El drama del descubrimiento

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Fue el 12 de octubre de 1492 que un vigía sobre el mástil de una carabela española gritó entusiasmado: ¡Tierraaa!, y con ello comenzó un drama terrible. Comandaba aquella expedición Cristóbal Colón, un marino genovés de quien José Martí diría: “el ambicioso italiano descubrió América con gloria, y la abandonó encadenada”.  

Aquellos hombres que venían de la vieja Europa de los Reyes Católicos, creyeron haber descubierto un continente nuevo, pero que ya estaba descubierto desde mucho antes por sus primitivos habitantes, y los que llegaban quisieron despojarlos. América fue el nombre que le dieron luego otros hombres, cuando supieron que no habían llegado a la India como suponían, ni a Japón, ni a ningún otro lugar conocido.

Ese hecho fortuito de descubrir algo que otros ya habían descubierto, y la colonización que le siguió, o sea el despojo, el latrocinio, el abuso, el apoderamiento de todo aquello ajeno por la vía de la violencia, de las armas, estuvo inmediatamente asociado a la “cultura” de la esclavitud: el infamante y repugnante tráfico de seres humanos (que todavía hoy algunos grupos incalificables practican en varios países).

Aquel cuestionado “descubrimiento” fue llamado “encuentro de civilizaciones” por los ideólogos del capitalismo, que aún hoy tratan de mantener ese concepto. Pero fue un “desencuentro” que costó el exterminio, en toda la América y el Caribe, incluida Cuba, de cien millones de seres humanos, con diferentes grados de cultura, unas más avanzadas que otras, entre las que sobresalen los incas, aztecas y mayas. A esa matanza de cien millones hay que agregar la de los once millones de esclavos traídos después desde otras latitudes para hacer aquí el trabajo esclavo que originó en la América, Cuba incluida, los grandes capitales de este mundo, la riqueza originaria, por lo que Marx dijo que “el capitalismo chorrea sangre y lodo por todos sus poros”.

La historia de América y del Caribe es la lucha de los imperios contra los pueblos de esta región. América y el Caribe fueron escenarios de combates entre imperios que se disputaban la nueva posesión: España, Inglaterra, Portugal, Francia… golosos por apoderarse de aquellos territorios americanos. De ahí que el intelectual dominicano Juan Bosch en su documentado libro De Cristóbal Colón a Fidel Castro, ha demostrado que el Caribe fue frontera imperial, escenario de combates armados entre Estados poderosos que se disputaban pedazos del “nuevo” continente por el cual competían.

Y todos los países caribeños fueron arrastrados a lo largo de los siglos al drama común del colonialismo. Todos nuestros países son hijos del mismo acontecimiento histórico, hermanados en ese drama. No somos los únicos. El drama de la lucha entre imperios continúa desarrollándose incesantemente en la actualidad, en todos los puntos cardinales del orbe, con las guerras modernas que se desencadenan en el universo. Por eso todos los pueblos pequeños tenemos el mismo origen y el mismo destino: recuperar la libertad.

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Andrés García Suárez

Periodista, historiador e investigador cienfueguero. Fue fundador de 5 de Septiembre, donde se desempeñó como subdirector hasta su jubilación.

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