Diana de nuestros amores o, ¿Cómo hacer para que paren todos los ómnibus?

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Es un viernes en la mañana y esta reportera se encamina al Hospital de Cienfuegos a la cobertura de un evento científico, y para ello decido abordar la ruta 6, que me lleva directo a la institución médica. Son apenas las 8 y 20 de la mañana cuando aparece el ómnibus Diana, justo en la primera parada. El día promete ser muy caluroso, porque aun temprano, ya el sudor corre.

Soy candidata a un asiento, pero ya en la próxima parada se lo cedo a alguien mayor, y me quedo a la espera de las gracias y que me pida el pesado bolso donde llevo mis herramientas de trabajo: cámara, grabadora, cargadores con baterías, agenda, audífonos, un pomo de agua, entre otros. De ahí en adelante puedo escribir, porque el viaje me aporta materia prima suficiente, desde una crónica de viaje hasta un tratado sobre cómo abordar con el mínimo de decencia un ómnibus urbano, que demoró 37 minutos en llegar a mi destino: el Hospital Provincial, y que sigue viaje hasta el reparto de Junco Sur.

Siempre que circunstancias adversas rondan a este país que es Cuba, y que trata de salir adelante en medio de la hostilidad de una potencia como EE.UU. que no siente vergüenza por bloquearnos y tratar de asfixiarnos, es el transporte quien nos lo recuerda cada mañana, cuando la sociedad se mueve hacia los centros de trabajo, las escuelas, o simplemente siente la necesidad el ciudadano común de trasladarse por determinadas gestiones. Me pregunto, ¿Todas las dificultades que se abordan, para usar un término relativo al transporte, pueden ser atribuidas al ahorro de combustible, a la carencia de piezas de repuesto, o a la necesidad de emplear ómnibus más económicos?

Con toda certeza diría que NO, que los seres humanos, los cubanos, quienes a veces nos creemos somos los más fuertes del mundo y que lo de latino lo entronizamos hasta el tuétano, y presumimos de solidarios en demasía, agravamos y hacemos más difíciles las carencias materiales.

“Por favor, caminen un poquito, miren que tengo un turno médico y no puedo faltar”, grita desde abajo alguien, cuando la ‘Diana’ se detiene en el Parque Villuendas, y a esa hora yo quisiera tener un silbato y un uniforme de inspectora, para decirle a un mulato de unos 60 años y que huele a reverbero, que se mueva, y así imponer respeto. Sin embargo, aún sin la autoridad, le espeto: “Usted, mire el espacio que queda, camine a su derecha por favor”, y tras mirarme como si quisiera pulverizarme, se mueve unos milímetros. Montan todos los pasajeros, pero ya en Prado el monstruo rodante no puede recoger ni a uno más, y a esa hora, alguien que comió pesado la cena anterior decide evacuar gases, y entonces aquel monstruo rodante semeja una bomba de tiempo; tiene que ser una broma de muy mal gusto o los vaivenes de nuestra amiga “Diana”, que se dirige imponente y repleta, hacia el Hospital, ha provocado el incidente.

Y así, podría contar mil anécdotas, casi todas desagradables, del comportamiento de los candidatos a pasajeros que no saben o al menos no demuestran saber de cortesía, solidaridad y muchos de hombría, cuando “pugilatean” a la entrada del ómnibus sin tener en cuenta a las mujeres, de cualquier edad, desde muchachitas, pasando por tembas hasta ancianas que van de bastón y jabas al centro de la ciudad en busca de la supervivencia cotidiana.

Un capítulo aparte lo merecen una casta de ómnibus que pasan vacíos y desafiantes por las paradas repletas de connacionales, refrigeraditos al punto de empañar los vidrios de las ventanillas, y que no PUEDEN recoger pasajeros, vaya usted a saber por qué, si el asunto tiene que ver con que podríamos ensuciarlos cuando están listos para dar un viaje nacional, o para que lo aborden turistas; o van para Marte a recoger marcianos; como si la tensa situación económica que vive el país no debiéramos resolverla entre TODOS, uniéndonos para la ayuda, ¿somos o no somos solidarios?

Y es que en esas paradas está el médico que nos atiende en el Hospital, el cirujano que nos salvará la vida, el maestro o profesor de nuestros hijos, el obrero de la fábrica, quien tiene las llaves del mercado Cartoqui, las vendedoras de las Tiendas Caribe a quienes les pedimos sonrisas para atendernos, el cobrador de la luz… y hasta la periodista que les pide SOLIDARIDAD, con mayúsculas, a modo de grito, para hacer que esos ómnibus paren, porque las Dianas de nuestros amores no pueden con todos.

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Magalys Chaviano Álvarez

Periodista. Licenciada en Comunicación Social.

10 Comentarios en “Diana de nuestros amores o, ¿Cómo hacer para que paren todos los ómnibus?

  • el 17 mayo, 2019 a las 1:54 pm
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    Lamento mucho ver el comentario 4 dias despues de publicado, sin embargo en nada ha cambiado el tema que trata, vivo en Buenavista y para llegar a mi trabajo debo abordar 2 omnibus, aquellos que vienen de Caonao ya cuando pasan por la primera parada despues de la circunvalacion no paran, los ruteros que salen de la circunvalacion tampoco paran (ya salen llenos del palacio), todo esto entre las 6:30am y 9am, diariamente veo circular 4 Dianas nuevecitas, 2 blancas y 2 naranjas, no se de que empresa son pues no tienen rotulo, solo un cartel en el parabrisas que dice TRANSPORTACION NACIONAL, suben y bajan siempre con no mas de 5 pasajeros a bordo, las transmetro asi como lo describe Ud cerraditas y con los cristales llorando y tambien vacias y no recogen, los autos ligeros con chapas que empeizan con B, M, F vacios igual y no se sensibilizan con los pasajeros alli botados, cada dia me levanto a las 5:30am y llego a mi centro laboral cuando mas temprano pasadas las 8:30am, en lo personal hace mucho tiempo que no creo que seamos “solidarios”, mas bien estamos en el proceso de desnaturalizacion, de que nos nos importan los ancianos, ni niños, solo tratamos de salvarnos individualmente, y le digo que me resisto a pensar asi pero cada dia soy participe de acciones en las cuales soy victima o victimario, para saber como funciona algo debes estar involucrado y no ver los toros desde la barrera, cuando se inició la batalla de ideas habia un principio que era “tocar todo con la mano”, solo asi quien dirige sabrá de verdad lo que sucede, montado en un auto es muy dificil.

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    • el 18 mayo, 2019 a las 9:01 pm
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      Estimado lector, es una pena, es la odisea de muchos, pero no podemos cansarnos, no podemos permitirnos el cansancio, fijese en la chapa de esos ómnibus o autos ligeros y los denunciamos en la prensa, pero debemos proseguir, gracias por leernos y comentar

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  • el 15 mayo, 2019 a las 7:44 am
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    Magalys en algun momento que usted se enteviste con en director de trasporte le puede peguntar que paso con las 201 , yo se la respuesta (combustible) ¿PERO LAS GUAGUAS QUE TIENEN ALQUILADAS(TRASPORTACIÓN) ESAS NO USAN COMBUSTIBLES? ¿ME PARECE QUE EL OBJETO DE TRABAJO DE LA EPT ES PRESTAR SERVICIO A LA POBLACIÓN?
    GRACIAS

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    • el 15 mayo, 2019 a las 4:34 pm
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      Estimado Yusniel, en entrevista a Leandro Méndez Peña, director de la Empresa Provincial de Transporte, dijo, (…) En el transporte urbano están trabajando en el inicio de la jornada matutina dos ómnibus por cada ruta y cuatro ruteros, que es un total de 18 ómnibus en el municipio de Cienfuegos, los cuales se incrementarán a 20 durante la semana. Los ruteros que dejamos son los que enlazan los hospitales, el del siquiátrico, Buenavista y la Circunvalación”, el mismo Leandro ha estado respondiendo a los cibernautas en el trabajo pùblicado, encuentrelo en este mismo sitio web por el link https://www.5septiembre.cu/contingencia-energetica-frena-ritmo-de-transporte-en-cienfuegos/, gracias por leernos y comentar

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  • el 14 mayo, 2019 a las 2:16 pm
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    Soy Habanero nacido aqui en el 59 y le digo a AGL que esta extremadamente equivocado, en La Habana actual ningun chofer que no quiera a veces para ganarse algun dinero extra y explotando a su coterraneos, nadie para a nadie, yo me he levantado a las 7 am para ir al trabajo y las paradas estan llenas y nadie para (en La Habana Vieja). En el vedado donde trabajo es peor, si lo quiere probar que trate de salir del vedado a las 4 o 5 de la tarde y despues que me diga si es verdad o no.

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  • el 13 mayo, 2019 a las 4:33 pm
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    Buenas Tardes, Magalys EXCELENTE artículo el suyo, algo muy real que está pasando en Cienfuegos y le digo Cienfuegos porque soy de la Habana llevo viviendo aquí hace tres años y la pregunta del día es?????????? Por que los omnibus pasan vacios y no recogen en las paradas????? Le digo algo en la Habana todos los omnibus incluyendo hasta los de las Empresas recogen en las paradas y cobran su peso…… la verdad ayuda mucho, aquí no pasa así son indolentes antes las paradas repletas, POR FAVOR esto se debe tener en cuenta y que se analice a los niveles correspondientes, la verdad esto solo trae muchos comentarios…………..que muchas veces no podemos hacerle frente, por que en realidad…………hay mucha necesidad de transporte y no cooperan……….eso sin dudas, si establece un estado de opinión muy DESFAVORABLE, en los que no nos queda de otra que hacer de oidos sordos. Mis respetos y saludos,

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    • el 14 mayo, 2019 a las 8:48 am
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      Gracias por su comentario, creo que si todos hacemos algo, esos ómnibus tendrán que parar, estoy proponiendo una serie de trabajos periodísticos sobre el transporte, desde dentro, para hacer conciencia, veremos qué pasa, me leen o me leen

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  • el 13 mayo, 2019 a las 2:38 pm
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    El comentario propone alternativas, como que recojan pasaje TODOS los ómnibus, incluso los de transpore nacional, que algunos conocen como de Astro, los del turismo, y otros; también disciplina, civilidad… y aunque sea un tema retórico, continuaremos tratándolo en la prensa, y organizando las colas, pidiendo que se haga fila en las paradas que bien podía ser una campaña de bien público, porque lo sabemos bien, los periodistas andamos A PIE, de lunes a domingo, de madrugada, con lluvia y sol; y con los salarios más bajos de un profesional, y no nos cansamos de escribir sobre el tema, porque se puede hacer mucho aun con lo poco si nos organizamos, gracias por opinar y comentar.

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  • el 13 mayo, 2019 a las 12:43 pm
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    Bueno, y esa es la del hospital. Qué decir de la de Caonao?. Eso sí que es un thriller. Las Diana muy económicas, ahorran combustibles, etc, pero no son suficientes para cubrir la demanda poblacional. Hay que ver cuán difícil se hace montar una, sobre todo cuando te toca una parada del intermedio; cuán agresivo puede llegar a ser eso; cuán decepcionante cuando no para y tu bolsillo no alcanza para pagar el coche de 5 pesos (sí, hay quienes todavía lo cobran así) y tienen el descaro de decirte “si quieres no lo pagues, yo salgo por 5 pesos”. La provincia debe buscar alternativas. Creo que en parte la indolencia y la pasividad están rigiendo el actuar de nuestros dirigentes. Hablamos y hablamos, y denunciamos, y todo sigue igual. El cochero sigue cobrando 5 pesos; los motores sólo recogen alquiler; los motores amarillos ya no recogen pasaje, solo alquiler; la 5 pasa que parece un película de terror; en la 6 además de flatulencias, también hay que cuidarse de los masturbadores. Cosas que sólo conoce y ha vivido el cubano de a pie; ese que no tiene medios “extras” para ganarse la vida; que trabaja y produce por un país mejor; que tiene un horario de llegada a su trabajo; o simplemente como culquier ser humano, merece ser transportado con dignidad.

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  • el 13 mayo, 2019 a las 12:42 pm
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    Bueno, al final eso es lo que nos toca a los cubanos, como dice Pánfilo pasar trabajo hasta para trabajar, al final hay que seguir cogiendo guaguas o caminando porque no somos todos los que tenemos treinta y cincuenta pesos para coger un motorcito, que no bajan las tarifas de esta cifra, bueno, solo nos queda seguir cogiendo guagua y caminando que es más saludable, ah y cogiendo nuestro hermano sol, que tampoco está muy fácil.

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