Doctora Soraya Milá, orgullosa de sus predecesores en Argelia (+Fotos)
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La doctora de Anestesiología y Reanimación Soraya Milá siente orgullo de ser heredera de aquellos colaboradores que llegaron a Argelia hace hoy 57 años, como parte de la primera brigada médica cubana internacionalista de salud.
Esta mujer de 58 años de edad, residente en la provincia de Cienfuegos, en el centro sur de la isla, funge como coordinadora en la región de Ouargla Touggourt Ghardaia Ain Salah, en el corazón del desierto argelino, donde brindan servicios de oftalmología, oncología y materno infantil.
Esta especialista de segundo grado, con 33 años de experiencia profesional, llegó al país del norte de África el 26 de mayo de 2016 y esta constituye su tercera misión internacionalista, luego de brindar servicios en Honduras y Venezuela.
El jefe de la Misión Médica, Reinaldo Menéndez, recomendó a Prensa Latina dialogar, a través del correo electrónico, con esta sencilla mujer que, además de sus responsabilidades administrativas, trabaja en el Hospital Oftalmológico Amistad Argelia-Cuba, de la wilaya (provincia) de Ouargla.
“La doctora Soraya merece ese reconocimiento”, expresó el doctor, al destacar que Milá tiene “un trabajo destacadísimo” en el control de la pandemia del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, al que se sumaron los más de 850 colaboradores desplegados en el país árabe.
Hoy sentimos orgullo de darle continuidad a esa gran tarea que iniciaron 56 profesionales de la salud cubana, que pisaron por primera vez está tierra hermana argelina”, expresó la especialista al evocar a los primeros médicos, estomatólogos, enfermeros y técnicos de la salud que llegaron allí.
Milá señaló que transcurrieron 57 años del inicio de la colaboración internacional de Cuba con el mundo en salud, de la que Argelia fue “el embrión de la cooperación internacional conjunta entre dos naciones”.
Nada cambió y hemos ganado desde ese día “mayor sentido de responsabilidad, disciplina y altruismo”, remarcó.
Quizás para reafirmar su aseveración, la doctora cienfueguera se refirió a la “calidad y altruismo” con que sus colegas (y ella) atienden, en medio de la pandemia, a la población enferma de Ouargla, donde los colaboradores de esta región “se preparan y protegen”.
Esta mujer, madre de un hijo de 29 años que le siguió los pasos en la profesión, pero en cirugía maxilofacial, aseguró que su compromiso “es con la Revolución y con la misión” médica.
Antes de despedirse no quiso perder la oportunidad de denunciar “las amenazas” del gobierno de Estados Unidos contra los profesionales de la salud cubana hoy dispersos por el mundo, tal y como lo “pensó nuestro líder histórico Fidel Castro”.
“Pedimos respeto”, demandó, y ratificó que son el ejército de batas blancas que “enalteceremos por siempre” el legado del Comandante en Jefe y de la Revolución.
Con el más amplio sentido de la dignidad y decoro decimos: “Fuerza Cuba, que venceremos”, concluyó.
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