Día de la Victoria: Para no olvidar el ayer que puede ser hoy

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Cuando el mundo entero conmemora el 9 de mayo, los 74 años transcurridos tras la rendición de la Alemania fascista y la culminación de la II Guerra Mundial, la opinión pública se estremece con la noticia de un desfile nazi en la ciudad germana de Plauen, ubicada al este del país, en territorio perteneciente a la demarcación de la antigua República Democrática Alemana. Unos 300 neonazis desfilaron en actitud marcial, uniformados y portando antorchas, y aunque fueron repudiados y la marcha discurrió ante un fuerte despliegue policial, la Der DritteWeg (El tercer camino) dejó bien claro, que el nazi fascismo está ahí, latiente.

Pero mientras estas noticias horrendas llegan, las memorias de aquella guerra que prácticamente arrasó con Europa, están ahí para hacer recordar al planeta, porque no hubo país que de alguna manera se involucrara o sintiera los efectos de la contienda, y la historia no puede repetirse.

Cuba, que al parecer nada tuvo que ver en este conflicto bélico, entró a la guerra en diciembre de 1941; y en la isla fue detectado y fusilado el espía nazi Heinz August Kunning, quien aportaba datos sobre movimiento de buques, situación económica de Cuba y hasta dónde residían las principales autoridades del país, una labor típica de inteligencia enemiga, a través de un potente radiotrasmisor.

Así reflejó el hecho en titulares, el diario cienfueguero El Comercio.
Así reflejó el hecho en titulares, el diario cienfueguero El Comercio.

En Cienfuegos en particular, hubo dolor, cuando fue torpedeado por los alemanes El Mambí, un tanquero de miel, perteneciente a una compañía asentada en la ciudad. En aguas jurisdiccionales al norte de Nuevitas, con una tripulación de 36 marineros, sucumbió la nave. Solo sobrevivieron 12 hombres aquella madrugada del 13 de mayo de 1943, cuando los torpedos frontales del submarino alemán Unterseeboot U-176, hicieron blanco en la embarcación.

Y así la historia recoge páginas y páginas de lo que fuera aquella cruenta guerra, y de la cual ya pocos sobrevivientes pueden contar de manera verbal, transcurridos 74 años. Pero es preciso recordar, repasar las memorias, impartir en los programas educativos ese contenido, decir la verdad.

Algunos niegan el holocausto nazi, como si los campos de concentración y exterminio de Auschwitz, Mauthasen, Dachau, Sachsenhausen, Ravensbrück, por solo mencionar los cinco más tristemente célebres, no guardaran tras sus alambradas las pruebas de los horrores allí cometidos contra la raza humana.

Cartelística rusa de la Gran Guerra Patria.
Cartelística rusa de la Gran Guerra Patria.

No nos está permitido olvidar, aunque traten de tergiversar la historia y se atribuyan victorias pírricas en materiales audiovisuales; y la Wikipedia afirme que fueron los Aliados los responsables del éxito de la culminación de la guerra. Y es que ahí está el heroísmo del pueblo ruso, que se volvió un soldado en la defensa de la Patria, y llegó con su Ejército Rojo hasta el mismísimo Reichstag, para ilustrar la victoria. La Unión Soviética es la vencedora indiscutible de la II Guerra Mundial.

La madrugada del 9 de mayo de 1945, aproximadamente a las 02:00 horas, sorprendió a los moscovitas, cuando la voz de Yuri Levitán, el famoso locutor ruso, anunció en la radio: “Alemania ha sido completamente derrotada”. Cerraba así un capítulo de la historia, que dejó un saldo de más de 60 millones de muertos, aunque las cifras son inexactas, según investigaciones.

En 1939 comenzó la guerra por Polonia, y el 22 de junio de 1941, sin previo aviso, invadieron la Unión Soviética. De los números globales, unos 26 millones fueron víctimas soviéticas, porque se enfrentaron al enemigo, se reorganizaron y construyeron sus propias armas de defensa, sembraron y produjeron en plena contienda, curaron a sus heridos, defendieron sus ciudades, y sobrevivieron al desgaste enemigo, todo por la Patria, que es una palabra enorme para ese pueblo.

Es la beligerancia del presente la que nos hace recordar la II Guerra Mundial, cuando en las calles de Alemania a finales de los años 30, algunos arios, creyéndose puros y superiores, gritaron: “Judío, revienta…”, sin medir las consecuencias. Es el Medio Oriente devastado por la guerra hoy, las amenazas contra Venezuela, Nicaragua, Cuba, los altisonantes acordes de una ley sin fundamentos la Helms-Burton, que pretende retrotraernos al pasado, y todo nos recuerda que nunca más deberá repetirse ninguna conflagración.

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Magalys Chaviano Álvarez

Periodista. Licenciada en Comunicación Social.

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