El día en que la muerte viajó con alas

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Y fue el sexto día del décimo mes, cuando la algarabía de jóvenes inocentes que habían ganado un montón de medallas se fue al fondo del mar, cerca de las costas de la apacible isla de Barbados. Toda Cuba vistió de luto, la injusticia tembló y el pueblo lloró la pérdida de valiosas vidas, en la flor de la juventud.

¡Cuántas existencias truncadas y sueños dejados a la mitad! ¡Cuántos anhelos y competencias por realizar, quedaron pendientes a los esgrimistas que apenas comenzaban su carrera deportiva! ¡Cuántos abrazos sin dar o frases por pronunciar!

Y todo por odio, por impotencia, por no haber podido poner a Cuba de rodillas. No importa el peso que a sus espaldas carguen. El autor intelectual de este atentado, que empujó hacia la muerte a 73 personas inocentes, permanece allí, al amparo de la justicia made in USA, mientras muchas familias de esta orilla, echan de menos a uno de los suyos.

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Magalys Chaviano Álvarez

Periodista. Licenciada en Comunicación Social.

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