Denuncian jóvenes especialistas afectaciones de bloqueo a tratamientos oncohematológicos

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Con 29 años, la doctora María de los Ángeles García Dueñas nació cuando el bloqueo ya había dejado, durante más de un cuarto de siglo, su nefasta huella sobre los cubanos.

Hace un año, cuando concluyó su especialidad, se integró al servicio de hematología del Hospital Universitario Dr. Gustavo Aldereguía Lima, donde aprendió de sus profesores a recurrir a fórmulas para sortear las carencias en los tratamientos de enfermedades de origen neoplásico, la séptima causa de muerte en el país.

Costosos en cualquier parte del mundo, los tratamientos oncohematológicos en Cuba son asumidos totalmente por el presupuesto del sistema nacional de salud, que prioriza estas patologías.

“No obstante, además de caros, en ocasiones nos vemos limitados para poner tratamientos completos, por tener una droga u otra, lo cual puede repercutir en que la respuesta del paciente al tratamiento puede no ser la óptima. Al tener que modificarlos, cuando comparamos por los protocolos internacionales, estadísticas como la sobrevida, van a ser inferiores”.

El más reciente informe sobre los perjuicios del bloqueo impuesto desde el 7 de febrero de 1962, asegura que uno de los sectores más afectados es el de la salud pública: “La afectación monetaria acumulada por la aplicación de esta política en la salud públicacubana es de 2 mil 711 millones 600 mil dólares, mientras que en el periodo que abarca este informe, (de abril de 2016 a junio de este año), los daños monetarios ascienden a más de 87 millones de dólares”.

Las dificultades para adquirir reactivos, piezas, insumos y medicamentos, engrosan esta estadística.

“No tenemos acceso libre a mercados más cercanos, y hay que ir a comprarlos en países como la India, pudiendo ser adquiridos en las Américas. Dentro de ellos hay citostáticos y otros que son para tratar aplasias medulares, por ejemplo, de manera que es la misma situación tanto para patologías malignas como no malignas”, asevera la joven especialista.

Como sus colegas de recientes promociones, y otros en formación, que integrarán al servicio de hematología, la doctora María de los Ángeles es parte de este setenta por ciento de los cubanos nacidos bajo el cerco genocida.

En esas circunstancias, aprendió a ejercer una de las profesiones sobre las que más impacta una política que, 55 años después, sigue siendo una violación masiva, flagrante y sistemática, al más elemental de los derechos del ser humano, el derecho a la vida.

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