Disminuye la actividad del volcán en La Palma. ¿Final de la erupción?

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La emergencia volcánica en la isla española de La Palma ha dado una tregua que aún no se sabe si será definitiva. Actualmente el cráter ya no emite lava y no se detecta ningún tremor, indicadores del movimiento subterráneo de lava, desde la noche de este lunes, con una sismicidad baja.

Los expertos se mantienen a la espera y ya han explicado que para dar por finalizada la erupción se debería esperar al menos una semana. Así lo indica la experiencia previa. Hace tan solo dos días la situación parecía igualmente calmada, pero el lunes por la tarde se produjo una importante fase explosiva, antes de que la actividad desapareciera de nuevo.

“La impresión puede ser una y la realidad puede ser otra”, explicaba Miguel Ángel Morcuende, portavoz del comité técnico del Plan de emergencia volcánica de Canarias (Pevolca) ante los medios, que informaba de que la actitud de su institución es “de prudencia, tranquilidad y espera”.

Continúa la emisión de azufre

Sin embargo, la emisión de dióxido de azufre no acompaña al resto de los indicadores. Se mantiene en niveles altos, entre las 1.000 y las 30.000 toneladas diarias, aunque su evolución es descendente desde el máximo del pasado 23 de septiembre.

Aún así, la presencia de este gas tóxico en las zonas pobladas ha mejorado hasta situarse en niveles buenos desde el pasado lunes, cuando se decretó un confinamiento domiciliario en el valle de Aridane por el peligro que suponía su inhalación.

Además, la operatividad aérea sigue siendo desfavorable, y continuará así al menos durante esta jornada, debido a la dispersión del penacho volcánico hacia el este y suroeste de la isla.

Tres meses de destrucción

Desde que entró en erupción el pasado 19 de septiembre, hace ahora 87 días, las coladas de la lava emitida por el volcán de Cumbre Vieja ha cubierto 1.195 hectáreas, mientas que los dos deltas formados por la llegada de dos lenguas de lava al mar han formado un terreno que ya supera las 48 hectáreas.

Alrededor de 3.000 edificaciones y construcciones han sido destruidas en este tiempo, la mayoría de ellas viviendas, pero también colegios, gasolineras, comercios, industrias, plataneras y decenas de kilómetros de carreteras, entre otras.

Alrededor de 6.000 personas tuvieron que ser desalojadas de sus viviendas durante esta emergencia volcánica. 551 de ellas permanecen alojadas en tres hoteles dispuestos para este propósito, mientras que otras 43, que son dependientes, se encuentran en instalaciones sociosanitarias.

Desde un inicio los expertos avisaron de que era muy difícil predecir cual sería la duración de la erupción, aunque vaticinaban una horquilla probable de entre 24 y 84 días, atendiendo a la duración de las últimas erupciones conocidas. De este modo, si se confirmase que la actividad del volcán ha llegado a su fin definitivo, tan solo habría rebasado por dos días la estimación inicial de los vulcanólogos. (Actualidad RT)

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5 de Septiembre

El periódico de Cienfuegos. Fundado en 1980 y en la red desde Junio de 1998.

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