El frio invierno de las criptomonedas y el calor de sus defensores

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Después de mil 200 años utilizando el papel moneda o billete como dinero reconocido, las criptodivisas (cryptocurrency en inglés) son como un bebé que comienza sus travesuras por el mundo; pero expuestas a tropiezos y escándalos. Sus primeros años de vida transcurren entre desconocedores de su funcionamiento o analfabetos “criptodigitales”; acompañadas también por sus defensores o detractores, quienes muestran preocupación por su evolución. Unos emiten avisos apocalípticos sobre potenciales cataclismos financieros que pudieran ocurrir al asumirlas y sobre las posibles burbujas especulativas que pudieran generar, y otros las acarician y adaptan a sus condiciones, reconociendo los posibles riesgos en su uso.

Por supuesto que los escándalos pueden matizar los argumentos de cada uno de los espectadores. Tal es el caso de los que anuncian hoy que la FTX, uno de los Exchange o casa de cambio de criptomonedas más importantes del mundo, después de estar valorizada en 32 mil millones de dólares hasta el mes de noviembre, se fue a la quiebra al final del mismo mes, porque no contaba con los activos líquidos suficientes que le permitieran hacer frente a todas las retiradas de sus depósitos, solicitadas por sus usuarios masivamente en menos de una semana. Lo anterior provocó que dicha plataforma colapsaray se declarara en bancarrota en Estados Unidos. Su caída ha provocado que se tambaleara toda esta industria y ha arrastrado a otras 130 empresas filiales, incluidas otras plataformas que ofrecen estos servicios, como son: BlockFi y Voyager o la firma de inversiones Alameda Reserch.

Al fenómeno lo han nombrado: criptoinvierno, porque ha llegado acompañando a la gélida estación del año y se ha unido al incremento de los precios del combustible, a la inflación galopante y a otras linduras de la actual crisis económica mundial. Ahora el criptoinvierno embiste sin piedad, y con el colapso de FTX y la dimisión de su fundador, Sam Bankman-Fried, más de un millón de usuarios han visto esfumarse sus ahorros de varios años. Esta no es la primera vez que ocurre un fenómeno como este, de ahí que se hayan encendido las alarmas, pues en 2014 el bitcoin perdió dos tercios de su valor y en 2018, un minicrash volatilizaba el 88 por ciento del valor de todos los criptoactivos, lo cual evidencia uno de los riesgos que se afronta con el uso de este tipo de moneda: su extrema volatilidad, a partir de que el precio de los activos es poco estable, siendo un mercado basado en la especulación. Otros peligros reconocidos por los especialistas se basan en que son activos de elevado riesgo, por su complejidad y su falta de transparencia; acumulan grandes cantidades de criptoactivos y pueden influir en el mercado; su liquidez, sabiendo que algunos son difíciles de venderse en determinadas situaciones de mercado y además la regulación, pues los inversionistas en criptoactivos no están respaldados por ningún tipo de regulación. Con todo este paquete de peligros y amenazas, se plantea que pueden convertirse en el paraíso del lavado de dinero y de actividades ilegales.

No obstante, la crisis del emergente sector parece no ser suficiente para espantar a algunos inversionistas tan importantes como el líder a escala global en banco de inversiones, Goldman Sachs, quien se está tomando en serio la idea de invertir en ellos (en medio de la crisis), ya sea: comprando empresas de criptomonedas o convirtiéndose en inversionistas de este tipo de empresas. Por su parte El Salvador, país que ha adoptado las criptodivisas como moneda de curso legal, ha redoblado su apuesta por el bitcoin en pleno desplome de las criptodivisas. Esto ha quedado evidenciado con la reciente propuesta del gobierno salvadoreño al Congreso sobre una propuesta de ley que, entre otras cosas, plantea la creación de una agencia administradora de fondos bitcoins y la emisión de deudas a través de bonos respaldados por bitcoins. Estos últimos son conocidos en dicho país con el nombre de bonos volcán.

A ello se suma la propuesta del Banco de Rusia de legalizar las criptomonedas, azuzados por las sanciones económicas que ha impuesto a Rusia por parte de la Unión Europea y los Estados Unidos. Esto solo lo harían para usarlas como método de pagos transfronterizos y así proteger su moneda local: el rublo, teniendo en cuenta que los ciudadanos dependen de las plataformas extranjeras para abrir sus billeteras electrónica (e-wallet), aunque no descartan la posibilidad de hacerlo en el país, pero supervisadas por el banco central, para cumplir con los requisitos contra el lavado de dinero y conocer a los clientes.

Estos y otros ejemplos han demostrado que a pesar de los detractores, de los apocalípticos, de los escándalos ciertos o sobre dimensionados, de los que tratan de imponernos el dólar y la dictadura de los centros de poder financieros y de los que no conocen del uso de estas tecnologías, cada día estos métodos de pago se hacen más extensivos a escala planetaria. Por otra parte, en el ecosistema de las criptomonedas, a pesar de las crisis y de las amenazas, surgen diariamente términos novedosos, nuevos nombres de criptoactivos, nuevas empresas y también aparecen más países que, adecuando la tecnología a sus legislaciones y reglas, apuestan por su uso.

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Andrés Martínez Ravelo

Ingeniero civil. Miembro distinguido de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba.

2 Comentarios en “El frio invierno de las criptomonedas y el calor de sus defensores

  • el 10 diciembre, 2022 a las 11:01 am
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    Las criptomonedas representan una evolución inevitable, el dinero llevaba demasiado tiempo sin cambiar,tanto en su soporte físico como en su andamiaje institucional y conceptual. El cambio comenzó hace muy poco, y no va a parar, hasta que la arquitectura del dinero se acerque a las relaciones sociales expresadas por el mismo.

    Es necesario acercarse al tema con cautela, cierto, el proceso de cambios está en plena explosión creativa, pero no se puede tapar el sol con un dedo ni negar el progreso. Las criptomonedas llegaron para quedarse, ciertamente no en la forma actual, pero el estremecimiento de las relaciones mercantiles, transaccionales y cambiarias que representaron en su primera etapa de desarrollo, es irreversible.

    En cuanto a la seguridad, ninguna moneda es segura. Absolutamente todas están sujetas a la posibilidad de la inflación (diseñada o no), y algunas son más proclives que otras a los derrumbes inflacionarios, nada nuevo por este lado. Es preciso recordar qeu las principales monedas de comercio internacional, hace mas de 40 años ya, no están respaldadas en oro. El sistema monetario internacional actual es tan, o incluso más intrínsecamente inseguro que un sistema monetario basado en criptomonedas. Por ejemplo, en un sistema monetario internacional basado en criptomonedas nadie podría prohibir ni factualmente imposibilitar las transacciones cubanas, como ocurre en la actualidad con el tema del bloqueo.

    En cuanto a que pueden ser usadas para la realización de transacciones ilegales, este argumento es cosa de risa, despues de todo la mafia internacional ha estado comodísima hasta nuestros días haciendo uso del dinero tradicional. Las criptomonedas no brindan ninguna posibilidad nueva los criminales, salvo el aprovechamiento de la ignorancia reinante en las fuerzas del orden a nivel internacional, despues de todo, el blockchain por su estructura vuelve públicas absolutamente todas las transacciones. No existen las transacciones secretas en el mundo de las criptomonedas, cosa que no peude ser dicha del dinero tradicional.

    El único argumento creíble contra las criptomonedas, es el de los grandes bancos internacionales como Goldman Sachs, o el de los fondos inversionistas como el grupo BlackRock. Las critomonedas distriubidas (ojo con la diferencia) representan el fin de las estructuras que ellos representan y defienden. Pero no creo que debamos o podamos tener ninguna lástima por las puntas de lanza del capitalismo.

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  • el 9 diciembre, 2022 a las 6:14 pm
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    Muy interesante e importante que se hable de este tipo de monedas que nada tienen de seguras y menos de garantía para quienes se interesan en ellas

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