Eduardo Chibás vive en la obra de la Revolución cubana

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El 16 de agosto de 1951 muere el líder del Partido Ortodoxo, uno de los referentes éticos de nuestro Comandante en Jefe

Por: Manuel Varela Pérez*

El 5 de agosto de 1951 sostenía una encendida polémica con el ministro de Educación, Aureliano Sánchez Arango, que había entronizado el robo de los fondos de esa dependencia; pero al no poder conseguir las pruebas que había anunciado, Eduardo Chibás se inmoló con un disparo, ante los micrófonos de su popular tribuna radial; once días después (el 16) dejó de existir.

Un minuto antes del fatal disparo, llamó al Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo), a luchar por la independencia económica, la libertad política, la justicia social y exhortó a barrer a los ladrones del gobierno. Sus últimas palabras fueron: “Pueblo de Cuba, levántate y anda. Pueblo de Cuba, despierta, este es mi último aldabonazo”.

Había nacido en Santiago de Cuba el 26 de agosto de 1907, en el seno de una familia acomodada, lo que le permitió una esmerada educación y viajes a diversos países, pero renunció a la vida fácil para luchar junto a su pueblo. Sufrió prisiones y persecuciones durante la dictadura de Gerardo Machado y debió marchar al exilio, de donde regresó clandestinamente para continuar la lucha contra la dictadura.

Todas las causas nobles encontraron en él a un paladín inclaudicable: defendió la República Española, se declaró enemigo de los dictadores desde el dominicano Trujillo hasta el español Franco y apoyó la independencia de Puerto Rico.

Representó a Cuba en la conferencia interamericana sobre los problemas de la guerra y la paz, celebrada en México en 1945; fue delegado a la convención constituyente de Cuba en 1939; electo representante a la Cámara de Representantes en 1940, y senador en 1944, con las más altas votaciones entre todos los candidatos. Denunció la explotación de las compañías norteamericanas, por lo cual fue condenado y sufrió prisión. Estando encarcelado envió una carta al pueblo de Cienfuegos, en la que se solidarizaba con el acto que se efectuó en Prado entre La Mar y Dorticós, donde se llamó al pueblo a luchar contra la explotación de la Compañía de Electricidad.

Como respuesta a la corrupción imperante en el gobierno de Ramón Grau San Martín, abandonó el Partido Auténtico, en el poder y fundó en 1946 el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo). En las elecciones de 1948 resultó candidato a presidente, sin aceptar coaliciones con las organizaciones tradicionales, lo que lo consolidó como líder nacional y la ortodoxia salió fortalecida en Cuba.

Chibás logró reunir en el movimiento ortodoxo a una juventud combativa y radical, que anhelaba eliminar para siempre los vicios imperantes, y soñaba con cambios definitivos. Esos jóvenes tuvieron en el Partido del Pueblo Cubano su escuela política y después de una larga lucha que demandó grandes sacrificios de todo el pueblo, que bajo la acertada guía de Fidel Castro logró la liberación definitiva de Cuba, a partir del 1ro. de Enero de 1959.

La importancia política e ideológica del Partido del Pueblo Cubano y de su prédica infatigable fue promover en la opinión pública la necesidad de un cambio total en la República. Reavivó en las masas el sentimiento antimperialista, la combatividad, el sentido de cubanía…

El 16 de enero de 1959, pocos días después de la entrada victoriosa a La Habana, Fidel Castro afirmó en la tumba de Eduardo Chibás: “… le brindamos el único homenaje digno de su vida y su holocausto, mantener la libertad y la verdadera independencia de su pueblo. Pero hoy es como un resumen de toda la historia, la historia de la Revolución, la historia del 26 de Julio, que tan ligada está a la historia de esta tumba, que tan ligada está al recuerdo, que tan íntimamente ligada está a la ideología, a los sentimientos y a la prédica de quien descansa en esta tumba, porque debo decir que sin la prédica de Chibás, que sin lo que Chibás hizo, que sin el civismo y la rebeldía que despertó en la juventud cubana, el 26 de Julio no hubiera sido posible…”

En estos momentos, cuando arrecia la campaña ideológica contra la Revolución cubana, es bueno recordar la postura de Chibás, fijada claramente cuando en Tampa y junto al busto de Martí, proclamó… “El derecho del pueblo cubano a su propia determinación, la afirmación de nuestra soberanía y de nuestra libertad política y económica, serán las conquistas permanentes sobre las cuales se asentará la nueva república verdaderamente libre y soberana.”

Los que militamos en las filas de la juventud ortodoxa estamos seguros que, de vivir hoy, Eduardo Chibás, estaría junto a su pueblo en la construcción de la nueva sociedad enfrentando todos los riesgos que esta lucha representa, pues siempre fue un enemigo insobornable de la penetración imperialista, y en su lucha contra los explotadores mantuvo una apelación constante a los más puros ideales patrióticos.

*Periodista. Fue dirigente de la Juventud Ortodoxa en Cienfuegos y Las Villas e integrante de su Comité Nacional. (Especial para 5 de Septiembre).

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5 de Septiembre

El periódico de Cienfuegos. Fundado en 1980 y en la red desde Junio de 1998.

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