El apagón que trajo “Irma” a Cienfuegos

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Cienfuegos se apagó en la mañana del 9 de septiembre. El huracán Irma, de 650 kilómetros de diámetro aproximadamente, nos sopló cual vela en medio del pastel y quedamos a oscuras en la capital cabecera por más de 72 horas; otros aún permanecen a la espera del fluido eléctrico.

Aun cuando el evento meteorológico no impactó directamente en la provincia, su bosquejo por la costa norte cubana incidió en la decisión de apagar casi al unísono varias provincias del país; tal medida de seguridad dejó sin demanda a la Central Termoeléctrica Carlos Manuel de Céspedes (CT) y automáticamente cesó su funcionamiento. Al anunciar la fase de recuperación, la clave para restablecernos cayó en manos de su arrancada, algo fácil de decir, pero que en el camino de la electricidad determinan una multitud de factores e interconexiones.

“Me dijeron que debía venir un japonés para echar a andar la Termoeléctrica, porque los técnicos cubanos no dan pie con bola. Debe llegar en cinco o seis días, eso es hasta el viernes por lo menos (…) ¿Te imaginas?”, fue quizás el extremo de los rumores que circularon en la agenda pública, porque las personas, al ver pocas afectaciones a la redes de distribución, se cuestionaron la demora del servicio.

Desde el paso del huracán Dennis en 2005, la “Carlos Manuel de Céspedes” no sufría una pérdida total de energía. “La electricidad no se almacena (…) No se desconectó por voluntad, el fenómeno meteorológico hace que la línea falle y al no tener demanda, no podemos generar, se dispara la unidad, sale fuera de servicio (…) Ocurren daños en las líneas eléctricas, también por el agua sufren los componentes electrónicos de los circuitos”, explicó a la prensa el ingeniero José Osvaldo González Rodríguez, director general de esta planta.

INTENTOS FALLIDOS

En caso de afectaciones extremas en el Sistema Electroenergético Nacional (SEN), actualmente existe en Cienfuegos la generación distribuida a partir de grupos electrógenos de fuel oil y diésel instalados en Cruces, Yaguaramas y Junco Sur, formando islas para suministrar energía a los territorios aledaños, además de facilitar el arranque de la termoeléctrica.

No fue posible a través de estas fuentes de energía garantizar la potencia necesaria para el arranque de la bomba de alimentación de agua para las calderas y los equipos auxiliares; todo quedó en el intento. ¿Por qué falló si había tres posibilidades en el patio?

“Con las islas de Cruces y Junco Sur comenzamos el arranque de la CT. Antes se había intentado desde Junco Sur, pero con una capacidad muy limitada (…) A partir de ahí valoramos otras variantes como Yaguaramas, sin embargo, hubo fallas en la línea de transmisión desde allá.

“La segunda prueba fue interconectar Cruces y lo disponible de Junco Sur (…) Se logró la red y le dimos servicio a la CT. Teníamos previsto que alrededor de las 5:00 de mañana del 12 estuviera lista la termoeléctrica. Ese fue el plan antes de que cayera el rayo en la línea de transmisión de Cruces. Se decidió no hacer otro intento, para no afectar los equipos de la CT. Ya nos habían informado que el SEN estaba intencionado desde Matanzas. Era preferible esperar y no arriesgarnos”, aseguró el ingeniero Ricardo García Parra, director Unidad Básica Eléctrica Despacho de Carga.

Al decir de Yoandy González Angulo, máxima autoridad en la Unidad Empresarial de Base (UEB) Grupos Electrógenos y Servicios Eléctricos (GEYSEL) Cienfuegos, cuando entra el huracán Irma estaban al 73 por ciento de disponibilidad por averías, mantenimiento y reparaciones capitales. En específico la batería II de Junco Sur, la que estaba prevista para arrancar “Céspedes”, de ocho motores, tenía seis en activo, por tanto, lo demandado para romper la inercia de la CT no lo pudieron asumir, aunque se intentó.

Por su parte, el grupo de fuel oil de Yaguaramas solo contaba con siete motores aptos para generar, de un total de doce con una capacidad de carga base de 9,8 MW; en una posible interconexión con el de Junco Sur hubiese existido el éxito de la operación, de no ser además por la interrupción de la línea con Cienfuegos.

El panorama en Cruces resultaba más favorable: “teníamos once unidades, solo una fuera de servicio por avería, con un compresor que está de reparación en Santa Clara. Podía generar 15 MW al sistema. El día 11, a las 12:45 p.m., sincronizamos la primera unidad y en menos de dos horas estaban todos los motores incorporados, alimentando dos circuitos de Cruces y en la tarde empezó abastecer en isla a la barra de ‘Céspedes’, además de un circuito de Cienfuegos. Salimos por el trueno y después volvimos a entrar, estuvo trabajando”, agregó Yunier Amador Rodríguez, director en funciones de la UEB de la Empresa de Mantenimiento y Generación de Grupos Electrógenos Fuel Oil acá.

Lo cierto es que, ante los intentos fallidos, no le quedó otra al despacho de carga de la Empresa Eléctrica que desechar las posibilidades del territorio y esperar la entrada del SEN, el cual ya anunciaba respuesta desde el oriente y el occidente a través de Villa Clara y Matanzas, respectivamente.

“Hay que aclarar que la redes cuando se desconectan o se abren durante el paso de un huracán, antes de ponerlas en servicio de nuevo hay que recorrerlas, ir al detalle y certificarlas por especialistas de nuestra Empresa, con vistas a evitar, si se energizan, que puedan ocasionar un accidente”, acotó García Parra.

De igual modo, queda como lección ampliar el número de piezas de repuesto para este tipo de emergencia en los grupos de fuel oil y diésel, ajustarse a los cronogramas establecidos para las reparaciones capitales en ambos tipos de generadores, más al estar sometidos a un fuerte régimen de explotación.

22 MINUTOS DE ZOZOBRA

Independiente de las plantas de distribución antes mencionadas, existen grupos electrógenos de emergencia ante eventos extremos para entidades vitales. El Hospital Provincial Dr. Gustavo Aldereguía Lima encabeza la lista de esos centros prioritarios en Cienfuegos.

Nadie podía imaginar, entonces, que en la madrugada del 12 de septiembre todo quedara en plena oscuridad. Bajo esas condiciones estaban allí 17 pacientes ventilados, entre ellos, niños traídos desde el Pediátrico para garantizar su cuidado y una madre en estado crítico; en total unos 351 pacientes hospitalizados.

Los dos grupos electrógenos instalados allí colapsaron.

“El lunes 11 de septiembre, después de las 11:00 de la noche, aproximadamente, tenemos el primer fallo y no hubo problema, porque arrancó el segundo, pero se demora cinco minutos. Durante este apagón, se terminaba un parto y todo salió sin complicaciones.

“En las primeras horas de la madrugada del día 12 colapsa el funcionamiento del grupo dos. Fueron 22 minutos de zozobra, aunque no hubo pánico. Empezamos los movimientos para evacuar a los pacientes más críticos, algo que no tuvimos necesidad de ejecutar”, dijo a la prensa, la Dra. Maritza Rodríguez Gavín, directora de esa institución sanitaria.

Habían asegurado todo un programa desde la fase informativa, y ello implicaba la ventilación con baterías para los acoplados. Además de incorporar al equipo médico de guardia, intensivistas de alta experiencia y jefes de servicios. No hubo que lamentar casos fatales.

“Durante la primera prueba para el arranque de ‘Céspedes’ nos llaman del Hospital porque el grupo I estaba encendido, pero no generaba energía. Se había quedado solo con el II, era un peligro. (…) Estábamos allí para verificar lo sucedido y se dispara el II por temperatura; automáticamente dejamos el I y comenzamos a trabajar en el II, al cual se le habían partido las correas de transmisión, y se resolvió en 22 minutos”, reconoció González Angulo.

Nos queda la duda de por qué no se había conectado mucho antes el Hospital a uno de los grupos de diésel de Junco Sur, si había dos motores de la batería I disponibles para asumir ese circuito.

“Cuando se nos comunica que existían problemas en el Hospital y había quedado totalmente desenergizado, nosotros disponíamos de dos máquinas en otra batería de Junco Sur que no estábamos utilizando en la isla generación de ‘Céspedes’, porque no eran necesarias; dos unidades listas, reservadas ahí, e inmediatamente que sucede esto, arrancamos esas unidades para hacer una isla solamente y abastecer el Hospital y se empezaron a crear las condiciones con vistas a darle servicio por el circuito 20”, reitera García Parra, director Unidad Básica Eléctrica Despacho de Carga.

Por esta vez no hubo daños mayores, pero es una muestra de que puede pasar y ante ello, todas las medidas son insuficientes, porque hablamos de la vida de no pocos seres humanos.

¿CON O SIN LUZ ELÉCTRICA?

Al cierre de esta edición pudimos precisar que la provincia se encontraba al 87 por ciento del restablecimiento de las redes y hay un total de más 500 quejas sobre afectaciones particulares. Entre los territorios más comprometidos están Cumanayagua, en especial la zona montañosa, algunas comunidades de Lajas y Cienfuegos.

La provincia demanda 150 MW para su total funcionamiento, un anhelo que los cienfuegueros ansían recuperar por estos días, cuando los vientos del huracán Irma soplaron y nos apagaron como una vela en medio del pastel.

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