El arbitrario error en una tarja

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Quizás usted haya leído o escuchado mencionar el sustantivo “poeta” referido a una escritora o creadora del arte de las letras. Pero, ¿está bien empleado? Según la versión del Diccionario de la Real Academia Española (RAE) el término “poeta” se refiere a la “persona que compone obras poéticas” o “persona dotada de gracia o sensibilidad poética.” En ambas entradas, “persona” no ciñe la definición al género masculino, como antiguamente ocurría.

Sin embargo, existen muchos criterios sobre estas cuestiones, ─ya que nuestra lengua es muy rica y polisémica─  y refleja también los convencionalismos sociales.

LA CORRECTA ELECCIÓN

En no pocas ocasiones el femenino se empleó de una manera peyorativa, minusvalorando la obra, y por ello algunas “poetas” prefieren utilizar esta palabra, la cual no crea diferencias. En el pasado se había identificado a las “poetisas” con señoritas cursis que llenaban sus tiempos de recreo componiendo rimas sentimentales. Pero lo curioso es, dado que también existían varones con tal afectación ─que escribían poemas de menos valor─, nunca se los diferenció con una expresión distinta.

Hoy, bajo la luz de las corrientes feministas, se defiende lo contrario: de este modo, debemos emplear el vocablo “poetisa” y así, devolverle su valor.

La RAE ha sido también partidaria, y en la última versión ─Diccionario de la Lengua Española (DLE), Edición del Tricentenario─ se produce una modificación de la definición de poetisa que pasa de: “Mujer que compone obras poéticas y está dotada de las facultades necesarias para componerlas”, a la definición actual de “Mujer poeta”.

CUANDO EL DESLIZ NO ES GENÉRICO, SINO ORTOGRÁFICO

Si bien las autoridades de la lengua pueden admitir el uso del vocablo alternativamente sin considerarlo un error, el empleo mayoritario de uno de ellos, lo acabará dando como favorito.

Sin embargo, lo inadmisible es que se escriba incorrectamente, más aun cuando sirve para rendir homenaje a una figura histórica, que forma parte del corpus literario de un país como el nuestro.

Las instituciones estudiantiles, que abogan hoy día por las visita a tarjas y monumentos locales, también deben percatarse de estos problemas para que en un futuro no se cometan estas bochornosas faltas.

La calle Tinito Cruz, esquina a Goytizolo, municipio Santa Isabel de las Lajas, es la que ostenta con desvergüenza una tarja metálica en remembranza del fallecimiento de una escritora bayamesa del siglo XIX, que pasó sus últimos días en aquella vivienda, del referido municipio cienfueguero.

El error es deshonroso por varias razones: en primer lugar por haberse cometido sobre el metal, y en segundo, porque involucra al vocablo que, con orgullo definió a Úrsula Céspedes Orellano de Escanaverino, poetisa emparentada con el Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes.

El vocablo proviene del latín “poetissa”, y por tanto, su escritura siempre será con “s”. Además, está consignada de esa manera desde el año 1737, en el Diccionario de autoridades.

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Delvis Toledo De la Cruz

Licenciado en Letras por la Facultad de Humanidades de la Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas en 2016.

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