Del coro del Padre Urtiaga a los Cantores de Cienfuegos

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En marzo de este 2022 el coro profesional Cantores de Cienfuegos, no solo se encuentra celebrando los 60 años de haberse creado oficialmente, sino que se conmemora el centenario[1] del arribo a tierras cubanas del Padre Pedro de Urtiaga Alcíbar y Arrechuluaga, fundador del coro de la Catedral de Cienfuegos, antecedente directo de los “Cantores”, quien procedía de Markina, España.

A Cienfuegos la acogió como su propia tierra nativa y aunque aparentaba un carácter hosco, un noble corazón escondía los más profundos sentimientos de amor hacia nuestros semejantes.[2]

El comienzo real del sueño del Padre Urtiaga, ocurrió durante el año 1923, cuando un grupo de dependientes del comercio lo visitaron para manifestarles su deseo de querer cantar en los actos religiosos de la catedral. La respuesta consistió en que complacía sus deseos, si primero estudiaban canto, para lo cual él mismo se ofreció para enseñarlos. Ellos aceptaron y a partir de entonces fue aumentando el número de los alumnos con muchachos de la calle, entre quienes se encontrabanvendedores de periódicos, limpiabotas, todos procedentes de las capas más humildes de la población. Con estos últimos, pronto comenzó sus ensayos, que poco a poco se convirtieron en habituales y necesarios. Al grupo inicial fueron incorporándose nuevos jóvenes, los que ya venían ensayando con el beneplácito del Padre Urtiaga, en cuya sangre ardía el ideal de la propagación de la música coral.

En sus inicios en el coro solo había hombres, por ello las voces blancas eran las que hacían los muchachos tiples. Hacia el año 1924, la agrupación estaba integrada por 25 voces. Tres años más tarde se interpretaban en la Catedral obras corales, algunas con acompañamiento del órgano, otras solo a viva voz —a capella—. Se llamaba entonces Coro de la Catedral.

Las presentaciones se hicieron más frecuentes. El 26 de octubre de 1929, con motivo del regreso a Roma del Monseñor Valentín Zubizarreta, administrador apostólico de la diócesis de Cienfuegos, se le ofreció un homenaje lírico literario en el patio central del colegio Montserrat de los padres jesuitas. El homenaje fue patrocinado por los Caballeros de Colón. Esta memorable actuación, constituyó la primera presentación pública del coro fuera del recinto catedrático. Sin embargo, lo que le dio rango nacional fue que aquella noche se presentó con cerca de 80 voces, entre ellas muchas femeninas, pues hasta entonces lo habían integrado solamente hombres y niños. Era la primera vez que en Cuba un coro de aficionados mostraba una refinada estética. La coral de igual categoría fundada en La Habana por María Muñoz de Quevedo, se había fundado en 1931, dos años después de este primer concierto público de la coral cienfueguera. Algunos de los jóvenes discípulo del Padre Urtiaga fueron de los primeros alumnos que ingresaron después en la coral de La Habana.

La primera presentación de la coral en un teatro se realizó el sábado 21 de junio de 1930 en el teatro Terry, con motivo de la fiesta de la música, del baile y de la canción. Ese día hacía gala de su presencia José Manuel Vázquez. El coro arrasó, y a pesar de los constantes vítores y ovaciones del público, el Padre Urtiaga nunca salió al escenario, muestra de su modestia. En uno de los escritos publicados en La Correspondencia, Sanduarsedo planteaba que: “era un sacerdote piadoso y comprensivo y un artista pleno de inspiración y desinterés, no hizo de su profesión —agrega— un vulgar motivo de especulaciones, al contrario: lo dio todo, —energías, ahorros, ideales— para lo que para él, era uno de sus más caros empeños: el coro de la Catedral”.[3]

La coral transitó por una época en la cual sufrió ciertas transformaciones. Fueron los inicios de la década del 30, cuando el Padre Urtiaga realizó un viaje a su pueblo natal. A su regreso en 1932, el coro —en su ausencia—  ya había tomado el nombre de Sociedad Lírico Literaria ScholaCantorum de Cienfuegos. Entonces, además de canto, se hizo teatro y variedades, sin abandonar nunca las actividades en beneficio de la Catedral.

Hacia 1942, el coro de la Catedral vuelve a cambiar su nombre a partir de los formatos de voces que utilizaba el Padre Urtiaga. Adopta definitivamente el nombre de Coral de Cienfuegos. Su estreno se realizó con un concierto en el Club Artes Musical de Santa Clara; fue tal  el éxito obtenido en esta actuación queel doctor Agustín Jover planteó: “El O Salutaris a voces viriles, de Perosi fue dicho con un gusto tal, que aún saboreamos al escribir estas cuartillas y la balada Copos de nieve de Girosavolvió a conquistar el aplauso entusiasmado de un auditorio en extremo complacido (…) Magnífico equilibrio entre todas las cuerdas, afinación casi perfecta, respuesta adecuada a la dirección, sentido de la musicalidad (…). Recordamos su feliz labor traduciendo el hondo misticismo español del Ave Maríade Victoria, su bien logrado honomatopeyismo de Las campanas, su expresión sincerísima y bien situada en las dolorosas frases de O Salutaris y su ponderada cubanidad de la obra de White La Bella Cubana donde los bajos lograron una realización desacostumbrada aún en los buenos coros”.[4]

Entre 1944 y 1947, la Coral aparece como una agrupación cultural de importancia dentro de la música cienfueguera. La Sociedad  Pro Arte y Ciencias patrocina la actuación del 28 de mayo de 1944 en el teatro Tomás Terry. El 24 de septiembre de ese año vuelve a presentarse en este coliseo bajo el mismo patrocinio. En el comienzo de esta última actuación el crítico musical Edgardo Martín, hijo de Delia Cantero, fundadora de la Sociedad Pro Arte y Ciencias (SPAC), pronunció unas palabras. Dos días después, en su sección de música, el periódico El Mundo, planteó: “Nos estaba reservada una sorpresa: la actuación de la Coral de Cienfuegos (…) Con su interesante y variado programa —agrega— la Coral de Cienfuegos mostró virtudes muy estimables… Me sorprendió muy gratamente la afinación, buen gusto y sentido interpretativo de que dieron muestra los jóvenes y muchachas que integran este coro”.[5]

El 20 de abril de 1949 se le entregó al alcalde el certifico del acuerdo tomado por el Ayuntamiento de nombrar hijo adoptivo al reverendo Padre Pedro de Urtiaga. Diez días después se le otorgó el título. Una prueba concluyente del arraigo a Cuba y especialmente a Cienfuegos del reverendo Padre Urtiaga, es que el 11 de junio de 1952 renunció a la ciudadanía española y optó por la cubana. Ese mismo año le fue concedido el título correspondiente como cubano.

Fueron varias las funciones producidas en este período. La Coral de Cienfuegos no era una sociedad organizada ni estructurada de presupuesto, no tenía socios, ni protectores, ni local. Sin embargo,su prestigio y alcance social exigía la creación de una organización que la oficializara y la reconociera como una institución cultural. En 1952 adopta una estructura social mucho más amplia, conocida con el nombre de Asociación Coral de Cienfuegos, cumpliendo una función adaptativa del canto sacro e incluso de las melodías populares. De esta manera la Coral de Cienfuegos surgía oficialmente como una institución cultural.

A inicios de la década de los 50 del pasado siglo XX, lo mismo se podía encontrar la Coral en la apertura de la XVI Convención Nacional de Leones, que en las que serían sus primeras actuaciones en la radio y la televisión. Las presentaciones no les faltaban. Eran invitados por distintas provincias, clubes, sociedades.

En los años iniciales de la Revolución cubana, el coro se convierte en una institución cultural pública. El 23 de marzo de 1962, bajo la dirección de Norma Faxas, importante cantora, compositora, arreglista y directora, la Coral pasó a denominarse Cantores de Cienfuegos, ordenado por el Consejo Nacional de Cultura, y se mantiene así hasta los años que transcurren del siglo XXI. Norma mantuvo la tradición educativa, de repertorio y organizacional que legara el Padre Urtiaga, quien había tenido que partir a su pueblo debido a adversas circunstancias y donde falleció el 7 de febrero de 1970.

A finales de la década del 80 y principios de los 90 se le comienza a dar fuerza institucional al coro desde el punto de vista material y de programación de actividades. Cantores de Cienfuegos comienza a darse a conocer a nivel nacional. Los éxitos obtenidos pasando por las direcciones de Antonia López, Ained Marín y Milyedys Oropesa, sobrepasan tanto los marcos nacionales como los internacionales, y se destacan los lauros en los festivales de coros de Santiago de Cuba; segundo lugar en el Concurso de Habaneras y Polifonías de Torrevieja, España en 1998; Primer Premio del Jurado en el Festival de coros de Montreux, Suiza, en el año 2000; y varias presentaciones en Francia y nuevamente en Suiza en  2001. Conjuntamente con el trabajo coral de adultos, prolifera y cobra fuerza el movimiento de cantorías, que abarca todas las escuelas primarias, secundarias y de enseñanza especial.

Cantores ha compartido escenario con numerosas agrupaciones cubanas como el Coro Exaudi, Coro Nacional de Cuba, ScholaCantorum Coralina, Ensemble Vocal Luna, Orquesta Sinfónica Nacional, Orquesta Juvenil del ISA y del Lyceum Mozarteum de La Habana, así como relevantes figuras de nuestra cultura como Frank Fernández, Augusto Enríquez y Bárbara Llanes. Entre las agrupaciones extranjeras han compartido escena con los Maestros Casanovas, de España; Coro Capella del Museo del Kremlim, Rusia; Cantabile Choir, de Canadá; Mirinesse Womens’ Choir, de Washington y la Orquesta de Cámara Sinfonietta de Seattle, además del coro Ellerhein Girls, de Estonia y el Wah Yan College Kowloon Boys’ Choir, de Hong Kong.

El coro ha grabado varios discos. El último álbum, Cantar de Cantores, realizado en 2012 es una muestra de ello. Además, realizó un material audiovisual (DVD) y un promocional Vocis Orbis en 2014, que refleja parte de su historia y vida cotidiana.

Cantores de Cienfuegos fue la agrupación coral seleccionada para la grabación del CD con los poemas de Antonio Guerrero junto a los más importantes exponentes de la trova cubana tales como Lázaro García, Sara González, Silvio Rodríguez, Vicente Feliú, Kiki Corona, entre otros. Por su excelencia artística ha recibido importantes honores de la cultura cubana como La Bandera Héroes del Moncada; Premio a la Excelencia Artística de la Música de Concierto en varios eventos Cubadisco junto a las más relevantes distinciones de la cultura cienfueguera como El Mambí Sureño, La Roseta de la Ciudad, el Premio Jagua y otras internacionales como La Llave de la Ciudad de Great Falls en Montana, E.U.A., en 2016.

A partir del año 2010 y hasta la actualidad, Cantores se encuentra bajo la dirección de la maestra Honey Moreira, quien se caracteriza por un estilo de la música y el arte coral renovados. Moreira combina, desde la variedad del repertorio, su interpretación de elevado nivel artístico y frescura al mismo tiempo, hasta la incorporación de elementos como la gestualidad, la teatralidad, las coreografías; todos asumidos de manera apropiada y original, logrando una combinación armónica y de buen gusto en la ejecución. Asumido no como un concierto, sino más bien como una especie de espectáculo, por lo que este resultado contiene mayor valor artístico, distingue y otorga un sello propio a esta agrupación en relación con otros coros del país y del mundo.

El Coro Cantores de Cienfuegos se ha perfeccionado a los máximos niveles de excelencia. Arribar a estos 60 años, significa ante todo, el compromiso de perpetuar y seguir consolidando la música coral en Cuba, a través de una de las instituciones de su tipo más antiguas y prestigiosas del país.


[1] Desembarca en Cuba el 3 de noviembre de 1922.

[2] Morales, F. (1990). La cultura en Cienfuegos (inédito). Museo Histórico Provincial de Cienfuegos.

[3] Sanduarsedo. (1931, mayo 12). Sección Apuntes al vuelo. La Correspondencia, p. 3.

[4] Morales, F. (1990). La cultura en Cienfuegos (inédito). Museo Histórico Provincial de Cienfuegos.

[5] Ibídem.

*Doctora en Ciencias Históricas.

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Alegna Jacomino Ruiz

Doctora en Ciencias Históricas

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