Divorcios: ¿Qué pasó detrás del velo?

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El divorcio en Cuba parece llevar una tendencia ascendente. Ocurren en la capital provincial de Cienfuegos, por ejemplo, unos 600 al año. Las estadísticas revelan que son las mujeres las que mayormente lo solicitan y que abunda entre las parejas con más años de casadas, estas curiosidades ameritan asomarse a ver qué pasa con el amor

Su cara se transforma, la nostalgia aflora a sus 60 años, a pesar de una vida rehecha en segundas nupcias. La interrogante sobre aquel primer divorcio todavía no tiene para Ana María respuesta: “Es una gran incertidumbre, no entiendo como aquel esposo ejemplar, padre de mis dos hijos pudo cambiar en un día y hasta llegar a ser mi enemigo e indiferente todavía con ellos”.

¿Nunca vería indicios egocéntricos o de engaño? Ella sabe que sí, cuenta que  aún en el noviazgo descubrió una mentira contundente, rayana en bipolaridad, pero a sus 17 años de edad no dio ninguna importancia. La consecuencia fue la destrucción de los lazos y engrosar las estadísticas de divorcios.

En la Sala Civil del Tribunal Municipal de Cienfuegos muchas parejas esperan para disolver matrimonios, los rostros evidencian ansiedad, preocupación, una angustia justificada, dado el reto de la separación.

Margarita es ingeniera informática, luego de diez años de casada aumentó la tensión por la posesión ilimitada del esposo: “Celos ante mis éxitos profesionales, cuando determiné comenzar una maestría solo hizo poner reparos, una situación que me asfixió”.

Por otra parte Amalia alega que la agenda de la pareja cambió, devino pragmática: “ Solo hablábamos de comprar jabones, de la inversión en el plato fuerte, de meriendas, uniformes, zapatos escolares, mientras a último resquicio fueron a parar las necesidades amorosas, las del alma, las que de verdad unen espiritualmente a dos personas”.

Mientras nuestras abuelas sobrellevaban el desamor tejiendo su aburrimiento, las cubanas de hoy se atreven a cruzar el desafío de las muchas aristas de la separación legal, una de ellas el divorcio económico, la magia para terminar las cuentas del mes.

Todo eso agravado por una cultura patriarcal que añade a la mujer jefa de hogar, los viejos valores de ama de casa, responsable de limpieza, lavado de ropa y garante de alimentación de familia. Si hay hijos la responsabilidad es aún menos ligera.

Eva ¿deja de ser costilla?

Pasada la vista oral del divorcio en la Sala Civil, Dalienis optó por régimen abierto de la niña con su papá, fue un atenuante para el catalogado por especialistas: divorcio emocional.

Ella tiene la guarda y cuidado de la menor, estatus complaciente sin dudas, por el eje identitario latino, con el rol maternal marcado, sin embargo eso incluye regaños, prohibiciones, limitantes a los gustos de la niña por la  apretada economía, mientras papá hace llevadera su distancia con obsequios y la pequeña reclama a la madre, entonces Dailenis llora.

El divorcio social antes era a puertas abiertas, las que accedían al divorcio eran cuestionadas como mujeres liberales. Pero la sociedad actual impone cruzadas puertas adentro, en la llamada familia monoparental,  con machismo subyacente.

Al decir de la socióloga Kirya Tarrío Mesa, profesora de la Universidad de Cienfuegos el amor no se ha deteriorado, los cambios son producto de la época actual y depende del modo en que se mire si es malo o no.

Claro que el proceso de apartamiento legal  puede dinamizar la vida cuando la tensión de la vida conyugal se hizo insoportable.

Nuevas visiones de un viejo problema

El divorcio es hoy la opción de quienes no disfrutan durante el vínculo de la autonomía y el crecimiento personal que necesitan, si unimos las rupturas de uniones consensuales aumenta la cifra de disfuncionalidad.

Yaisery Brunet Romero, jefa de la Sala Civil del Tribunal Provincial Popular de Cienfuegos esgrime detalles jurídicos del tema:

“Existe el divorcio notarial de mutuo acuerdo y el judicial, nombrado ‘Por justa causa’, este último es el más recurrente entre los temas de Familia. Cursan en el Tribunal Municipal y llegan hasta acá, a la provincia los más complicados y las apelaciones”.

¿Considera que subsisten matices discriminatorios hacia la mujer?

“Yo creo que han sido rebasados en parte, aunque en el imaginario social quede machismo. Puedo citar como positivo, por ejemplo, que ya no preguntemos cuál es esa justa causa, no hurgamos en intimidades, no importa el motivo, respetamos la decisión de cualquiera de los dos cónyuges, incluso aunque el otro no firme, se otorga sentencia por rebeldía”.

El Código de Familia quedó rezagado, no está a la par de renovaciones en la constitución y muchas legalidades también son obsoletas, por ejemplo, la pensión a los hijos amparada por la ley es cuando más de cien pesos, mientras la vida ha avanzado en cuanto a salarios y precios.

La jueza Carla Yanela Mejías Arian lleva dos años en la parte de Civil y Familia en el Tribunal Municipal de la localidad cabecera y explica:

“Radicamos muchos divorcios, los conflictos son en la división de la comunidad matrimonial de bienes, además del régimen de comunicación con los hijos…, el año 2019 tuvimos más de 700 radicados en la capital provincial”.

Hoy las mujeres esperan mucho más del matrimonio que la etapa de nuestros ancestros, por eso acuden a la ley para disolver comuniones que no satisfacen sus expectativas sentimentales y saltan todos los obstáculos que la realidad impone, aunque la mirada pública considera que “se hacen las bárbaras”.

Aunque la infraestructura socioeconómica hostiga, emergen sobre viejos prejuicios nuevas organizaciones como la familia reconstituida, que no niegan los valores de la originaria.

No se trata de estigmatizar el divorcio, ni aplaudirlo, ni que sea la única solución a un conflicto de pareja, solo hay que pensar en menores impactos sicológicos de la ruptura conyugal.

“Siempre habrá futuro para el amor —afirma la socióloga Kirya Tarrío— acorde a la nueva época, igual que hoy existen amores virtuales, multiculturales, es preciso asimilar todas las modernas tendencias”.

Las dinámicas sociales han dejado atrás los patrones de mujeres marginadas como las protagonistas de la novelística del siglo XIX, encarnadas a la perfección por Miguel de Carrión, por ejemplo.

Detrás de muchos velos femeninos comienza la bruma de lo inesperado, pero a pesar de los pesares, hay libertades y posibilidades para el cambio. Por eso muchas mujeres como Ana María saltan hasta con pértiga los obstáculos,  salvaguardan su dignidad y apuestan por la firma definitoria.

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Dagmara Barbieri López

Periodista. Máster en Ciencias de la Comunicación.

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