Dos hechos trascendentales, hitos en la historia mundial

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El recuerdo de dos hechos nos trae el almanaque el 21 de enero. En 1896 culminó la hazaña militar de la Invasión de oriente a occidente del territorio de la isla de Cuba, por las huestes patrióticas dirigidas por el Generalísimo Máximo Gómez y el Lugarteniente General Antonio Maceo Grajales; y en 1924 la muerte de Vladimir Ilich Uliánov, “Lenin”, en la Unión Soviética.  Ambos hechos, independientes, constituyen hitos mundiales.

Apenas comenzada la Guerra de Independencia, siguiendo la estrategia de lucha de Gómez y Maceo, llevaron al occidente de Cuba la guerra necesaria para libertar a la patria del yugo del colonialismo hispano. Era una necesidad que la guerra independentista se llevara a cabo en todo lo largo de nuestro territorio y no solo se concentrara en las provincias orientales, por ello condujeron la columna invasora desde el oriente hasta Pinar del Río en sólo tres meses.  Esto ha sido considerado por los historiadores internacionales de la época como “el hecho militar más audaz de la centuria”.

Para comprender los obstáculos que debieron vencer los combatientes de la columna invasora del Ejército Libertador cubano en su marcha,  baste señalar que el ejército español concentró miles de soldados en las trochas militares, o sea, las líneas fortificadas que cerraban el paso entre el norte y el sur en sus lugares más estrechos de nuestra isla.  Eran franjas de tierra de pocos kilómetros de extensión  que cubrían de parapetos, obstáculos, trincheras, armas de artillería y miles de soldados alertas.

El mando español contaba con 25 mil soldados sólo en el occidente de la isla, mientras que el Ejército Libertador nunca tuvo más de cuatro mil quinientos hombres montados y armados precariamente. Nunca dispusieron de más de quince mil balas en total, una cantidad que los peninsulares gastaban en quince minutos en una sola batalla. Pese a todo la Invasión se realizó exitosamente. Los mambises cruzaban las trochas por el mar, pasando en las noches oscuras en botes, cerca de la costa, y puso a toda la Isla en pié de guerra y los cubanos ganaron prestigio y la admiración del mundo, que constituyó el principal obstáculo a los gobiernos de Estados Unidos en sus pretensiones de apoderarse de la Isla en aquellas fechas anteriores a 1898, cuando en ese año lograron sus propósitos utilizando otros mecanismos, tras declararle la guerra a España.

La hazaña de la Invasión culminó en Mantua, Pinar del Río el 21 de enero de 1896. Esa hazaña se repetiría en el siglo XX, por las columnas invasoras del Ejército Rebelde, al mando de los comandantes Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara en 1958, cuando nuevamente un cubano y un combatiente internacionalista dirigiendo las fuerzas rebeldes, realizaron esa hazaña en la lucha de liberación contra el régimen pro-imperialista de Batista. Fue la hazaña que contribuyó decisivamente al triunfo de la Revolución en 1959.

La fecha del 21 de enero trae otro recuerdo histórico. En 1924 falleció Vladimir Ilich Lenin que alcanzó reconocimiento mundial.  Lenin fue no solo el teórico y filósofo de la política, sino que, como José Martí, fue hombre de pensamiento y acción. En la atrasada Rusia de los zares, en 1917, organizó y dirigió la revolución socialista de octubre que dio el poder a los obreros y campesinos rusos y creó el primer Estado de éstos, en la práctica revolucionaria luchadora contra la reacción nacional e internacional que se coaligó contra el naciente pueblo soviético, pero no pudo derrotarlo.

Nadie como Lenin fue capaz de interpretar el pensamiento  en toda su esencia de Carlos Marx y Federico Engels, creadores de la teoría científica del proletariado, pero sobre todo de llevarla a cabo a su práctica creadoramente.

Lenin confrontó la vida social de un Estado de nuevo tipo con la teoría, a la que llevó a la práctica hasta sus últimas consecuencias. Así gestó la Revolución de Octubre, creando una nación unida que llegó a ser muy avanzada en la ciencia y técnica modernas capaz de ser la primera en llevar a un hombre al cosmos. A pesar de las terribles guerras que el imperialismo mundial desató contra la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en los primeros años de su constitución, y la devastación que causó la agresión fascista de la Alemania de Hitler contra ese país, la URSS se desarrolló como pujante potencia mundial, amante de la paz y de la colaboración entre los pueblos. Y la historia contemporánea recoge cómo contribuyó a la consolidación de la Cuba Revolucionaria después del triunfo de la Revolución en 1959, evitando que Estados Unidos volviera a apropiarse de la Isla de la Libertad.

No es culpa de Lenin, ni fallas de la teoría, sino de sus sucesores, por errores, vanidades, egoísmos  y traiciones, que provocaron los hechos que dieron fin al país de los sóviets y del socialismo en Europa. Lenin continuará siendo el maestro de los revolucionarios del mundo.  Por eso lo recordamos hoy con agradecimiento  en el aniversario de su fallecimiento.

La Gran Revolución de Octubre fue uno de los hechos más relevantes y trascendentales del Siglo XX, fue una verdadera revolución que estremeció al mundo, donde sobresalió el genial papel dirigente de Lenin y su concepción genuinamente marxista que dio origen al Partido Bolchevique./ Foto: Internet

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Andrés García Suárez

Periodista, historiador e investigador cienfueguero. Fue fundador de 5 de Septiembre, donde se desempeñó como subdirector hasta su jubilación.

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