Dueto de millonarios en Cienfuegos

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Lejos de sentirse bien enfundados en los elegantes smokings, ni pasear por las agitadas avenidas de la urbe en lujosas limusinas, los millonarios Diosmany Ojeda Acea y Yendry Denis Pérez prefieren vestir los cómodos overoles de trabajo y conducir las añejas combinadas, mientras en el campo dejan atrás los tajos de caña recién cortada.

“Llevamos varios años cumpliendo con el compromiso productivo de envíar a los molinos del central 14 de Julio de Cienfuegos un millón o más de arrobas de la gramínea, y tenga por seguro que no será diferente en esta zafra”, asegura Yendry, al tiempo de insistir con la mirada en busca de igual aprobación por partedel compañero de labor.

Ambos son operadores del pelotón de corte del par de viejas KTP-2M de la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Nicaragua Libre, del municipio de Rodas. “A pesar de los tantos años de explotación, estas máquinas no dicen que no; claro, vale mucho el cuidado y el esmeroen cada mantenimiento para lograr la eficiencia deseada”, reconoce Yendry.

Con más de dos décadas lidiando con esa mole de hierros, Ojeda Acea dice conocer hasta el último rinconcito del ingenioso artefacto que dejó atrás hace ya mucho tiempoel empleo en los cañaverales de las otroras brigadas de macheteros a movilizar en cada contienda y humanizar así tan fatigosa faena. “De solo escuchar el ronroneo del motor o el sonido de los mecanismos de transmisión y corte, comenta, sé como funciona mi equipo, y en caso de un ruido de alarma, voy enseguida a donde le ‘duele’”.

Por su parte, Denis Pérez, también con vasta experiencia en estos menesteres, confiesa que a pesar del rigor de las jornadas, la mayoría de las veces, más allá de las doce horas continuas, le profesa especial amor al oficio de operador. “Se que algún día debo colgar los guantes, como decimos los cubanos, pero créeme, será doloroso cuando llegue ese momento”, confiesa.

En tanto, el binomio de la “Nicaragua Libre” seguirá aportando parte de la materia prima que cada día “deglutan” los trapiches del antiguo ingenio Manuelita; por cierto, el más integral del país en las últimas zafras, condición que sostienen en la presente, y al parecer mantendrán hasta el final de la molienda.

A pesar de enfrentar una cosecha muy compleja, en buena medida por la proliferación del bejuco en los plantones por la falta del herbicida hormonal, el pelotón de esta CPA cumple y sobrecumple las 220 toneladas de caña que tienen como tarea diaria. “Además de la regulación de las cuchillas de las cosechadoras ante tal situación, tenemos en cuenta el corte en horario de la tarde para los campos más infectados con las malas hierbas”, aclara Diosmany.

De seguro, al final de la campaña no habrá alfombras rojas al pie de la escalerilla del avión para estos millonarios de otro tipo; empero, eso sí, en sencillos actos proletarios tendrán el reconocimiento en nombre de su pueblo, el mismo que aprecia en su justa medida el aporte que representan los más de seis dígitos en arrobas revertidos en azúcarpara la economía del país.

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