Dorticós es designado como Presidente cubano

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Por estos días de julio, en 1959 ocurrió la designación del abogado cienfueguero, Osvaldo Dorticós Torrado, para desempeñar la presidencia  de la República. Desde esa fecha hasta su muerte acaecida en 1983 por enfermedad cancerosa, cumplió la enorme responsabilidad con su clara inteligencia, su cultura, honradez y valentía, en uno de los períodos más complejos y tensos de nuestra historia.  Recordemos hoy los hechos que dieron lugar a esa designación.


A la una de la madrugada del primero de enero de 1959, el tirano Batista y sus más cercanos colaboradores abandonaron el país en fuga cobarde, para ello utilizaron cuatro aviones, y enfilaron hacia la guarida de otro dictador: Rafael Leónidas Trujillo, en Santo Domingo. La huída de Batista fue producto de la lucha guerrillera del Ejército Rebelde que a las puertas de Santiago de Cuba, después de tomar todo el Oriente del país, y dominadas la entonces Las Villas, con la cual se dividió el país en dos mitades, determinó esa fuga y el derrocamiento de una tiranía que asesinó a más de 20 mil cubanos, principalmente jóvenes.

Fidel llamó al pueblo cubano a desarrollar una huelga revolucionaria para apoyar a la Revolución, e impedir que el imperialismo norteamericano la frustrara, porque a través de su embajada en La Habana fraguaba una asonada militar para que el pueblo no tomara el poder político, como de semejante manera habían realizado en 1933, después de la fuga del dictador Gerardo Machado. Utilizando al General Eulogio Cantillo para que aparentara que le había dado un golpe militar a Batista por lo cual huyó, formaron apresuradamente un gobierno provisional con la ayuda servil del magistrado del Tribunal Supremo Carlos Piedra y algunos militares batistianos, que asumieron mandos militares del ejército batistiano en la capital. Esta componenda que no les funcionó cuando Fidel convocó al pueblo a la huelga revolucionaria, bajo el lema: “Revolución sí, golpe militar, no” y el pueblo, en toda Cuba, tomó el mando de su país hasta la llegada de la Caravana de la Libertad con Fidel al frente.

Camilo y Che con sus columnas invasoras, siguen la orientación de Fidel, marchan de Las Villas a La Habana, toman el campamento de Columbia y la fortaleza de La Cabaña, después de ir rindiendo a su paso los cuarteles de la tiranía, mientras en el resto de la isla, los revolucionarios dominaban la situación. Así se desploma aquel “gobierno provisional” del magistrado Piedra que no llegó a tomar posesión de la presidencia cubana.

Mientras, Fidel viene en camino de Santiago a La Habana en la Caravana de la Libertad. El 5 de enero, el magistrado de Santiago de Cuba, Manuel Urrutia Lleó es proclamado Presidente Provisional Revolucionario, y Santiago por unos días es la capital del país.  Urrutia nombra a un Consejo de Ministros y Fidel Castro lo encabeza. El Comandante en Jefe llega a La Habana el día 8 de enero, y asume su cargo de Primer Ministro en el Palacio Presidencial ante las masas. El pueblo cubano en pleno, volcado en las calles de la Patria, aclama a Fidel.

De enero a julio de 1959, la Revolución desarrolla su programa de justicia social y dicta leyes revolucionarias de beneficio popular, entre ellas la Ley de Reforma Agraria, que entrega las tierras a quienes la trabajan y despoja de ellas a los monopolios yanquis que las detentan y a compañías extranjeras.

Entre algunos personajes que están en la dirección del gobierno, entre los cuales está el presidente Urrutia, le temen a “tanta Revolución” y comienzan, desde sus cargos, a frenar las leyes que benefician a los humildes por y para los cuales se hizo la Revolución. Es entonces que Fidel, el 16 de julio renuncia a su cargo de Primer Ministro y explica las causas: no se puede gobernar cuando un presidente designado por la Revolución frena las leyes más revolucionarias. Entonces el pueblo cubano pide la renuncia de Urrutia. Lo presiona desde las calles de la Patria para que se vaya, y deje que la Revolución prosiga su proyección social. El magistrado Urrutia tiene que dejar de ser freno, y renuncia. Fidel entonces reúne al Gabinete para que éste designe a un Presidente realmente revolucionario.

El abogado cienfueguero Osvaldo Dorticós Torrado, que ha tenido un hermoso historial revolucionario desde su juventud, que ha actuado arduamente en la clandestinidad como responsable de la Resistencia Cívica del Movimiento 26 de Julio, y después del triunfo ha estado trabajando como Ministro Encargado de Leyes y Ponencias Revolucionarias, integrando el Gabinete ministerial, es designado entonces, como Presidente de la República. Fidel reasume su cargo de Primer Ministro del Gobierno Revolucionario.

Así concluyó aquella situación tan compleja y quedó fortalecida la Revolución para enfrentar las enormes tareas que vendrían.  Dorticós fue el presidente de más diáfana, aleccionadora y creadora ejecución de toda la historia republicana cubana.

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Andrés García Suárez

Periodista, historiador e investigador cienfueguero. Fue fundador de 5 de Septiembre, donde se desempeñó como subdirector hasta su jubilación.

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