¿Dejamos de mirar desde el mar?

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Nada solía ser más importante para Cienfuegos que su bahía, esa misma donde casi siempre reposan barcos y se reflejan las luces citadinas. Nadie ni nada esperaba tanto, pero sucedió.

Muelles en mal estado técnico, más de 20 barcos encallados contaminando el ecosistema marino, deterioro de las embarcaciones que transportan pasajeros, tripulaciones incompletas, cayos incomunicados y habitados por la maleza, pocas opciones de recreación asociadas al medio marítimo…, realidades visibles, fotografiadas… desde tierra.

“Los reguladores, las empresas explotadoras, los órganos de dirección del territorio, debemos ponernos de acuerdo para aprovechar más el calificativo de ciudad del mar”, consideró el M.Sc. Leandro Méndez Peña, director general de la Empresa Provincial de Transporte.

Una estrategia que revierta tal panorama comenzaría por afianzar lo que hoy tenemos, y así aventurarnos luego en nuevos proyectos; perfeccionar el servicio más básico y urgente de todos: la transportación de personas, que aun cuando muestra un mejor semblante que antaño, todavía no logra su final feliz.

BUCEO A PULMÓN

Solo la mitad de las lanchas propiedad de la Empresa Provincial de Transporte, navegan en la actualidad por las aguas sureñas; el resto espera ser rehabilitada. Una de ellas, la “Cienfuegos”, permanece varada desde hace ocho años en Astisur.

Hace dos años y siete meses, al decir de directivos de la empresa transportista, Astisur dispone de los motores Volvo Penta, las hélices y otros elementos mecánicos necesarios para impulsar un avance en la terminación del “Cienfuegos”, pero aún no se concreta el empuje final.

“Ese barco está afectado hoy porque no tenemos carpinteros, aunque también carecemos de recursos para terminarlo, los cuales deben poner los de Transporte, y no lo han hecho. Entre ellos se encuentran las conexiones hidráulicas, sistemas de luces de navegación, cortar los cristales. No le podemos dar una fecha de culminación…”, aclaró, sin embargo, Alberto Chávez Alonso, jefe de producción de Astisur.

Según directivos de esa entidad reparadora, los primeros tiempos suelen dilatarse por falta de autorizaciones, mas a la vez, dejan en claro que su misión es la industria alimentaria, todo lo demás queda lejos de entrar en prioridad.

De mayo a septiembre de 2017 se logró un servicio marítimo casi sin precedente de los últimos cinco años: seis viajes diarios en la línea Cienfuegos-CEN y otros seis de la CEN a Cienfuegos. Luego de eso, dificultades técnicas y la falta de personal mermaron la constancia de estas felices prestaciones.

Hoy, solo tres tripulaciones de las siete concebidas están laborando y a plena capacidad, lo cual limita el cumplimiento de los horarios, porque el sistema de trabajo de los marineros implica un descanso riguroso de acuerdo con las normas y los peligros que entraña tal profesión. Las causas de la insuficiencia de personal radican en el fallecimiento de dos marineros y la emigración de otros hacia instituciones con mejores opciones salariales.

“La mayoría de los cargos que están sin cubrir corresponden a la categoría de operario (motorista naval), quien debe cumplir requisitos excepcionales de formación y ser egresado de las academias navales cubanas, explicó María del Carmen Rojo Navarro, subdirectora de Recursos Humanos de Transporte, en Cienfuegos.

¿Cómo una ciudad marinera no va a tener marineros? ¿Se pierde la tradición de buscar en el mar la fuente de trabajo?

…EN FIN, EL MAR

Tanto como la estabilidad en la flota, a la Empresa de Transporte Provincial le ocupa y le preocupa el tema de la disponibilidad técnica de sus muelles. Alrededor de seis están bajo su custodia y de ellos, el ciento por ciento necesita reparaciones en la actualidad.

“El de la CEN lo que lleva es hierro, no es mucho, pero el de El Perché se encuentra en estado crítico, y al de Pasacaballos ya no le queda una bita de amarre a raíz de la activación de la embarcación CEN 18, que tiene mucho caballaje, y por tanto, debe hacer muchas maniobras; en esa zona trabajan mucho las corrientes, la marea. El de Cienfuegos necesita reparaciones en los bordes, los aceros están expuestos, pero el más crítico de todos es el de Cayo Carenas”, reconoció Mario Llanes, director de la UEB Marítima.

A este último se le propuso una demolición total desde abril de 2016 al no tener condiciones para operar, según dictaminó Seguridad Marítima después de una inspección al muelle. “Las cabezas de los pilares de abajo están malas, muy malas; la pasarela tiene partes prácticamente sin apoyo y puede suceder un accidente fatal. Todo eso es verdad; ese dictamen no se ha estado respetando por nosotros, que somos la empresa explotadora”, expuso Leandro Méndez Peña, máxima autoridad de Transporte en Cienfuegos. Dicho así pudiera olerse cierta irresponsabilidad, pero si ejecutan lo estipulado, qué se hacen las familias que viven allí con necesidades diarias de traslado, por falta de escuela, de médico… La situación, entonces, se torna compleja y lleva el impulso de una visión integradora y gubernamental.

“Nos dicen que no podemos entrar más allí, y que debemos repararlo, pero no somos constructores. Hemos identificado otros lugares para hacer atraques, con el apoyo de los pobladores, e incluso habíamos manejado la opción de buscar un muelle flotante hasta la terminación de la obra. Hoy contamos hasta con un diseño, pero no se está ejecutando porque no hay constructores”, agregó Méndez Peña.

Tal pareciera que los muelles solo pertenecen a la Empresa de Transporte, como si la sociedad fuera un conjunto de parcelas aisladas que rara vez se miran la cara. Ellos son tradición y patrimonio de esta ciudad y, por tanto, les debiera importar a todos por igual.

Un complejo panorama presenta la actividad marítima en Cienfuegos. La Unidad Empresarial de Base opera con pérdidas, al generar 20 mil pesos de ingresos al año y consumir un millón 200 mil pesos de gasto como promedio. Buscar fuentes de financiamiento quizás sea hoy una oportunidad para darle otra dirección al “barco de problemas”.

“Lo otro que afecta la transportación marítima de pasajeros es el hecho de no ser homogénea en el país, no es como la automototriz de carga, que existe en todas las provincias, y un tanto que el Mitrans casi que se desentiende un poco, se lo deja más bien a las empresas provinciales”, dijo Magdiel Chaviano Díaz, director de la unidad de abastecimiento de la Empresa Provincial de Transporte.

“Yo creo que lleva una estrategia integral de recuperar los beneficios que nos da el mar, primero el transporte de carga y de pasajeros. Cuba nos conoce como ciudad del mar; vemos desde la ciudad al mar, pero nunca vemos del mar a la ciudad; no se puede comparar el trayecto en la patana con la transportación por tierra. Las opciones que nos da el mar no las estamos aprovechando…”, reconoce Leandro Méndez Peña.

Nadie imaginó que un día dejaríamos de mirar desde el mar, pero sucedió…

Infografía: Arí Bayolo.

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Rosa M. Díaz Hernández

Lic. Periodismo Graduada de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas 2012

6 Comentarios en “¿Dejamos de mirar desde el mar?

  • el 24 enero, 2018 a las 4:17 pm
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    Tufaa,recuerda que no es falta de interés,sino sobre todo,de posibilidades para acceder a este 5 de septiembre,o más aún,de desconocimiento,porque tengo entendido que la navegación nacional está a 10 ctvos CUC la hora,corríjanme si me equivoco pues esto me lo hizo saber una amistad,yo por ahora ni cuenta tengo.
    Con respecto al trabajo,sí,estamos dolidos por la pérdida de tradiciones,pero es que todo es a base del capital con que cuente el gobierno y el interés que le pongan aquellos a quienes elegimos para representarnos.

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  • el 14 enero, 2018 a las 2:39 pm
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    La cienfuegueridad es marinera, el mar como opción, olor a salitre y algas marinas… y los camaroneros, encendiendo luceros en el litoral!!! Cienfuegos precisa animar su bahía y que nos sirvamos del mar

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  • el 13 enero, 2018 a las 3:49 pm
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    La canción más emblemática de Cienfuegos proclama “encender luceros en el litoral” para alabar los barcos de pescadores. La historia no puede borrar esa saga.

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  • el 12 enero, 2018 a las 8:32 pm
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    Y que decir de las condiciones en que se encuentran los cayos de la bahía, la pérdida de competencias deportivas que fueron tradición, que los pescadores no tengan insumos para su trabajo a lo que se une que no sea un oficio reconocido no en nuestra ciudad sino en un país rodeado de mar, y así un largo etcétera que se mantiene con largos años de promesas incumplidas en proyectos de reanimación para nuestra bahía… ni se cuántos programas y trabajos periodísticos se han dedicado a un tema que duele a los cienfuegueros. Ojalá de una buena vez encuentran oídos receptivos
    .

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  • el 12 enero, 2018 a las 11:46 am
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    Hace varios años, mucho más de 10, en un programa de Perlavisión, David Soler Marcháns lo dijo del modo más claro que se puede decir, y cito de memoria, pero ahí está el buen Soler que dirá si es cierto o no: “Mientras la legislación cubana sancione, impida, prohíba reparar sus barcos a quienes viven del mar y les impida, sancione, por vender su producto en el mercado, impidiéndole en la práctica ser pescadores, ni tendremos tradiciones, ni pescado para comer”

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  • el 12 enero, 2018 a las 11:20 am
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    Me preocupa la falta de comentarios, no solo en este trabajo, sino de forma general en todos los que leo del 5

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