de campo.

El autor de los volúmenes publicados Lo que contó un babalao sin permiso de Orula, Los cuatro vientos y Lo cierto e incierto del sincretismo en los cultos afrocubanos va a fondo en la raigambre etimológica de esta Regla de origen yorubá, al incorporar cantidad impresionante de términos y conceptos.

Cual argumenta el propio Luis, “el yorubá, como lengua litúrgica de la Regla de Osha, resulta muy rico en expresiones, pero la tradición fue trasmitida de forma oral durante varias generaciones hasta la aparición de las llamadas libretas de santos, donde los iniciados copiaban de sus padrinos los secretos.

“Luego, la emigración de unas zonas del país a otras, la cubanización de las voces, la imbricación de los grupos étnicos o la propia modernidad determinaron el surgimiento de diferencias fonéticas, conceptuales y de equivalencias entre los practicantes de distintas regiones de la isla o de diferentes ramas del culto”.

En pos de limar, siquiera de forma parcial, dicho escollo, siempre que le resultó posible señaló sinónimos o variantes fonéticas; y enumeró diferentes conceptos/versiones, lo cual permitirá -unido al uso de la referencia cruzada-, una comprensión más cabal de este fascinante y complejo sistema mágico-religioso. E incluyó vocablos o frases sueltas debido a su uso ritual.

No es pretensión del creador de Afuera acechan los demonios (Letras Cubanas, 1999) “abarcar la totalidad del amplio mundo de la santería -cuya intrincada madeja está llena de retorcidos caminos para el profano, y aún para muchos creyentes no iniciados-, sino, con la mayor precisión posible, acceder a sus aspectos más esenciales”,  explica Ramírez su propósito aquí.

El material (el cual no revela secretos asociados al hermetismo de la cosmovisión escrutada) constituye desprendimiento de obra de relieve mayor, aun inédita, titulada Diccionario de Religiones Afrocubanas, donde incorpora el Palo Monte, Vudú, los Arará, el Yedrismo y los Abakuá, entre otras expresiones religiosas.

Diccionario de la regla de Osha o Santería

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Julio Martínez Molina

Licenciado en Periodismo por la Universidad de La Habana. Periodista del diario 5 de Septiembre y crítico audiovisual. Miembro de la UPEC, la UNEAC, la FIPRESCI y la Asociación Cubana de la Crítica Cinematográfica

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