Derrumbe parcial en ruinas de La Catalana

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Lo que desde hace cuatro décadas se temía sucediera con La Catalana –Monumento Local de Cienfuegos desde 1990– acontece ahora. Las persistentes lluvias de los últimos días provocaron en el amanecer de este jueves el derrumbe de parte de la estructura interna del edificio, lo cual comprometió a las autoridades del territorio a proceder con la demolición del segundo nivel, dado el peligro que supone para los residentes en viviendas aledañas.

Según Rolando Juan García Muñoz, director de la Empresa de Diseño e Ingeniería (EDIN), “el derribo busca garantizar la estabilidad del inmueble y solo quedarán los muros del primer nivel. Una vez concluida esta fase, debemos realizar un proyecto que consolide el resto de la construcción. El deterioro sufrido a través del tiempo contribuyó al desplome del sistema portante estructural, elemento clave en términos de seguridad”.

El antiguo Palacio de Goytisolo, levantado en 1857, acumula en los últimos años un agónico expediente de destrozos, a partir de continuas acciones vandálicas, el desinterés de su propietario –dirección municipal de Vivienda– y la ocurrencia de eventos climatológicos. En 2012 otro episodio de lluvias provocó el colapso de parte de la edificación.

Katia González Villavicencio, vecina, cuenta que “esta vez fue grande la ‘cosa’, todos salimos corriendo al sentir el estruendo, porque el derrumbe sucedió en el techo y ahora sí el muro colindante con la cuartería peligra de verdad. Nos preocupa, pues las paredes ya no son seguras, la personas se han llevado los palos, los ladrillos, miles de atrocidades han ocurrido allí”.

“Cerca de las siete de la mañana, cuando despertábamos a los muchachos para llevarlos a la escuela, ocurrió el desplome. La gente entró en pánico, pero gracias a Dios no hubo ningún tipo de accidente”, describió otro vecino del Centro Histórico Urbano de Cienfuegos, declarado por la Unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad en julio de 2005.

Tras el incidente asistieron con prontitud al lugar autoridades del municipio cabecera, bomberos, linieros de la Unión Eléctrica y técnicos de la Empresa de Telecomunicaciones (ETECSA). Se procedió al desalojo momentáneo de los moradores de las viviendas contiguas, así como a la suspensión temporal de los servicios de electricidad y telefonía en tanto medidas preventivas, antes de iniciar las labores de demolición.

Irán Millán Cuétara, director de la Oficina del Conservador de la Ciudad, calificó el hecho como una muerte anunciada. “Desde 1977, luego de erradicarse la cuartería existente al interior del inmueble, este se deterioró progresivamente y fue arrasado por parte de la población, pese a varios intentos por rescatarlo. Cuando tocábamos la puerta de la dirección municipal de Vivienda, dicho organismo no lo reconocía como su medio básico y nunca lo tuvo inscrito en ningún plan de mejoras del fondo habitacional.

“Cuanto pueda ser conservado, prevalecerá, mientras no ofrezca peligro para la vida de las familias. Intento asumirlo lo más ecuánime posible, porque no quiero echarme a llorar frente a La Catalana, sino pensar en lo que se puede hacer por ella. Salvemos al patrimonio, pero salvemos la esencia del monumento con un nuevo proyecto”.

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