Donantes desde el primer eslabón de salud

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Ana Martha del Sol Dávila recuerda con total nitidez cuando, entre el susto y la filantropía, extendió por primera vez el brazo para hacer una donación de sangre. Apenas llegaba a las 21 primaveras y no pensó entonces que, pasadas más de cuatro décadas, se convertiría en la destacada donante voluntaria, merecedora de tantos diplomas.

“El pasado año llegué a las 60 extracciones y, aunque sexagenaria y con precaución médica, todavía estoy dispuesta a sobrepasar esa cifra y, ¿quiere que le diga por qué?…pues, porque resulta el gesto más humano que existe en la tierra, con el pensamiento puesto en la salvación de una vida que lo necesita”, esgrime con pleno convencimiento de este acto.

“Como Ana Martha, tenemos otros 32 vecinos de la comunidad que practican tan altruista conducta de manera activa y sistemática”, precisa el doctor Leopoldo Felipe Acuña Ubals, médico de la familia en el consultorio No. 1, del Área de Salud 4, correspondiente al policlínico de Pueblo Griffo, en el municipio de Cienfuegos.

El carisma y la empatía entre el joven galeno y el potencial de donantes hace su parte; empero, él insiste en que la principal motivación de ellos estriba en la sensibilidad de quienes no reciben nada a cambio por entregar la savia de su existencia, a no ser el reconocimiento social.

“Cuando hablamos con nuevos candidatos, explica Felipe, tratamos de que comprendan muy bien la importancia de este paso humanitario en salvar vidas. Además, les hacemos ver que si bien con tal actitud ayudan al prójimo, desprenderse de parte de su sangre no afecta para nada la salud personal”.

Detalla el futuro especialista en Medicina General Integral que una vez comprometido, al paciente se le practica un riguroso examen médico, tanto desde el punto de vista clínico como mediante análisis de laboratorio para descartar enfermedades infectocontagiosas que pueden transmitirse por esta vía, entre estas últimas mencionó las serologías VIH y VDRL (detección de sífilis), además de pruebas de hepatitis B y C.

“Por supuesto, este es un trabajo de equipo, tanto para la captación de hombres y mujeres entre los quince y 59 años de edad, exceptuando los que presentan cualquier padecimiento, como para el seguimiento con chequeos cada tres meses, antes de realizar cada donación, con el objetivo de valorar el estado de salud”, agregó Nancy Medina Marcos, enfermera con 37 años de experiencia en estos menesteres.

Como a Joansy, al resto de los donantes voluntarios se le práctica periódicamente un exámen médico./Foto: Yuliet Sáez

Cuando hablaron por primera vez con Joansy Alfonso Fonseca, vaciló en su respuesta, y hasta pidió un tiempo para pensarlo. El joven, entonces de 35 años, confiesa tenerle pánico a los pinchazos, y por otro lado, de solo ver la sangre se desmayaba. Sin embargo, bastó una noche de consulta con la almohada para llegar al día siguiente con la respuesta afirmativa al consultorio.

“Recibimos una atención especial en cuanto a chequeos médicos y otras necesidades, incluso, nos proporcionan una dieta alimenticia adicional; pero, sin dudas son mis vecinos, con su reconocimiento diario, los que me hacen sentirme mejor”, argumenta satisfecho quien se acerca ya a la decena de donaciones.

La labor del médico y la enfermera de la familia en la red de los 18 consultorios del Área 4, es encomiable por los resultados del trabajo con los 524 donantes voluntarios de sangre, siempre cumplidores del aporte mensual de 55 extracciones, aunque en determinadas fechas patrias sobrepasan con creces esa cifra.

Sin embargo, al decir de la doctora Yaíma Montalvo Hernández, subdirectora de Asistencia Médica, el mérito no es exclusivo de la institución de salud, también lo merecen las organizaciones de masas de la comunidad, fundamentalmente los Comité de Defensa de la Revolución y la Federación de Mujeres Cubanas.

“De igual forma, precisa la directiva, contamos con el apoyo incondicional de los presidentes de los consejos populares y delegados de circunscripción, el de los sindicatos y dirigentes administrativos de entidades enclavadas en la demarcación; los mismos que facilitan la incorporación de trabajadores cada vez que se les convoca”.

Y si no bastaran todos los resortes motivacionales descritos para figurar entre estos paladines anónimos de la vida, baste la anécdota contada por Ana Martha del Sol cuando se le requirió urgente al hospital Pediátrico Paquito González Cueto porque una niña, en peligro de muerte, demandaba del tipo específico de su sangre. Entonces, sin tiempo que perder hubo que hacer la transfusión directa brazo a brazo. Poco después, la sonrisa de la niña fue para la donante el mayor regalo y recompensa, según confiesa.

Al decir de la doctora Yaíma Montalvo Hernández, subdirectora de Asistencia Médica allí, el mérito no es exclusivo de la institución de Salud, también lo merecen las organizaciones de masas de la comunidad./ Foto: Yuliet Sáez

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Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

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