Discípulos de Hipócrates al pie de las montañas

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La noche pintaba fea. Mientras caía la tarde, las ráfagas de viento aullaban entre las ramas en inenarrable y lúgubre sinfonía. Allá, a los lejos, el torrencial aguacero apenas dejaba avistar las crestas de la montaña. Mientras el crepúsculo cedía paso y aparecían las primeras sombras, miembros del Consejo de Defensa de Zona insistían, una y otra vez, en las medidas preventivas para casos de desastres.

Más o menos así recuerda la doctora Yudisleydi Rojas Fonseca su turno de trabajo por más de 24 horas en el Consultorio Cuerpo de Guardia de La Sierrita, localidad del municipio de Cumanayagua, en la provincia de Cienfuegos.

Sin embargo, a pesar de la amenaza del huracán Irma, sentía seguridad extrema, pues junto a ella se encontraba un equipo médico multidisciplinario activado para la atención a contingencias en situaciones extremas. Cirujanos, pediatras, psicólogos y otros especialistas habían llegado procedentes de los hospitales Provincial y Pediátrico.

“Fue una experiencia inolvidable. Nunca había vivido nada igual en mis tres años de desempeño desde mi graduación. Había mucha tensión en el ambiente, pues se me dijo que tenía la responsabilidad de atender a un numeroso grupo de evacuados en la escuela Arturo Almeida”, cuenta la joven de bata blanca, nacida y criada precisamente en este lugar, considerado la antesala del macizo montañoso de Guamuhaya.

Atenta al diálogo, Mayelín Pérez Pérez, técnico medio en Enfermería de ese propio centro de Atención Primaria de Salud, concuerda en que resultaron ser días estresantes, en los que apenas durmieron ante la posibilidad de cualquier emergencia en medio del empeoramiento de las condiciones climatológicas que se acrecentaban cada vez más.

“Por suerte, en el período que duraron las fases de alerta y de alarma ciclónicas no tuvimos ningún paciente herido o aquejado de enfermedad grave. No obstante, contábamos con los recursos, tanto humanos como materiales, para cualquier eventualidad, incluyendo la disponibilidad de una ambulancia, previa coordinación con el policlínico de San Blas”, explica Yudisleydi.

Para Mayelín no era esta la primera vez en que se enfrentaba a una situación de tal naturaleza. Con 16 años de labor al lado del galeno, en su recuerdo guarda varias anécdotas de huracanes que han azotado, tanto este como otros territorios del país. “Imagínese, viví por varios años en Pinar del Río, tierra muy visitada por esos fenómenos atmosféricos”, comenta.

El Cuerpo de Guardia de La Sierrita forma parte de la red de consultorios (tres en total) en ese asentamiento. La función principal es la atención de urgencias en los horarios de 4.00 pm a 8:00 am, de lunes a viernes; en tanto, asegura el mismo servicio los fines de semana por 24 horas, brindado por los propios galenos de esas unidades asietenciales.

Existe muy buena opinión de los pobladores en cuanto a la esmerada prestación de los médicos, enfermeras y demás trabajadores del sector allí. Los más viejos serranos recuerdan que donde hoy es habitual toparte a diario con esos hombres y mujeres tocados de impecable blanco, antes del primero de enero de 1959, en muchas leguas a la redonda no podía encontrarse uno solo de esos profesionales.

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Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

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