Doctor Rafael Pino Pichs: Una bata estrecha, una bola de nieve y otra guerra por la vida

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MANAGUA.- Todo resultó tan rápido que llegó a Nicaragua con una sola bata de médico, prestada e incapaz de empacar sus 230 libras de peso. De Tulipán a la capital pinolera en apenas 72 horas cuando la pandemia que trasfigura al planeta también estaba en camino hacia estos lares, al extremo de que ambos, él y la Covid, tienen estampado en el pasaporte la misma fecha de entrada al país volcánico y lacustre por excelencia.

Y si la cuerda del tiempo se tensa en contra de las manecillas del reloj, un detective del tiempo y el espacio encontraría unas horas más atrás al doctor Rafael Pino Pichs mientras atendía pacientes que conoce de memoria en el policlínico Aracelio Rodríguez Castellón, de Cumanayagua, donde lleva casi tres décadas ejerciendo la medicina interna.

El perfil de la brigada médica cubana presente en Nicaragua, inicialmente compuesta por cinco especialistas, y en la actualidad de solo cuatro integrantes, no fue asistencial como el resto de las comitivas del mismo tipo que cada semana salen de La Habana enfrentar el maléfico microorganismo, sino de asesoría y traslado de las experiencias cubanas en este frente de la guerra por la vida, apuntó Pino Pichs en medio de un informal diálogo de sobremesa.

En la primera semana junto a las autoridades del Ministerio de Salud (Minsa) y un grupo de expertos nicas participamos en la confección de los protocolos, incluidos los de tratamiento de pacientes, los organizativos y el enfoque epidemiológico de la enfermedad.

Luego comenzó un recorrido que incluyó los 15 departamentos (provincias) y las dos Regiones Autónomas (Caribe Norte y Caribe Sur) del país, donde visitamos los hospitales previstos para el enfrentamiento a la pandemia, y dentro de ellos las áreas destinadas a la atención de pacientes con la Covid-19.

Las autoridades del Minsa concibieron la atención a los posibles infestados por el nuevo coronavirus en áreas aisladas dentro de los hospitales. Lo cual implica que el flujograma de pacientes resulta atípico y los miembros de la brigada los vimos desde el prisma de nuestras respectivas especialidades e hicimos algunas sugerencias al respecto, principalmente enfocadas en tratar de evadir el entrecruzamiento de enfermos entre zonas rojas y verdes, así como perfilar los filtros de entrada a esas demarcaciones asistenciales.

Lo fundamental del trabajo en la fase previa es evitar los contagios entre el personal sanitario. Vale destacar que la inmensa mayoría de nuestras recomendaciones fueron aceptadas por ellos como buenas y en 24 horas se volvió a reorganizar el flujo”.

Sobre la baja incidencia de la pandemia en Nicaragua (14 casos positivos hasta este 1 de mayo), el médico cienfueguero analiza factores como el hecho de que Centroamérica sea la región menos afectada del mundo, la relativa contención de la enfermedad por los dos países fronterizos, Costa Rica y Honduras, así como la fortaleza del trabajo comunitario en el campo de la salud y de la atención primaria.

Ha sido un mes y tanto de mucho trabajo, de madrugar y regresar en altas horas de la noche, pero una experiencia muy fructífera por poder intercambiar la experiencia de Cuba para lo cual nos hemos mantenido en contante contacto con nuestro colegas en la Isla, acerca de la actualización de los protocolos y la evolución de la pandemia allá.

Desde nuestra modesta posición en Nicaragua creo que hemos aportado bastante a fin de que las próximas semanas y meses la afectación del coronavirus en este país sea la mínima posible. Y si entrara con fuerza que estén organizados y preparados para responder ante esa amenaza”.

En medio de su sexta misión humanitaria como parte de un proyecto que salva vidas en los cuatro confines del planeta, el doctor Rafael repasó trozos de su biografía internacionalista.

Al coincidir con la actual pandemia global una epidemia de cuestionamientos al carácter humanista de la colaboración cubana en el campo de la salud, el diálogo en el comedor de la casa-oficina de Prensa Latina en Managua no podía prescindir de la opinión de uno de sus curtidos protagonistas.

Como siempre, la mayoría de estas compañas son como una bola de nieve que se agranda sobre cada mentira que se desliza. Lo único que no aporta pruebas, sobre supuestos cobros por estos servicios. Siempre las brigadas emergentes han salido y a ningún país se le cobrado un céntimo”.

En primer plano el Dr. Rafael Pino Pichs, quien participó junto a autoridades nicas del Ministerio de Salud (Minsa) y un grupo de expertos en la confección de los protocolos de atención a pacientes con Covid-19. /Foto: Internet
En primer plano, a la izquierda de la foto, el Dr. Rafael Pino Pichs, quien participó junto a autoridades nicas del Ministerio de Salud (Minsa) y un grupo de expertos en la confección de los protocolos de atención a pacientes con Covid-19. /Foto: Internet

No se lo ha dicho nadie, porque Rafael Pino Pichs fue parte de las misiones que desde la Isla grande del Caribe llegaron a socorrer las poblaciones de Pakistán e Indonesia golpeadas por los terremotos de 2005 y 2006, y luego al paupérrimo Haití acribillado por el cólera unos meses después del sismo del 10 de enero de 2010.

A esos sitios necesitados de una mano paliativa el contingente de cubanos que honra la memoria de un joven guerrero estadounidense fue con sus propios medios económicos, montó sus hospitales de campaña, llevó hasta laboratorios, e incluso en Pakistán al concluir la tarea dejó tales instalaciones sanitarias.

Por la tanto la más reciente de esas campañas, teñidas de odio, es una mentira enorme como muchas de la salidas de las fábricas de propaganda de derecha con la etiqueta Made in USA.

Por supuesto que África también está en el mapa de sus desvelos profesionales, marcado con las banderillas blancas de la guerra salvadora en Zimbabue y Botsuana.

Del primero recuerda que atravesaba en ese momento los efectos de un bloqueo por parte del Reino Unido, muy similar del que padece Cuba desde hace seis décadas. Y como consecuencia una hiperinflación al estilo de la de Venezuela bolivariana, igualmente inducida desde el exterior.

En esas condiciones el país se quedó sin médicos y aún hoy buena parte del servicio descansa sobre los estetos (estetoscopio) de la brigada cubana.

También rememoró la odisea de la comunicación familiar, mediante cartas escritas a puño y letra que demoraban tres meses su viaje intercontinental.

En el otro país subsahariano, esa gran mina de diamantes, colaboró como parte de una misión de la Empresa de Servicios Médicos, que sí exporta sus prestaciones a países cuya economía le permite ese tipo de desembolso.

Estar al tanto de la situación de la pandemia en Cuba es pan de cada día para la pequeña embajada de colaboradores, y en el debate posterior además de la estadística nacional hablan de cómo le va a sus respectivos terruños. Entre col y col, la lechuga del humor matiza las añoranzas del cuarteto. Cuando Cienfuegos hilvanó 15 días sin casos positivos, la epidemióloga espirituana Yulién Negrín lo matizó con un jacarandoso razonamiento: Claro, si es la única provincia libre del caracol gigante africano.

Casi en la recta final de la breve estancia en suelo nica, Pino Pichs recuenta lo que se lleva en su mochila casi lista para el regreso. Las pupilas pletóricas de paisajes de colección, que incluyen condiciones climáticas feroces y placenteras, las aguas violentas del Pacífico y las mansas del Caribe atenazando la geografía triangular de Nicaragua. En las papilas atesora el sello gastronómico que estampan la güirila, el vigorón y el quesillo, y la anécdota con el toncua que en Chinandega le ofrecieron como se brinda lo más típico de la casa, aunque sea la clásica calabaza china cubana.

Y en las suelas de los zapatos la antihistoria de haber desandado el espigón carcomido de Puerto Cabezas, que una vez hollaron las botas de los cercenadores de un sueño. A 59 años casi exactos de aquella expedición en uniforme de camuflaje que llevaba a bordo más cocineros de la cuenta.

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Francisco G. Navarro

Periodista de Cienfuegos. Corresponsal de la agencia Prensa Latina.

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