Día de la Mujer Rural: La Rosa de Horquita

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Aunque de origen rural, Delia Rosa Espino Ramos no conoció bien de la nobleza, sencillez y honestidad del campesino hasta que estuvo al frente de la organización de base de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (Anap) de la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Antonio Maceo, del municipio cienfueguero de Abreus.

“La nuestra fue la primera de su tipo en constituirse en Cuba, habrá cinco años el próximo 6 de enero. Entonces, tuve el privilegio de que los socios de la CCS me eligieran como su presidenta”, recuerda mientras un brillo de orgullo ilumina sus ojos por la confianza depositada en ella.

“Créame, asegura, dirigir a un grupo compuesto mayoritariamente por hombres del campo, algunos de ellos que me doblan la edad, me asustó al principio. Pero a medida que fui intercambiando con ellos, conociendo su modo de pensar y sobre todo llevar por la delante la sinceridad, entonces me resultó mucho más fácil desempeñar mi responsabilidad”.

Para Delia Rosa no hay más secreto de haber logrado esa empatía con los anapistas que actuar sin dobleces. “Al pan, pan, y al vino, vino. Hay que escuchar sus inquietudes y preocupaciones, y darles las respuestas, favorable o no, pero siempre acudir a la persuasión y al convencimiento, hacerlos razonar de los porqués”, confiesa.

De formación pedagógica en la especialidad de Historia, Delia Rosa siempre tuvo el prurito de su estirpe guajira. Para ella la popular sentencia de que “la cabra tira al monte” estuvo latiente desde la niñez, por eso aprovechó la primera oportunidad para incursionar en diferentes puestos en la “Antonio Maceo”, una de las bases productivas de punta de la empresa Agropecuaria Horquita.

“Por supuesto, cuenta, si quería estar a la altura de mi nueva responsabilidad debía estudiar a fondo materias relacionadas con la labor agraria. Mi preparación profesional y las oportunidades del sistema de Educación en mi país me abrieron las puertas para matricular la carrera de Agronomía en la Universidad de Cienfuegos. Ya curso el cuarto año, y ahora tengo los conocimientos básicos para analizar con mis productores cualquier tema afín con el laboreo de los cultivos, el tratamiento de plagas y enfermedades, mejores suelos…”

En un viejo adagio entre los labriegos de la tierra reza que “el campo no tiene día de la semana, ni hora del día”. Luego, la presidenta de la CCS abreunse debe ocupar buena parte de su tiempo a la agenda diaria que, según sus propias palabras, prefiere cumplir con visitas al surco, donde el sudor del hombre fertiliza mejor los sembradíos, o en recorridos por las casas de las familias campesinas, a fin de saber de primera mano el estado de salud de tal enfermo, o cómo marcha el rendimiento escolar del “vejigo”, o simplemente para saludar a la doña, al jubilado y a los ancianos del hogar.

Empero, “siempre le robo ratos a mi ocupación profesional, comenta, para compartir con los míos, y en especial disfrutar de mi pequeño hijo. O tal vez ver este o aquel programa de televisión para desconectar del estrés, y una que otra vez dedicar unos minutos a la lectura, pues la Historia me sigue fascinando. ¿De amores me preguntas?…por ahora, no, aunque no descarto que en cualquier momento pueda atraperme en sus redes”.

A instancias del Buró Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas, y a propósito del enfrentamiento al nuevo coronavirus, se acordó otorgar la condición de Jóvenes por la vida a aquellos que sobresalieron desde la ciencia, en las labores productivas y de servicios, en el barrio, en el apoyo al orden interior y, fundamentalmente, en las tareas de la salud, tanto en Cuba como en la brigada médica internacionalista Henry Reeve.

En el orden individual, Delia Rosa mereció tan alto reconocimiento; mas, también el universo juvenil de la “Antonio Maceo” se alzó con el estímulo colectivo de Centro de Jóvenes por la Vida.

“Al margen de cuánto representa ello en lo personal, me satisface mucho que se haya tenido en cuenta el aporte de mis compañeros, y no solo en la producción de alimentos, sino en cuanta tarea han estado desempeñando para preservar la salud de la salud de la población en esta comunidad rural ante la Covid-19”, comenta la dirigente campesina.

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Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

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