Dos juezas: apego al pueblo como acicate

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Deyse González Chávez y Anabel Hernández Cruz son actualmente juezas del Tribunal Provincial Popular de Cienfuegos. A la recomendación como trabajadoras que honran su profesión en el Día del Jurista, sumé un denominador común: humildad y sencillez, alegoría a la frase de Simón Bolívar: “Las buenas costumbres y no la fuerza, son las columnas de las leyes”.

Deyse ama su terruño cumanayagüense, al extremo de permutar para allá la vivienda asignada aquí y dar viajes diarios:

“Amo los tribunales, pero en aquel pueblo está toda mi familia y la de mi esposo; además, mis raíces pertenecen a una idiosincrasia de humildad y lucha, soy hija de un internacionalista, a mi papá lo mataron en la guerra de Angola y mucho luchó mi madre por sus cuatro hijos; cuando me gradué de Derecho, veneré ese esfuerzo. Trabajé primero como asesora jurídica en la empresa cafetalera en Cumanayagua y desde 1992 respondí al llamado para este otro sistema.

“Laboré en mi localidad, pude servir en la llamada Sala Quinta. Fueron creadas para atender delitos graves similares a los de carácter provincial; existieron asimismo en Rodas y Cruces. Estuve hasta que las disolvieron en 2007, tarea que combiné con la de jueza suplente del Tribunal Provincial; fue muy provechoso, pues en los municipios incursionamos en todas las materias, tanto Penal como Civil y Laboral”.

¿Cuál es la disciplina que más se interrelaciona con el Derecho?

“Entre las más recurrentes está la Psicología, pues dependemos de peritajes psiquiátricos, sobre todo en los delitos contra la vida, atentados contra menores y violaciones sexuales”.

¿Cómo aplica el distanciamiento personal para entender comportamientos agresivos?

“Es muy difícil, y todo juez va creando su propia aptitud para eso, hay que estudiar y acercarse por cualquier medio a los psicólogos. No solo es imprescindible en lo Penal, sino también en los casos de Familia; he valorado algunos donde agreden por amor y es difícil de entender”.

¿Es eso una atenuante?

“No, los paliativos los dictamina el Código Penal en su articulado; también hay muchas causales a fin de conmutar penas, hasta dispensas del Papa para indultos”.

¿Cómo maneja las inconformidades con los fallos?

“Trabajamos solo con material probatorio, entonces las dudas surgen fundamentalmente en hechos lascivos contra menores, en las violaciones, homicidios, que son en soledad, y los peritajes casi nunca pueden realizarse en el mismo momento. He trabajado toda mi vida para aplicar justeza y confío en que los métodos de investigación avanzan cada vez más”.

¿Siempre le gustó el Derecho?

Anabel Hernández Cruz.
Anabel Hernández Cruz.

“Sí, y después de ejercerlo, noté preferencia por el sistema de tribunales; hay que estudiar, tener noción clara del momento en que se vive, ser una persona sencilla, ubicada en el contexto, permeada de sensibilidad y humildad”.

También de esas cualidades está dotada Mabel Hernández Cruz, quien además mezcla sus deberes como delegada del Poder Popular:

“Dedico a esos menesteres el lunes, puedo tramitar las quejas porque todos los organismos tienen ese día Atención a la Población; luego, de 4:00 a 6:00 de la tarde, rindo cuenta a los electores, y las demás jornadas las dedico al sistema judicial, al que pertenezco desde que me gradué en 1997, primero en el Tribunal Municipal Popular y luego en el Provincial”.

Vocación de servicio y afanes de consumar el bien son prácticas de estas profesionales y sus colegas, que hacen honor a la frase bolivariana citada al inicio de este texto y prueban otra sentencia de ese procer: “El ejercicio de la justicia es ejercicio de libertad”.

 

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Dagmara Barbieri López

Periodista. Máster en Ciencias de la Comunicación.

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