Desde Cienfuegos, Ejército Central ayer y hoy
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Las vivencias y participación en las principales gestas revolucionarias del teniente coronel de la Reserva, Saturnino Ibrahín Martín Hernández, animaron el encuentro con soldados del batallón de infantería de la Región Militar Cienfuegos, a propósito de conmemorarse este 4 de abril la fundación del Ejército Central (EC).
Durante su exposición, el destacado combatiente rememoró la génesis del mando, el mismo que apenas a unas horas de creado, tuvo que enfrentarse a la invasión mercenaria por Playa Girón, cuyo desenlace devino bautismo de fuego para las incipientes estructuras defensivas, que no solo fueron capaces de repeler la agresión, sino que en solo 72 horas le infrigieron al enemigo una aplastane derrota, tal y como lo destacó Ibrahín.
Según trascendió en el intercambio, Martín Hérnandez había estado por más de ocho meses en el batallón espirituano de milicias 305 en la lucha contra las bandas contrarrevolucionarias de alzados en el Escambray, cuando fue llamado a integrar las filas de las Fuerzas Armadas en la especialidad de comunicaciones.
Empero, los hechos de Girón cambiarían aquellos proyectos, y las nuevas circunstancias lo obligan a asumir el cargo de jefe de escuadra de las tropas de infantería que irían a operar en los cercos tendidos entre Las Carboneras y Caleta Jucaral, puntos ubicados en la Ciénaga de Zapata.
Tras el regreso, cuenta, me esperaban nuevas misiones, y entre las de primer orden estaba pasar cursos de artillería terrestre, derrotero que marcó toda su trayectoria en el Ejército Central, desde jefe de pieza hasta de batería, para pasar así por la cadena de mando que lo llevó, al final de la carrera, como jefe de Preparación Combativa en el Estado Mayor Provincial de Cienfuegos”.
A la pregunta sobre los momentos cumbres en su hoja de servicios, el actual miembro de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana alude a las tensiones afrontadas durante la Crisis de Octubre en 1962, o de las peripecias vividas por dos años al frente de un grupo de compatriotas en la misión internacionalista del movimiento guerrillero en Guinea Bissau contra el colonialismo portugués.
Ante el interés de los soldados presentes por las transformaciones operadas en el EC, el oficial de la Reserva recordó aquellos inicios cuando las tropas pasaban todo el tiempo movilizadas, en las costas o el monte, ante la constante amenaza de agresión. “Apenas disponíamos de un nylon para guarecernos de las inclemencias del tiempo y una hamaca para recostarnos en el poco descanso de que disponíamos”.
Relató que cuando la situación lo permitió fueron construyendo ellos mismos los campamentos y unidades. Al principio, eran rústicas barracas de madera y otras obras para conservar el armamento. Sin embargo, resaltó que hoy son abismales las diferencias, tanto por las excelentes condiciones de vida de los actuales combatientesde las Fuerzas Armadas Revolucionarias, como la preparación y disposición combativa, al contar, además,con medios y técnicas militares mucho más modernos.
¿Qué resortes lo movieron para estar siempre en la primera línea de la defensa de la Revolución? Ante pregunta, la respuesta fue categórica. “Siempre tuvimos motivaciones suficientes e incluso conscientes de que podíamos perder la vida. En Girón, por ejemplo, cuántos héroes no cayeron en la acción. ¡Y cómo ibámos a actuar de otro modo cuando nuestro máximo líder, Fidel Castro, estaba allí con nosotros en el frente de combate; motivo suficiente de inspiración”.
Finalmente, al decir deMartín Hernández haber servido al Ejército Central por casi tres décadas y media significó para él “más que un orgullo, resultó un privilegio y la oportunidad de poder transitar desde soldado hasta primer oficial en el bastión inexpugable que fue, es y será siempre esta fuerza en defensa de la Patria y la Revolución”, aseguró.
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